MÁXIMO GOLEADOR DE LOS ÚLTIMOS 12 AÑOS. Y LO MEJOR DE TODO ES QUE NI SIQUIERA HUBO ARQUERO.
EL ETERNO PARTIDO DE DON CHIRIBÓ…
Hugo Palacios (el Buho)
Y el árbitro dice: jueguen muchachos. Toma la pelota desde su propia cancha Don Chiribó, corre con la redonda por derecha, luego por el centro. Administra el juego sin pasársela a nadie, porque tiene le balón pegado a su pie y al bolsillo, digo, al peroné. Sigue y sigue y sigue, y no deja de seguir jugando al fútbol . Es el duro de la selección nacional y no afloja ni un solo balón al resto; quiere ser el eterno capitán, el que manda, el que juzga, el que pone y dispone.
Continúa el partido. La hinchada le reclama que no sea individualista, que se mande una pared con el resto del equipo, pero Don Chiribó se hace de oídos sordos y de ojos ciegos y de manos… a los bolsillos, y sigue con el balón. Quiere quedarse a vivir de por vida en su puesto vitalicio. Ya se dá como 12 vueltas a la cancha y no para, otros jugadores con pinta de dirigentes se le acercan, estiran la mano y se van contentos a su sitio. Don Chiribó les dice calladitos nomás y les va a ir bien. Ahora ensaya unas cascaritas, con la cabeza, con la rodilla, con el empeine, con el bolsillo…digo, con la punta del pie. Y amaga como que va a disparar pero nada; se guarda la redonda mientras se peina de lado.
Sus adversarios no atinan a quitarle la pelota; tiene todo amarrado a sus cordones; o sea que mejor de lejitos nomás. Se cruza frente a las cámaras, se vuelve a peinar, sonríe con su mejor sonrisa y exclama con el balón en las manos: sí se puede, sí se puede. Ha jurado a sus amigos que no soltará la pelota hasta el 2058, es decir, cuando el país sea sede de alguna copa mundial. Sigue el partido. Ahora se hace el loco con las cámaras y los micrófonos; ensaya una chilena y se la pasa… a él mismo. Increíble, qué jugador, qué habilidad para hacerse las jugadas, para autogestionarse los pases, para autonombrarse el mismo de siempre y para autocallarles a los amigos con algún favorcito de cabeza o de autotiro libre.
¡Penal! Se alista a cobrar la pena máxima un mayorcito que viene sonriendo, y que resulta ser el mismo que cobra los penaltis siempre. Se prepara, toma distancia, manos a la cintura, de pasito al bolsillo, escucha el silbato, se acerca, se viene… patea. Goooolll!!! De Don Chiribó. Máximo goleador de los últimos 12 años. Y lo mejor de todo es que ni siquiera hubo arquero. Él mismo va a buscar la pelota dentro de las redes y él mismo se la lleva a la mitad del campo y él mismo pita y él mismo patea y él mismo da por terminado el cotejo. Final del partido. Ganó Don Chiribó, y perdió el país.