20-09-2017
¡Elé, tóma, elé! Nos dijeron indios feos y ardió troya. Yo sí salí corriendo a verme en el espejo. ¿Indio? Clarito se nota. ¿Feo? Rayos, también. Conclusión: A chuparme un helado en cualquier vereda de Quito para curarme la depresión.
Habría que preguntarse ¿qué fue lo que más ofendió a los oídos sensibles de los ecuatorianos dolidos? ¿Indio o feo? ¿O los dos términos dichos al unísono? Es como cuando alguien te grita: ¡longo hijueputa! Inmediatamente uno se transforma, el rostro púrpura, los ojos a punto de explotar, la voz cavernaria, y responde a quemarropa: ¡¿cuál longof?! No importa el ¡hijo de puta!, eso es lo de menos. Pero hacer referencia al indio nos avergüenza, es el apocalipsis de lo que somos pero negamos.
Si tan solo dios fuera indio la cosa cambiaría. O que Johnny Depp y Scarlett Johansson tuvieran rasgos indígenas otra sería la historia. Pero no. Yo que ya me había olvidado de toda la sangre indígena que corre por mis venas, llega este video por redes sociales y sin ningún rubor me gritan “indio feo”. Entré en crisis, rompí el espejo, quemé todas las prendas con detalles andinos, odié a mi abuelo Pilatagsi, maldije a Atahualpa y juré no volver a decir achachay y, además, desechar la tripa mishqui de mi dieta de fin de semana.
¡Indio feo! Dos palabras que me perseguirán el resto de mi vida. Prefiero no salir a la calle, porque si se aparece una extranjera con helado en mano, juro que le compro todos, pero que prometa que no me vea como indio, sino como un blanquito por hacer, guapo en proceso de mejora.
Y si mejor les decimos a los extranjeros, apenas pisen el país, que no nos digan indios, longos, roscas ni similares, sino “seres complejos de una raza indescriptible que se funde con la tierra”. Ahí sí pues. Y envés de feos, podría ser: “personas de belleza alternativa decolonial”. Con eso ya nadie se siente ofendido. Misión para el Ministro de Turismo. Todo sea por el bien de los ecuatorianos, por su autoestima y por su autodeterminación étnica y estética.
Para Hugo Búho: Dice “… O que Johnny Depp y Scarlett Johansson tuvieran rasgos indígenas”. Mejor me río de este comentario. Para su información, Johnny Deep tiene sangre de indígena cheroqui. El mismo actor ha dicho que su bisabuela creció en el grupo indígena Cheroqui o quizás en Indian Creek. Y así no se sepa esto, creo que basta ver un poco mejor la fisionomía de Depp para darse cuenta que es un mestizo con ascendencia indígena. E incluso, por su rol de un indígena comanche en El llanero solitario (el cual le quedó muy bien por su tipo físico), esta comunidad indígena le dio la bienvenida al actor en su clan, algo que Deep aceptó de muy buena gana, justamente por sus ancestros indígenas. Sería bueno que Hugo Búho lea, investigue un poco más, y que reflexione sobre lo que lee, antes de elaborar y publicar sus escritos.
Grande Hugo el Buho! Chévere, inteligente y cómico texto. Será que nos animemos a hacer la campaña: TODOS SOMOS INDIOS o algunitos para nada querrán sumarse? Lo de feos no vamos a entrar en discusión porque en una mirada colonial indio y feo es una redundancia. Si nos enseñaron a odiar lo diferente esta claro que “percibimos” a lo diferente como feo. Si nos enseñaron a despreciar lo indio ya no lo veremos y le adjudicaremos todos los males. Ver lo indio es una cultura no al alcance de cualquiera y menos en un racista de poca monta. Celebro tu escrito y esa sangre que también corre por las venas de este longo alzado que escribe.
Saludos.
Mejor, todos son afro-americanos, hay que recordar que la especie humana proviene de Africa.
Creo que sería sabio, no comentar las torpezas de unas alienadas venezolanas. Te direcciono apreciado Búho para que hagas un esfuerzo y leas el libro Mito y Utopía en el Pensamiento Latinoamericano, del escritor ecuatoriano Dr. Jorge Rivadeneyra; allí podrás entender la abruptalidad de los latinos y las latinas. Y reirte de las bobadas de unas venecas chiras, corridas y faltas de personalidad.
“Un día resucitará la Patria”, lo dijo nuestro artista Oswaldo Guayasamín, quien nunca se avergonzó de decir “soy indio”. Personalmente creo que con eso me basta para sentirme orgullosamente ecuatoriano, y de la amazonía.
Que ligeros nos han vuelto y estallamos ofendidos por la verdad. Somos indios y qué. Somos FEOS y qué. Acaso no es cierto? Acaso es mentira que las comerciantes de la Rica espumilla anuncian su producto de manera especial, igual que lo hacen las que compren botellas, los que compren chatarra? Acaso es mentira que hay quienes hablan sin pensar? Ejemplo al querer bajar del bus en vez de pedir que pare el bis, dicen: gracias. Que tiene que ver lo uno con lo otro? Ojalá esto nos ayude a cambiar y llamar a las cosas por su nombre. Por último sí somos indios feos, pero “tenemos carreteras” jajajaja.