ENTREVISTA A ENRIQUE AYALA*
EL ENEMIGO FUNDAMENTAL SIGUE SIENDO LA DERECHA, SIGUE SIENDO LAS TRANSNACIONALES, SIGUE SIENDO LOS GRANDES MONOPOLIOS DEL ECUADOR…..
¿Cómo ve la coyuntura a unas semanas de la consulta. Desde una perspectiva de izquierda? ¿Hay ganadores, perdedores?
El perdedor neto es el país, porque cuando el gobierno cuenta con un respaldo fuerte las consultas deberían utilizarse para avanzar en el proceso, y esta consulta no fue para eso. La consulta no permitirá profundizar la reforma agraria crear condiciones de redistribución de la propiedad y la riqueza no va permitir mantener posiciones más definidas en el campo internacional, para mencionar solo tres puntos. La consulta estaba orientada fundamentalmente a acumular más poder en manos del ejecutivo. Y el resultado es ambiguo.
Hay un triunfo del SI. Pero la forma en que el Gobierno lo planteo en principio, que iba a ser una barrida, significó que la gente quedó con la impresión de que este triunfo fue un triunfo tibio, porque un número mucho mayor de lo previsto votó por el no, sobre todo en algunas preguntas. En consecuencia la aplicación tanto de las reformas constitucionales como reformas legales tendrá poca fuerza.
¿Le importará al Presidente Correa, un hombre muy decidido digamos, el reducido margen de la victoria?
Cuando uno gana, gana. Y aquí ganó el SI. Y esto es absolutamente claro. Lo que sucede es que la forma en la que se planteo la consulta, como una especie de ratificación del gobierno, casi una especie de referéndum personal del Presidente, terminó demostrando que el respaldo ciudadano al gobierno ha bajado de manera notoria y que hay una oposición fuerte y organizada.
La gente dice que no hay oposición porque ven que los partidos están muy cuarteados, muy golpeados, pero está buscando donde no debe. Hay una oposición organizada, muy fuerte, que sale todos los días con un gran aparato, que es la prensa. Por otra parte hay una oposición real, en sectores sociales del país que están enfrentados al gobierno. Que el gobierno viene enfrentando, a mi juicio con y sin motivo, ya desde hace algunos años.
Entonces tenemos la prensa y la dirigencia de casi la totalidad de los movimientos sociales y por último, sectores medios no organizados, pero que hacen opinión pública, y que se expresan a través de personas como Jefferson Pérez y Carlos Michelena. Al final estos sectores constituyen una oposición real que el gobierno va a tener que tomar en cuenta para el futuro. Y si el Presidente Correa no se da cuenta de que la mitad del país está en desacuerdo con sus puntos de vista y que existe una oposición militante que crece, no va a poder gobernar adecuadamente, que es lo que todos esperamos.
EL voto por el NO se expresó con fuerza, pero contiene un gran porcentaje de gente de derecha, de partidarios de Lucio Gutiérrez por ejemplo.
El SI también contiene un buen porcentaje de gente que es la clientela de la derecha, que el gobierno ha captado con el eslogan de mejorar la justicia y combatir la inseguridad. No hay que olvidarse que las dos primeras preguntas de la consulta fueron propuestas por la derecha, recogidas en casi los mismos términos que fueron planteadas por el movimiento Madera de Guerrero. Por tanto yo no creo que el SI y el NO pueden ser categorizaos como Derecha o Izquierda. Hay una serie de elementos que han ido matizando estos enfrentamientos.
Sin embargo, en la oposición hay de todo. Montecristivive hasta circula opiniones de José Hernández, ex director de la Revista Vanguardia y claramente de derecha. Es muy confuso.
Cuando hay grupos de oposición en cualquier parte del mundo, tienden a juntarse con ciertos objetivos. Si no se juntaran los Conservadores, los socialistas y los comunistas en 1944, había sido mucho más difícil tumbar al presidente Arroyo del Río. Si la resistencia francesa no hubiera incluido desde gente muy de derecha hasta los artesanos comunistas tampoco había tenido un impacto fuerte en la Segunda Guerra Mundial. Entonces cuando hay oposición es inevitable que en ciertos puntos hay coincidencias. Es evidente, desde luego, que hay ciertas personas que están en total coordinación con la derecha. Auki Tituaña por ejemplo, desde hace años funciona como una pieza de la derecha y todos lo sabemos. Y creo que él es consciente de ello. Pero no es el mismo caso con Alberto Acosta y su grupo.
Sin embargo, creo que Alberto Acosta tiene una responsabilidad con el país. Haber dirigido tan mal la Constituyente, haber sacado un producto de tan mala calidad, como la Constitución que tenemos, llena de declaraciones muy elogiables, muy valiosas, pero con una parte orgánica que deja trabado el ejercicio del poder.
¿Es muy presidencialista?
Aparte de eso, crearon poderes del estado que no representan a nadie, como es el Consejo de Participación Ciudadana. Castraron la capacidad legislativa y fiscalizador de la Asamblea Nacional. Y yo creo que es una locura ponerse a defender esta constitución desde un punto de vista democrático. Qué lástima que la organización se llame Montecristivive, porque Montecristi fue un desastre por el país. Creo que se equivocaron y deben una explicación al país por esa equivocación. Pero no son cómplices de la derecha. Pero no creo que Alberto Acosta ni su gente estén aliados con la derecha ni hayan traicionado posturas de izquierda.
Tienen discrepancias con el gobierno y las han hecho públicas. Desde luego esto es un derecho no solo constitucional sino una obligación de un militante de izquierda. Si uno ve desde la militancia que un gobierno, que se declara socialista y progresista, está actuando de una manera que no coincide con esa posición, uno no solo tiene que hacerlo saber al público, sino tiene que oponerse a esas realidades.
Cómo voy a estar yo, por ejemplo, de acuerdo con un proceso que termina clasificando la protesta como delito. Cómo puede ser que en este país se declare terrorista a una persona que organiza una manifestación en contra del gobierno. Eso hay que denunciarlo, resistirlo. Apoyar a un proceso no significa estar de acuerdo ciento por ciento con todas las iniciativas y hasta caprichos del presidente.
¿Entonces ahora hacia dónde vamos? ¿Cuál es la tarea de la izquierda?
A los historiadores siempre nos entrenan para analizar el pasado y de ahí predecir el futuro. Y yo creo que el futuro depende de lo que pueda hacer el gobierno y lo que pueda hacer la oposición de izquierda. Si el gobierno radicaliza el proceso de cambios a partir de esta consulta habremos avanzado. Pero mi impresión es que ninguna de las preguntas da para eso.
En cuanto a la oposición, va a seguir cuestionando lo elementos negativos del gobierno, es un gobierno autoritario, es un gobierno que no ha cumplido con una serie de condiciones democráticas y a veces atropella. Por otro lado, lo que la oposición de izquierda tiene que hacer es lo que la izquierda hace siempre, sea o no la oposición. Primero, una gran tarea didáctica con la gente, aprovechando la acción política para revelar la situación real del país y haciendo conocer cuáles son los enemigos fundamentales. Yo no creo que el enemigo fundamental sea Rafael Correa. Es un aliado que comete serias equivocaciones. El enemigo fundamental sigue siendo la derecha, sigue siendo las transnacionales, sigue siendo los grandes monopolios del Ecuador. Y aunque al Presidente no le guste el término, el enemigo sigue siendo el imperialismo.
En este sentido la oposición de izquierda tiene la difícil tarea de diferenciarse de la oposición de derecha, combatir a la derecha, como es la obligación de todo militante, y al mismo tiempo distanciarse de aquellas cosas que el gobierno está realizando que no son coherentes con una posición progresista de izquierda. El camino no es fácil, pero creo que es el único que el sector tiene.
¿Y su partido, el partido socialista?
Soy miembro de un partido profundamente cuarteado por dentro. Existe una dirección incondicional al gobierno que no consulta a sus bases para tomar decisiones, y en donde existe también un sector que quiere cada vez más, con fuerza, ejercer lo que consta en nuestras disposiciones internas. Es decir un apoyo al gobierno, pero crítico.
* Rector de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito.
En verdad la lucha es contra la derecha, el imperialismo y colonialismo expresado en las transnacionales petroleras, telefónicas, mineras, megahidroeléctricas pero querer “disculparle” al presidente Correa es no reconocer que el partido socialista, o sea sus coidearios y quien sabe él (el entrevistado) también han sido cómplices de la “venta” de la patria (concesionada a las empresas). Asimismo, si el presidente se ha convertido en el parlante y primer defensor de la minería sustentable o responsable (solo por citar un ejemplo) y de las transnacionales, al menos a nosotros, nos toca también enfrentar a este enemigo…