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ECUADOR Y LOS CONVENIOS DE LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT)

27 de Octubre 2015

Redacción Lalineadefuego

Desde 1997 la Asociación de Trabajadoras Remuneradas del Hogar (ATRH) de Ecuador lleva trabajando con el objetivo de reivindicar los derechos laborales de las trabajadoras del hogar. Sus comienzos no fueron fáciles. Eran aproximadamente 150 mujeres que en aquella época desconocían la mayoría de sus derechos y, por lo tanto, en muchas ocasiones aceptaban lo que sus empleadores les imponían. Pero con el transcurrir del tiempo, la Asociación se fue consolidando y llevan ya 18 años de lucha en los que han conseguido algunos logros importantes, aunque todavía les quedan muchos objetivos por cumplir.

“Los cambios no son de la noche a la mañana, tienen un proceso largo. En aquellos tiempos, unas cuatro décadas atrás, comenzábamos a trabajar a la edad aproximada de los 11 años. Nos íbamos solas a las grandes ciudades para trabajar de puertas adentro dejando a nuestras familias en sus pueblos. Nadie hacía nada por las trabajadoras del hogar”, cuenta emocionada Maximina Salazar, la actual presidenta y cofundadora de la ATHR. Eran años en los que poquísimas trabajadoras tenían un seguro social y el trabajo infantil era algo habitual. “El empleador que afiliaba en esos años a una trabajadora del hogar era porque tenía una verdadera conciencia humana, pero de esos había muy pocos. Pero hoy es una ley y nosotras tenemos que exigir la afiliación al seguro social”, afirma tajante Maximina.

En la actualidad, la Asociación a nivel nacional está integrada por 500 personas aproximadamente, casi en su totalidad mujeres. Solo existen seis hombres afiliados. Campañas como la de 2010 sobre los derechos laborales, con el eslogan “Cuidamos a tu familia, ayúdanos a cuidar la nuestra”, han ayudado a visibilizar la importancia de su trabajo hacia la sociedad y a que se reconozcan sus derechos como mujeres y como trabajadoras. Además, trabajan en red a nivel regional por lo que están integradas en la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (CONLACTRAHO), que se constituyó en 1983 por sindicatos y organizaciones sociales. Entre los derechos conseguidos hasta ahora, de los que se sienten muy orgullosas son: las ocho horas laborales, la afiliación al seguro social o el salario básico legal. Aunque no se están cumpliendo en su totalidad.

Uno de los mayores problemas desde que se exigió por ley la afiliación al seguro social y el sueldo básico es que se han producido bastantes despidos intempestivos porque hay muchos empleadores que no quieren o no pueden cumplir con esas condiciones. “Esto es una problemática bastante fuerte en este sector. Sí ha habido despidos, pero si nosotras nunca exigimos que el empleador pague lo que nos corresponde, ellos siempre van a hacer caso omiso a las leyes. Aprobarlas era algo irrenunciable: son deberes y derechos. Si el empleador no cumple es otra cosa. Tenemos que seguir haciendo incidencia y trabajando para que los empleadores se concienticen y vean que este trabajo es importante. Imagínate que solo un día las trabajadoras del hogar hagan huelga, sería un caos. Entonces ahí se darían cuenta de la importancia que tiene este trabajo. Así que tanto los empleadores como la sociedad en general tienen que valorarnos y respetarnos”, afirma Maritza Zambrano, expresidenta de la Asociación.

Ratificación del Convenio 189: el sueño logrado

Ante la pregunta de cuál ha sido el mayor logro alcanzado, no tienen ninguna duda: la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por parte del Estado ecuatoriano en 2013. Esto significó un arduo trabajo de incidencia política durante varios años y el lanzamiento de una campaña que tenía por eslogan “Yo apoyo el Convenio 189 y ¿Tú?”, de la que se sienten muy orgullosas. El tratado internacional llamado “Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos” tiene por objeto mejorar las condiciones de vida y de trabajo de decenas de millones de trabajadoras del hogar en el mundo. Hasta ahora ha sido ratificado por 22 países a nivel mundial.

Maritza, que entró en la Asociación en 2003, era la presidenta entre los años 2013 y 2015. Justamente cuando se ratificó el Convenio. “Para las trabajadoras remuneradas del hogar, que se haya firmado este Convenio internacional significa muchísimo, porque contienen unos artículos específicos solamente para ellas donde se certifican sus derechos y cada uno de los Estados tienen que cumplirlos. Es importante porque este ente regulador está vigilante.” Según Zambrano, el actual Gobierno ecuatoriano puso desde el principio mucho énfasis en este sector laboral que estaba desprotegido y abandonado, ya que los anteriores gobiernos no lo habían tomado en cuenta. “Aunque hay cuestiones como que no todas las trabajadoras reciben el salario mínimo ni todas están afiliadas al seguro social y toca seguir haciendo incidencia y que el Gobierno también ponga ya mano dura para que los empleadores cumplan con lo que está estipulado en la ley.”

¿Pero se está cumpliendo el Convenio 189? “En la actualidad no se está cumpliendo en su totalidad, pero paulatinamente vamos consiguiendo que así sea”, asegura Maximina, que pone varios ejemplos de las dificultades encontradas. En cuanto a la erradicación del trabajo infantil, la Asociación realizó una encuesta en el año 2012 que confirmó la existencia de niñas adolescentes trabajando, aunque no en la misma cantidad que existía antes. “Nuestra propuesta, que va en relación al Convenio 189, es que el empleador debe permitirle a las chicas que tienen entre 15 y 18 años de edad seguir preparándose en su educación. Tiene que haber un horario que les permita trabajar y estudiar.”

Otro de los aspectos que no se está cumpliendo es lo relativo a los términos y condiciones de empleo mediante un contrato escrito. “El Convenio dice que en el contrato debe figurar las horas de trabajo, la dirección donde trabaja, las actividades que va a desempeñar y esto no se está cumpliendo. Hasta que no se cumpla esto nosotras vamos a seguir incidiendo con el Ministerio de Trabajo ya que tiene que haber un contrato específico para las trabajadoras del hogar”, asegura Maximina.

Además, una de las dificultades que están teniendo para que se aplique el Convenio 189 es que en Ecuador no existe una asociación de empleadores de trabajadoras remuneradas del hogar. La OIT es un organismo internacional que trabaja a nivel tripartito: Estados a través de sus gobiernos, sector de empleadores y el sector de los trabajadores se reúnen y llegan a acuerdos por consenso. Estas normas internacionales se traducen en convenios. “Nosotras tenemos aquí una falencia porque en el momento en que nos toca negociar, ¿con quién vamos a negociar para hacer las grandes negociaciones tripartitas de las que habla la OIT?”, admite Maximina.

En cuanto al futuro más inmediato, Maritza se centra en dos cuestiones principales. “Estamos trabajando para que el Convenio 189 se plasme en la ley ecuatoriana. Nosotras nunca hemos querido una ley específica para las trabajadoras remuneradas del hogar, porque si hay beneficios para los demás trabajadores, ¿por qué nosotras no podemos gozar de esos mismos derechos?, no queremos quedarnos fuera. También estamos luchando por que se apruebe el sindicato por rama. Nosotras no podemos hacer un sindicato porque no tenemos un solo empleador. Somos una asociación, pero queremos hacernos fuerte y necesitamos crear un sindicato nacional donde tengamos en todas las provincias del país trabajadoras afiliadas. En el último debate sobre la Ley Orgánica para la Justicia Laboral teníamos plasmado el sindicato por rama pero se impusieron los empleadores. Fue una presión hacia el Gobierno y al Ministro. Así que la asociación continúa realizando incidencia hasta tener el sindicato nacional.”

¿Pero qué garantiza la ratificación de un convenio?

Para Diego Cano, activista y consultor sindical, el hecho de que un convenio sea ratificado no garantiza nada absolutamente. “Si un Estado ratifica un convenio es porque se compromete a cumplir sus términos y no debería actuar discrecionalmente, dependiendo de la época, del momento o de los cambios que quiera hacer. Esto debería ser una política de Estado, es decir, mantenerse en el tiempo y no que haya cambios cuando cambia el Gobierno. Y este Gobierno, por ejemplo, se ha encargado de violentar los términos de los Convenios 87 y 98 ratificados por el Estado ecuatoriano hace décadas, cada vez y cuando le ha dado la gana. Le ha importado un comino y ha desconocido el ejercicio de la libertad sindical a través de la clasificación de los trabajadores en servidores y obreros”.

Además, Diego considera que sería bueno, por ejemplo, que el Estado ecuatoriano ratificara los Convenios 151 y 154, que versan sobre todo de la negociación colectiva en el sector público aunque, señala, el problema seguirá siendo el mismo. “Un Estado cuando es parte de la OIT se compromete a su cumplimiento, pero el problema no radica ahí sino en el cumplimiento. Sería suficiente y no habría necesidad de que se ratifiquen esos convenios si tuviéramos un Gobierno o un Estado que respetara las leyes”.

Asegura que la OIT ha venido realizando observaciones al Estado ecuatoriano durante casi 7 años, desde que se empezaron a poner las primeras denuncias y quejas. “Se tienen que anular ciertos procesos e incluso reformar la Constitución en el sentido de que se dé la posibilidad del ejercicio de la libertad sindical. Tenemos ratificados convenios desde hace 40 o 50 años y han hecho caso omiso de sus términos, y los han reformado vía leyes y en la misma Constitución, o simplemente con disposiciones administrativas”, concluye.

Foto: Archivo de la Asociación de Trabajadoras Remuneradas del Hogar.

 

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