Misho presidente acaba de amenazar a la conciencia progresista del país con una nueva consulta popular, esta vez para saber si el pueblo ecuatoriano está o no de acuerdo con el matrimonio gay o la familia alternativa. Creo que esta iniciativa lo muestra de cuerpo entero.
Un gobierno del pueblo no es lo mismo que un gobierno para el pueblo. En el primer caso el pueblo conduce el Estado, en el segundo, sólo es pasajero. Cuando el pueblo conduce el Estado sabe que las instituciones heredadas del pasado son portadoras de todo lo malo y que, para acabar con ello, es necesario cambiarlas por otras. La burguesía hizo lo propio con las instituciones monárquicas, el pueblo trabajador tiene que hacer lo mismo con las instituciones burguesas; pero, aun así, las ideas del viejo régimen se niegan a desaparecer. Es la nueva sociedad la que se encarga de hacerlo, en un largo proceso de lucha y contrapunto de lo nuevo con lo viejo.
Un líder revolucionario no se aferra a las viejas instituciones, peor aún a los constructos mentales que persisten en la conciencia de la gente. La familia tradicional decadente, en la que el hombre reina, la mujer obedece y los hijos reproducen esa miseria, nunca será la familia que exista en un régimen revolucionario. Esa familia tiene que desaparecer y surgir otra en la que la igualdad de derechos prevalezca, sea o no heterosexual. Que haya una familia del mismo sexo no quiere decir que sea inmoral, sólo que tiene otra moral.
Que el pueblo llano no esté en condiciones de asimilar tan complejo problema se entiende, pero que un líder que se dice jefe de una revolución defienda la más obsoleta y decadente institución del sistema, se explica sólo porque tenemos de presidente a un inquisidor disfrazado de revolucionario.
Muy pobre y desatinado el análisis, creer que la familia alternativa o el fin de un proceso revolucionario sea establecer y legislar para el reconocimiento de la familia “GAY” es un absurdo que no tiene pies ni cabeza, el cambio de estructuras no incluye las obseciones de grupos minoritarios por más derechos que se les pueda o no reconocer, es necesario la solución de los grandes problemas de la gran mayoría del pueblo ecuatoriano que ha sido postergado por más de un siglo ante la voracidad de una oligarquía recalcitrante que ha negado los más elementales derechos a las grandes mayorías de los trabajadores del campo y la ciudad. La lucha de clases continúa y hoy más que nunca se acentúan las diferencias y los intereses entre explotadores y explotados.
SU PRONUNCIAMIENTO ES LA ARMA QUE NECESITABAN LOS GRUPOS FUNDAMENTALISTAS HOMOBOFICOS PARA MENOSCABAR NUESTROS DERECHOS Y COMO HOMBRE BISEXUAL LOS RECHAZO DE PLANO.
NO MÁS DISCRIMINACIÓN DERECHOS SÍ Y RECORDAR AL PRESIDENTE QUE LOS Y LAS GLBTI TAMBIEN NOS AMAMOS Y SOMO PARTE DE LAS FAMILIAS DIVERSAS.
GONZALO ABARCA
C.I.0909492019