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domingo, diciembre 22, 2024

De padrinos, vitos y warmis

Por Hugo el búho

Ni de chiste voy a andar por la vida diciendo que ese pelele es mi padrino; ni así esté en capítulo de muerte. Imagínense que en nuestra hoja de vida conste como padrino y referente un banquero y evasor de impuestos. ¡Dios nos libre y el diablo nos proteja! ¡Qué manera de burlarse de la pobreza! Primero su jueguito idiota de “coja las llaves” a una humilde mujer; y ahora “usted vaya y diga que el Presidente es su padrino”. ¡Qué hicimos para merecernos esta porquería de mandatario! Perdón por lo de mandatario. Y como dice que “todo le vale un pito”. Mejor dicho, ya valimos con este bobo a largo plazo. Bueno, ya estamos valiendo desde hace rato.

Ah, y como para variar, apareció el Vito Muñoz, ese esperpento de dizque periodista deportivo, apoyando al padre bobo y a todos los gritones prepotentes que en el mundo han sido. Que no hay que ser llorones, que uno debe aguantar las puteadas y humillaciones para surgir en la vida, que aprendan de Antonella, que ella aguanta lo que sea, que no llora y no se refugia en las faldas de nadie. Cómo se nota que al Vito le hicieron bullyng desde pequeño: los profes lo insultaban en público, los vecinos se le burlaban en medio partido de fútbol, sus padres se avergonzaban de él en las reuniones familiares. Ahora uno se explica porqué alguien puede ser idiota y periodista pelotero a la vez. No me quiero imaginar una conversación entre el Verataitabobo y Vitosimplónbobo hablando de quién la tiene más grande:

–Verás Vito, yo me encamado con todas las que me dio la gana y he puteado al que es y no es, así soy yo. Mi hijo, igualito: de tal palo tal bobo.

–Eso es nada, Carlos. Aquí donde me ves, he triunfado con el banano. Y he sido un Don Juan, las nenas se enloquecen por mí. Y también le grito a los giles lo que corresponde. Y que vayan a las faldas de su madre.

Y para rematar, Jefferson Pérez y su ñañito, inician acciones legales diciendo que la palabra quichua “warmi” es de su propiedad.  Así como lo oyen, así como lo leen. Habráse visto tanta ridiculez en tan pocos Pérez. El Jefferson, de gloria medallista para el Ecuador, convertido en un triste arribista mal edulcorado. Desde que el Banco Pichincha lo convirtió en marca, no da una. Solo sabe de libros de autoayuda, emprendimientos bajo pedido y el pobre es pobre porque quiere. Dos bobos más al inventario del gobierno del encuentro.

 

Jefferson Pérez/La Línea de Fuego

 

Y así andamos, reclutando bobos por doquier. No hay día en que no aparezca uno, rebuznando cualquier tontería por twitter o en los medios oficiales. Como los pelagatos, que se humedecieron sin contemplaciones al ver a su presi en la entrevista con el “dulce” Vera. Andamos así. Así mismito.

Ah, y como para variar, apareció el Vito Muñoz, ese esperpento de dizque periodista deportivo, apoyando al padre bobo y a todos los gritones prepotentes que en el mundo han sido. Que no hay que ser llorones, que uno debe aguantar las puteadas y humillaciones para surgir en la vida, que aprendan de Antonella, que ella aguanta lo que sea, que no llora y no se refugia en las faldas de nadie.


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1 COMENTARIO

  1. Al fin un buen articulo suyo, lo unico que estoy en desacuerdo es en su frase:”¡Qué hicimos para merecernos esta porquería de mandatario!”. Habria que especificar que no es el unico mandatario porqueria que hemos tenido y solo para mencionar los ultimos basta citar a Moreno y Correa y entre los tres es muy dificil decir cual fue el peor.
    Saludos, estimado Buho.

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