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martes, noviembre 5, 2024

DAÑO MORAL, MORAL DAÑADA Tomas Rodríguez León

DAÑO MORAL, MORAL DAÑADA
 Tomas Rodríguez León

-«Yo seré inmoral», acababa de decir un joven nihilista a un su amigo, traduciendo a la ligera los pensamientos que le atormentaban.

-«Será inmoral, ¿por qué no lo seré?»

 -¿Porque la Biblia no lo quiere?
Kropotkin
“Sólo existe un sentimiento mayor que el amor a la libertad: el odio al que te la quita.”
Ernesto Che Guevara
La historia  oscila  péndularmente,  entre las penumbras y los sueños de libertad. Un período de sueño puede ser corto y  largas suelen ser las pesadillas…  pero siempre llega  el despertar que nos regresa a la realidad y sus miserias peregrinas. Se estremecen hasta las utopías (que siempre son prospectivas) cuando el presente se vuelve irrespirable porque lo podrido es lo que impera en las formas mas  abyectas del poder y sus capacidades (¿rapacidades?)  para someter y silenciar
Cuando los gobernantes y los  magistrados a nombre de  la honra, mandan a callar,  hasta nuestra pobre   vanidad libertaria es tomada por sorpresa. Los   políticos se enredan en argumentos legales y los festejos y los llantos van y vienen. Algo huele a podrido en el Reino de Dinamarca. Pero  a tiempo, reaccionamos los acràtas  inclaudicables  y sin norma que nos gobierne declaramos nuestra insurrección frente al exceso de gobernabilidad, porque toda gobernabilidad es una forma de opresión. Nos pronunciamos sin miedo a la tacha descalificadora, que estamos por la libertad de prensa y que la defenderemos de quien la ataca; hoy  es el poder con sus medios y sus miedos, mañana pueden ser los medios con sus poderes de siempre,  habrá tiempo mientras haya vida para encantarnos luchando contra los poderes. El tiempo es ahora,  ahora toca  enfrentar a las bestias pardas que  a la libertad someten.
Enemigos inveterados del pensamiento  serán siempre los gobernantes exagerados porque asumen el acto de gobernar  como ejercicio de triunfo  sobre alguien o sobre a algo y porque su  fuerza proterva pretenderá   modificar; la fe, las  creencias,  los recuerdos y  los olvidos.  Porque quieren  prohibirnos hasta el  a veces necesario olvido. Los códigos son  urgencias perentorias sin culpa,  porque solo son herramientas  serviles  que educan y castigan en la sumisión.
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Pero el  espíritu del poder  es débil tanto como cobarde y por ello   necesita del  terror,  la intimidación, y las ofertas de  los tormentos  infiérnales de la cárcel. El espíritu del poder además sabe castigar al otro poder, al económico, con cargas pecuniarias,  haciéndole  ver los sufrimientos insufribles que el dinero causa como posesión o perdida. La venganza del estado es la venganza del  Dios implacable; más brutal cuando escuda su espíritu reaccionario y conservador  con la fachada de la  Revolución.
Toda  histeria política mueve chusmas, masas informes  y esclavas sin conciencia, en lucha  por gritar mas fuerte.  Imponer verdades presumidas, es el resultado esperado y el único deseo  certero del poder y del torcido derecho. El estado cuenta con el arma de sujeción a la ley,  a su idea de ley como herramienta de obediencia.  Cuando se castiga con escarnio y se humilla al contendor, el estado pretende que todos, absolutamente todos entiendan la consigna, por lo tanto,  la  divinización de la ley construirá  el eje  de autoridad y servilismo que será la idea de fondo. Disciplina, ley y orden, la triada del fascismo asoma sin atenuantes. Fourier  el socialista utópico, pedía libertad para las pasiones. La pasión de la palabra esta en sentencia
“La mentira se convierte en virtud, el aplanamiento, en deber”
 La  repulsiva depravación  de tiranos y magistrados es más evidente cuando  enlodan su propia ley  con juicios  inmorales en procesos moralistas, queriendo hacer creer que es bondadosa la intención restrictiva del silencio, que la honra al fin tiene un precio y que el perdón siempre es una opción
Los principios de esta moral silenciadora dejan en claro otras inequidades, el derecho a la demanda del estado tiene respuestas inmediatas, las famélicas demandas de justicia de los marginados se esperan y se olvidan, el estado tiene derecho a dañar la moral del ciudadano pero el ciudadano cuando insulta al poder no solo que daña la moral y el derecho sino que cae en pecado capital que amerita confesión urgente ¿eso es socialismo?
UNA PARADOJA PERSONAL
Soy comunista libertario y dos amigos en algún momento  entrañables están en el ojo del conflicto. Emilio ahora en refugio, antes marxista  trotskista convertido en militante de un medio con poder y uno de los tres jueces cuyo nombre no debo recordarme trasformado en verdugo. ¿Cómo ser libre y no morir en el intento?
lalineadefuego
lalineadefuego
PENSAMIENTO CRÍTICO
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