10.5 C
Quito
domingo, noviembre 24, 2024

Cuarentena sin alimentación: otra penuria en el sector rural

Por Andrés Gómez*

La medida de cuarentena adoptada por todos los países ha hecho visibles muchos problemas que atraviesa América Latina y no son de ahora, esta región siempre ha sufrido el embate de problemas sociales. Esta ocasión vamos a centrarnos en uno de los problemas que afecta a varias partes del mundo y que azotan sobre todo a la mayoría de personas de escasos recursos y en condición de vulnerabilidad.

Hablar de seguridad alimentaria requiere una crítica a la política neoliberal, que en América Latina parecería ser homogénea debido a sus características similares, pero en el caso Ecuador por ejemplo, tiene sus propias particularidades. La política neoliberal apuntó a la producción empresarial, con principios pre-capitalistas como mano de obra sin salario, feudalismo y dependientes de bienes de capital industriales de países centrales, ignorando la producción agrícola enfocada en brindar la posibilidad de adquirir alimentos nutricionalmente adecuados para toda la sociedad.

Seguridad alimentaria nos dice FAO, que existe cuando toda persona en todo momento tiene acceso económico y físico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y preferencias en cuanto alimentos a fin de llevar una vida sana y activa¹, es evidente que en algunos sectores de la sociedad que han sido marginados está seguridad alimentaria es casi inexistente debido a un abandono del Estado de cumplir con este deber.

Este abandono permitió que el sector campesino empobrezca y no se alimente bien debido a dos factores² que en este artículo consideramos que son causas principales para tales problemas:  la concentración de grandes extensiones de tierra en pocas manos, provocando una estructura agraria minifundizada en el sector rural, y el control que tienen las empresas en las cadenas de producción y comercialización de alimentos, su control va desde la producción, transformación, comercialización y prestación de servicios. Está exclusión al sector rural, parecería ser una exclusión territorial, pero no es así. Cristóbal Kay nos enfatiza en que se debe a una relación de clase, fueron los terratenientes conjuntamente con el sesgo agrícola corporativo y neoliberal lo que permitió que se afecte en tal magnitud al sector rural, sobre todo indígena y campesino.

“La concentración de tierra y recursos hídricos se ha acentuado tanto en gobiernos de derecha como en los progresismos”.

La tenencia de la tierra en pocas manos ha sido un  problema que hasta la actualidad la podemos palpar debido a la desigualdad que genera efectos negativos como la exclusión social, una mala distribución de recursos productivos, explotación de recursos naturales como la tala de bosques nativos para la producción de carne a gran escala y uso y abuso de instrumentos contaminantes que esterilizan el suelo.

La concentración de tierra y recursos hídricos se ha acentuado tanto en gobiernos de derecha como en los progresismos, promoviendo la transformación productiva de las grandes haciendas, que no solo concentran estos recursos también concentran los mercados y las tecnologías que se requiere para este tipo de producción. El despojo y la ocupación de la tierra provocó que en países como Uruguay aumente la proletarización de la población o bien el desempleo, mientras que en Guatemala el proceso incrementó la migración³. Ecuador no es la excepción de esta movilidad social, los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos INEC  muestran que la migración de campo a ciudad, debido a que el trabajo en la agricultura no es muy rentable, se triplicó y duplicó en algunas ciudades. En 1979 la población rural representaba el 53%, en 1991 bajó a 45% y en el 2003 representaba un 37%. También un 93% de la población total que migra lo hace dentro del mismo territorio nacional mientras que un 7% migra al exterior.

El otro factor es el dominio que tienen las empresas en las cadenas productivas, que requieren una diferenciación, en primer lugar están las cadenas productivas tradicionales, relacionadas con los commodities y los precios fluctúan en función del mercado internacional además que tienen políticas públicas generales; en este grupo se encuentra el banano, café maíz, soya, arroz. El elemento básico de este tipo de cadenas es la competitividad a nivel de producto 4. La segunda es la cadena de productos que se controlan por la agroindustria y están normadas competitivamente por los estándares de calidad y seguridad de estos, aquí se agrupan las carnes y sus derivados. Y la tercera, en la que se requiere un control de venta detal, en este grupo se encuentra las frutas y verduras.

El manejo de estas cadenas no solo depende del mercado también depende de la articulación de políticas que impulsen la producción y que al ritmo de esa producción se pueda fortalecer la tecnologización de las mismas. Pero, también dependen de las políticas que favorezcan a organizaciones y redes de productores, con sistemas justos en la distribución y comercialización de los productos. Es decir, que el pequeño y mediano productor no sea explotado y en el peor de los casos excluidos de estás cadenas de producción.

“En Ecuador 1 de cada 4 niños y niñas menores de 5 años sufre de desnutrición crónica, la situación es más grave para la niñez indígena 1 de cada 2 niños la padece y 4 de cada 10 niños presenta anemia”.

La realidad es otra y las cifras nos muestran que la exclusión y explotación en la producción agrícola es muy notoria y se refleja en los altos índices de pobreza y poco acceso a la educación. En el 2018, el gobierno se vio en la imposibilidad de seguir ayudando con algunas políticas de subsidio al sector rural. Por lo que se dio un alza en la cifra de pobreza, que pasó de un 38% a un 40% y en los sectores campesinos indígenas puede llegar incluso a un 80%, zonas donde la tasa de desnutrición es tres veces más alto que el promedio nacional ecuatoriano que es del 25%5. Es en el tema de seguridad alimentaria que la crisis del covid-19 hace visible esta desigualdad, en América Latina son 85 millones de niños que se quedan sin su desayuno escolar, debido a las medidas de restricción adoptadas por cada país, niños que necesitaban de los programas de alimentación escolar para poder alimentarse debido a la extrema pobreza que atraviesan junto a sus familias. Los motivos los hemos expuesto brevemente en este artículo, motivos principales para encaminar el déficit de nutrición en las zonas rurales.

Los datos de UNICEF son claros, en Ecuador 1 de cada 4 niños y niñas menores de 5 años sufre de desnutrición crónica, la situación es más grave para la niñez indígena 1 de cada 2 niños la padece y 4 de cada 10 niños presenta anemia. Cifras que alarman a pesar que en Ecuador desde el 1999 existe el programa de alimentación escolar PAE desde su creación hasta el año 2000 tenía una focalización en alumnos de 5 a 14 años en zonas urbanas y rurales, en la actualidad cubre  hasta el tercero de bachillerato beneficiando a 2.9 millones de niños, niñas y adolescentes.

Se viene una recesión económica muy fuerte y debemos ser conscientes que esos 2.9 millones de estudiantes dependen de esta alimentación y sobre todo que el Estado debe ser garante del derecho a la seguridad alimentaria por lo que se debe distribuir los alimentos del programa a las familias más vulnerables, no desproteger el programa reduciendo presupuestos  y sobre todo en esta crisis que se viene asignar un monto económico mínimo para que estas familias puedan adquirir alimentos, por lo menos hasta pasar la crisis, ya que muchos padres de familia son desempleados o viven del subempleo, así mismo es importante darle prioridad a las comunidades indígenas e identificar otros grupos que están en riesgo de seguridad alimentaria como personas de la tercera edad que viven aislados y solos, así como también a los discapacitados. Es momento de acciones coordinadas y que sean dirigidas a través de buenos liderazgos para resguardar la nutrición de estos sectores olvidados.

“Es en el tema de seguridad alimentaria que la crisis del covid-19 hace visible la desigualdad. En América Latina son 85 millones de niños que se quedan sin su desayuno escolar, debido a las medidas de restricción adoptadas por cada país; niños que necesitaban de los programas de alimentación escolar para poder alimentarse debido a la extrema pobreza que atraviesan junto a sus familias”.


*Estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Central del Ecuador.


La Línea de FuegoFotografía: Luis Herrera / AEME- San Roque.

La Línea de FuegoReferencias:

  1. FAO
  2. Existen más factores y no menos importantes que no se los estudia en este artículo.
  3. Concentración Económica y Poder Político en América Latina. Presentación, primera parte. “Élites agrarias y configuraciones de poder”
  4. Congope
  5. El Comercio, Pobreza Rural en Ecuador crece por primera vez en 10 años y llega al 40%. 9 marzo del 2018.
lalineadefuego
lalineadefuego
PENSAMIENTO CRÍTICO
- Advertisement -spot_img

Más artículos

Deja un comentario

- Advertisement -spot_img

Lo más reciente