Frente a ediciones pasadas son notables los cambios en su apariencia, pero se mantiene ese espíritu originario de promoción y difusión del mejor cine africano contemporáneo y de sus clásicos. El espacio y el tiempo de realización cambian, abandonando la localidad gaditana para hacerse con la capital cordobesa, y trasladándose de los meses de mayo-junio que marcaban el fin de la temporada festivalera al inicio de la misma del 13 al 20 del mes de octubre. De este modo, FCAT se sitúa en posición privilegiada para hacerse con estrenos y acoger a directores, actores y otros profesionales del gremio sin tener que competir con otras celebraciones similares que coincidían o se acercaban en exceso a sus fechas. Por su parte, el salto a Córdoba, ciudad de fácil acceso desde Madrid y otros centros españoles con conexiones internacionales, está directamente llamada a ampliar al público que, en anteriores ocasiones, veía dificultado su acceso por las peores conexiones con Tarifa. A pesar de la pérdida del reclamo que suponía la cercanía con África y de la audiencia local tarifeña, fiel y entregada desde la creación de la embrionaria Muestra de Cine Africano de Tarifa en 2004 que daría lugar al FCAT años después, estos dos aspectos no han sido suficientes para retener al festival. En un mundo tan competitivo como el de los festivales internacionales de cine, eventos multiformes en aumento imparable en el presente a pesar de los recortes públicos y privados a la cultura y el arte, las posibilidades de la nueva ciudad de acogida permite augurar grandes resultados futuros al elevar las cuotas de asistencia gracias a una población local y visitante a priori mucho mayor. Para ello, el FCAT ofrece unos paquetes turísticos para los dos fines de semana del festival (el puente del 11 al 14 y el fin de semana del 19 al 21) con interesantes precios hoteleros, descuentos en el AVE y en atracciones locales, además del preceptivo abono para todas las proyecciones y eventos del festival y un pack que incluye catálogo, camiseta y bolsa promocionales, señales indiscutibles de asistencia para cinéfilos e interesados. Asimismo, para los profesionales que acudan durante la semana (del 15 al 19) existen ventajas similares que ofrecen una cómoda y simplificada estancia en la ciudad durante las jornadas del festival, sacando el mayor rendimiento del mismo.
No todo son variaciones en FCAT, la continuidad de programadores, dirección y colaboradores se manifiesta en la diversidad de las sugestivas actividades paralelas que, desde su nacimiento, han caracterizado al festival. A la espera de conocer su programación detallada en los próximos meses, los organizadores mantienen propuestas como el Aula de cine (en su 3º año consecutivo), exposiciones, conciertos y talleres, así como el interesantísimo espacio profesional, un lugar único de encuentro y debate para especialistas e interesados en el cine africano. La mudanza a Córdoba, ciudad universitaria, permite la conexión con la comunidad académica, aspecto que ya ha empezado a dar sus primeros resultados a través de diversos programas de colaboración entre el FCAT y la Universidad de Córdoba (UCO). Durante años, uno de los puntales de la actuación del festival ha sido el acercar a los jóvenes el cine africano, objetivo que se consigue ahora a través de la relación privilegiada que los estudiantes universitarios tendrán con el festival. Las posibilidades que se les abren son diversas: los alumnos de la UCO podrán acceder a las actividades del festival por un precio más económico; colaborar como voluntarios en el mismo y vivir de cerca la experiencia de un festival internacional de reconocida talla y profesionalidad como el FCAT; hacer prácticas de traducción; ver reconocidos créditos de libre configuración al acudir a debates, conferencias o al Aula de Cine; así como tantas otras actividades que quedan por concretar con diversos departamentos y facultades de la universidad.
Son todas éstas estrategias sugerentes que pretenden involucrar a diversos estratos de la población local, nacional e internacional apelando a intereses y motivaciones diversas, ya que cada asistente al FCAT tiene unas expectativas únicas que se verán satisfechas no sólo con la proyección de películas, sino a través de una variada oferta de exposiciones, cursos, mesas redondas con los realizadores, conciertos, fiestas y otras actuaciones relacionadas. A la espera de conocer la programación y más detalles sobre el 9º FCAT, la propuesta que se está empezando a perfilar es de lo más seductora para todos aquellos que se quieran acercar con curiosidad y sin prejuicios a una de las mayores celebraciones del cine y la cultura africanos que existen en la actualidad.