El Atracador Atrapado:
Mijael Jordorkovski y el estado ruso:
Como señalaron los grandes diarios y agencias de prensa del mundo, el caso contra el ruso Mijael Jordorkovski, recientemente sentenciado a 14 años de prisión por evasión de impuestos, parece padecer motivaciones políticas. Los rusos lo niegan y acusan al occidente de intromisión en asuntos internos. Pero como se dice, un texto sin contexto es una barbaridad. Y esta historia tiene muchas aristas.
A pesar de que Jodorkovski sí puede haber evitado impuestos – es creíble – resulta difícil negar que el caso obedezca a motivos políticos. Cabe señalar, sin embargo, que estos motivos políticos son el resultado de un proceso de ‘apertura´ iniciada después de la caída del muro de Berlín, que fue nada más que uno de los atracos más grandes de la historia del planeta. Y el guapo y elegante Jodorkovski fue uno de los principales actores.
Dentro del contexto de ese apertura económica, una suerte de terapia `shock` dirigida por los Chicago Boys (incluyendo a Jeffrey Sachs el famoso economista estadounidense que se ufanaba de haber encontrado la fórmula para terminar con la pobreza), el Presidente de ese entonces, el alcohólico Boris Yeltsin, buscaba financiar su reelección en 1996 vendiendo a un grupo de acolitadores las grandes industrias del país a precio de una botella de vodka. Fue un robo a escala planetaria. La herencia de todos los rusos desapareció repentinamente en una bruma de capitalismo. Y algunos se hicieron muy, sino muy, ricos.
Roman Abramovitch, fue uno, Jodorkovski fue otro. Abramovitch, ahora vive en Londres a pesar de ser gobernador de una región siberiana. También domiciliado en Londres es Boris Berezovsky otro del grupo de atracadores, quien en 1996 se jactó de que él y otro seis ´financistas´ controlaban el 50% de la economía rusa. Pero la historia común de Berezovsky, Abramovitch y Jodorkovski tuvó desenlaces distintos. Abramovitch, oficialista desde el inicio del reino de Presidente Vladmir Putin (actual Primer Ministro), se quedó con su dinero y es dueño de Chelsea, el ahora famoso equipo de futbol de Inglaterra. Berezovsky es en efecto un exiliado, opositor férreo de Putin – que debía parte de su popularidad inicial a su lucha para acabar con los oligarcas – y a lo mejor está siempre pendiente de su estado de ´salud´.
Jodorkovski se quedó en Rusia y como niño dorado de la Casa Blanca y las empresas petroleras estadounidenses, preparaba una campaña presidencial. Pero calculó mal y cayó en la red de Putin. Putin no es ningún santo, ocurrieron eventos muy oscuros durante su mandato, pero Jodorkovski solo debe su respetabilidad a la prensa occidental. No merece mucha simpatía.