Despierta! poeta Rigoberto León Pérez. Ha reencarnado la Nicaragua dictatorial, ahora se llama Daniel Ortega y Rosario Murillo.
A ti, poeta, que te mataron temprano y que creíste que terminabas con la tiranía debes volver a levantarte o tal vez ya estás enfundado en los miles de jóvenes que están cantando la caída del nuevo endiosado. Aquel de la misma estirpe que mató a Sandino y a todos los que siguieron sus trazas, el que ha matado a los poetas de la calle y ha hecho renacer la vergüenza y el despotismo
¡Despierten! poetas de palabra y de vida, los tiranos ahora ya no solo escriben con la derecha, también se bautizan con pieles de “noble izquierda”. Ya ves poeta, están armados con la misma medalla de salvadores y de redentores del incauto pueblo. Amadores de la Patria hidalga y de sus bolsillos, los has visto también en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, y del otro lado, en Colombia, Brasil, Argentina o Chile. Viste; son los mismos embaucadores de hace 500 años.
¡Despierten! poetas del “nuevo mundo”, ustedes que guardaron sus palabras incisivas porque creyeron que había llegado el “hombre nuevo” y se emborracharon en las mistelas del siglo 21, que trocaron sus plumas de trinchera a los escritorios llenos de cocteleras de fina estampa. Ahora ya sabes poeta, que caminar por “la izquierda” no te asegura saber quién lucha contigo, que luego te comulgue de terrorista y hasta te ahorque con su verso meloso o creíste que el estalinismo solo fue un chiste que cercenó a tantos, como Trosky, Zinoviev… Ya ves, que más allá de la tinta ideológica está el ego patriarcal y monárquico el que los guía, con el que algunos llevan de corona en su altar, una hoz que degüella desde el lado izquierdo.
¡Despierta! poeta, que hay algo más allá, que no son tus palabras las que te hacen trovador sino el cómo vives por cada sol y por cada luna, especialmente en la fogata de tu hogar. Ahora sabes a quién puedes creer, al que vive como declama o al que miente por cada diente, los demás solo están esperando tu descuido para tomarse el trono por la derecha o la izquierda.
Supongo, poeta, que ahora por fin comprendas, que no solo se trataba de alzar tu pecho zurd, sino que hay que vibrar desde abajo y desde adentro. Quizás también ya observaste que tampoco son luz Los obscuros demócratas de ambos costados, sino que su germen está en esa moneda, esa de dos caras, hecha del mismo metal letal.
Ahora sabrás, poeta, que hay que ascender dulcemente, que no se trata de tomar la cima de un solo brinco sino de poner el un ojo adentro y el otro afuera, para que cuando llegues arriba de la estrella y veas como se ve desde ahí la tierra, no te marees y caigas al abismo encima de todos los que te sostienen.
¡Despierta! poeta interamericano, acaso no te fueron suficientes 5 siglos, seguramente necesitabas probar la orilla izquierda, para que despertaras de la pesadilla burbujeante y vieras que el camino es sobretodo de equidad. Que el equilibrio se logra pisando fuerte en la Matria sino, vas a vender a dios y al diablo tu “ideología”, como el Ortega que ahora dice que “Dios le inspira” y que los demás están diabolizados de imperialismo.
Antañ, solo la derecha flameaba a dios y al diablo, hogaño, los socialistas también se golpean el pecho como buenos hijos del dios partido en el cielo y del dios dinero en la tierra de oro y petróleo.
¡Poeta! ahora tomas conciencia, sabes que siempre tienes que estar despierto, nunca debes perder tu mirada a los de arriba, la cúspide deja ver quiénes realmente son. Quienes no se desesperan por estar arriba, son los que saben que abajo se siembra humildad, saben que si montan a las nubes del poder y no guardan el corazón latiendo dentro de la Pachamama, caerán, como caerá el farsante anti-sandinista Ortega, como los que ya cayeron y los que aún faltan por caer.
*Escritor ecuatoriano