La profunda derrota sufrida por el gobierno bolivariano en la Asamblea Nacional es sin duda un hecho político contundente que amerita un análisis profundo. Por razones de espacio, este breve artículo abordará: lo que consideramos las causas concretas (materiales) del descalabro, un esbozo de la crisis económica, algunos números de la contienda electoral y un asomo a lo que puede ser el futuro cercano del progresismo venezolano.
La crisis económica más importante del siglo es simplemente… negada
Venezuela tendrá por tercer año consecutivo la inflación más alta del mundo, que en 2014 fue (muy subestimada) de 68,5%. La inflación de 2015 ha sido frontalmente ocultada por los organismos estatales, prohibiendo con denuedo su publicación. En 2015 se prevé que la inflación sobrepase los tres dígitos, convirtiéndose en la inflación más fuerte de nuestra historia. Hablamos de: déficit fiscal de dos dígitos, la caída del 70 % de los precios del petróleo, el riesgo país a la inversión internacional más alto del globo (JP EMBI+ 2400 puntos, 2015), la estrepitosa caída del PIB del año anterior (cerca del 4 %), la cantidad de divisas operativas en las reservas internacionales más baja del decenio y una tremebunda escasez de toda clase de bienes y servicios. A todo ello se le suma la fuga de capitales –en relación con su PIB- más grande del planeta.
Ante ese deslucido panorama se erige la certeza de que la situación va a ser más grave. Frente a todas estas evidencias, los planteamientos del gobierno han sido simplemente negar la existencia de la crisis a fuerza de ideas conspirativas que por más ornamentos que posean, no pueden ocultar la gravísima destrucción del poder adquisitivo obrero y todos los males materiales que la crisis acarrea.
La peor derrota electoral de cualquier gobierno progresista
A pesar de semejante crisis, el gobierno realizó un campaña bastante confiada en el poder de su maquinaria electoral (el PSUV cuenta con cerca de 7 millones de inscritos y todos los recursos del Estado a disposición) y en la constante amenaza propagandística que hacía vender que un triunfo opositor sería la eliminación de todo el aparataje popular-asistencial de subsidios, prebendas y regalos. El gobierno no planteó un futuro mejor, ni la promesa de mejorar o al menos reconocer los horrendos errores cometidos. Por el contrario, la campaña enfatizó sus logros, publicitándose como el mejor gobierno del planeta, haciendo caso omiso al pavoroso devenir económico.
La oposición se centró en el tema meramente económico, postergando sus tradicionales idioteces anticomunistas (Ej.: el gobierno te quitará tus hijos, te obligará a compartir a tu mujer y te va expropiar la manera de vestir). Los cursis gritos de “libertad” pasaron a un segundo plano y todo se centró en vender la mentira de que su triunfo resolvería los gravísimos problemas económicos. En tal desvarío, candidatos como Tomás Guanipa vendieron la propuesta de “dolarizar el salario”, y otros prometieron igualar el salario a una canasta alimentaria 5 veces más elevada que el salario actual. Entre cada oferta huera y anodina se adjuntó un fementido universal abstracto, tan vacío como sus exponentes: “queremos cambio”.
El seis de diciembre se realizaron los comicios para elegir a los 167 diputados que legislarían hasta el 5 de enero del año 2021. Con una abstención tremendamente baja (25 %) para ese tipo de elecciones, el gobierno insuflaba una “titánica” confianza en los resultados.
En la madrugada se supo el primer boletín parcial que mostraba una soberana e impensada felpa de la oposición al gobierno. En los días subsiguientes se sabrían los demás guarismos que apuntaban a la peor derrota de gobierno progresista alguno (hasta ahora).
En resumidas cuentas:
A. En la última elección a la Asamblea Nacional (2010) el gobierno había obtenido 98 curules frente a 65 escaños del antichavismo nucleado en la MUD.
B. En las elecciones presidenciales de 2013 Nicolás Maduro había triunfado con 7.586.251 de votos, apenas 224 mil más que su adversario, el chavismo ya había perdido[i] alrededor de 700 mil votos en apenas seis meses.
C. En estas elecciones[ii] el chavismo sólo obtuvo 5.615.300 votos, casi 2 millones de votos menos que en 2013. La oposición creció en apenas en 5 %. Eso pareciera indicar que buena parte del voto chavista no migró hacia la oposición.
D. A final de cuentas la oposición obtuvo 112 escaños contra apenas 55 del gobierno, que pierde en cinco años la bicoca de 43 diputados, casi el 50 % de sus legisladores.
E. La oposición obtuvo el 57 % de los votos, pero por la forma mayoritariamente circuital de la elección, obtuvo el 68 % de los curules. El chavismo con un nada despreciable 42 % de los votos obtuvo apenas el 33 % de los escaños[iii].
F. La estructura de la elección favorece a las mayorías y afianza un negativo bipartidismo, haciendo imposible la irrupción de fuerzas alternativas e irrespetando los principios básicos de la proporcionalidad del voto.
G. El gobierno apenas triunfó en 6 estados y en ellos la sumatoria neta de votos favorables apenas alcanzó la cifra de 100 mil votos.
H. En el Estado Carabobo dirigido por un gobernador bolivariano, Maduro había triunfado en el 2013 con una diferencia a favor de 15 mil votos. En esta la elección la derrota fue por más de 205 mil votos.
I. En el Estado Zulia la diferencia entre votos opositores y chavistas fue cinco veces más favorable a la oposición. En el distrito capital la ventaja fue siete veces más grande para la oposición[iv].
J. En Estados gobernados por chavistas como Bolívar y Barinas, la oposición aumento su ventaja electoral en cerca de 400 %[v].
K. El voto nulo fue protagonista, no por los deseos de anarquistas y algunos trotskistas, sino porque muchas personas con dificultades tecnológicas no pudieron expresarse como quisieron.
L. El sistema electoral venezolano no prevé la posibilidad de que los electores manifiesten su descontento emitiendo un voto en blanco; al extremo que para el CNE estos votos deben considerarse como nulos y un error del elector, pero no una decisión deliberada.[vi]
M. A nivel nacional hubo la bicoca de 697.947 votos nulos (4,77%)[vii]. Hubo una casi triplicación del voto nulo, comparado con la última elección asamblearia. Hubo muchas denuncias de imposibilidad efectiva de votar por quien querían, en los sectores de menores ingresos[viii].
N. En el circuito 3 de Aragua, el oficialismo perdió por apenas por apenas 82 votos -sobre 158 mil-. En esa circunscripción los votos nulos alcanzaron la escandalosa cifra de 16 mil. Es probable que muchas personas afectas al chavismo hayan pulsado los “ojitos” de la tarjeta del PSUV, pero no la tecla específica que marca el voto[ix].
O. En el circuito 4 del Estado Aragua, el favorito Elvis Amoroso también perdió por siete mil votos, cuando los votos nulos fueron 30 mil.
P. Para la votación de diputados indígenas, región oriental, la cifra de votos nulos alcanzó el 20 % de la votación total. Es evidente que tamaña cifra debe revisarse como un problema en el cual la población trata de expresarse y su voto sale nulo.[x]
El gran responsable de la derrota es… la “guerra económica”
“Ha triunfado la guerra económica (…) el esconder los productos, encarecerlos, (…) se establecía el precio justo para un producto y lo escondían todo, a una camisa de vestir le ponen el precio que le da la gana: 100 mil bolívares, un par de zapatos 60 mil bolívares –el salario mínimo es 16 mil bolívares-“
Apenas la rectora del CNE ofreció las resultas, el Presidente Nicolás Maduro hizo una alocución reconociéndolos. Luego de ello, procedió a responsabilizar a la “Guerra Económica” (GE) como la causante del estrepitoso fracaso, ya que –según él- ella desanimó y doblegó a las bases chavistas, impidiéndoles ir a votar por el proceso.
En otras oportunidades he criticado la teoría de la GE. En particular en una breve trilogía publicada hace unos meses[xii]. En resumidas cuentas diría que:
a) El contrabando no lo hacen personas que quieren derrocar a Maduro y que son pagadas por la CIA. Dicha actividad se ha visto incrementada debido a los enormes márgenes de diferencia entre los precios regulados por el estado y los precios a los cuales se pueden vender esas mercancías en Colombia, Brasil, Panamá etc.
b) Bajo una espiral inflacionaria y al haber precios regulados –donde ganarían como máximo 30 %, habiendo una inflación anual de 68,5 % (2014)-, las expectativas indican que los precios van a aumentar, por ende, es normal que todos los comerciantes prefieran no vender las mercancías todavía y protegerse de una posible subida de precios. A eso el gobierno lo llama “acaparamiento”.
c) Antes de vender las mercancías a precios regulados a la población, los comerciantes prefieren venderla a restaurantes, clínicas, etc., con los que pueden tranzar un precio más alto que el regulado, lo cual le permite obtener más ganancias.
d) Buhoneros y minoristas de toda laya pueden negociar con comercios y fábricas para comprar a un precio por encima de la regulación, porque ellos pueden revender a un precio robusto sin ningún límite o control estatal. Vendiendo esas mercancías a buhoneros y distribuidores ilegales, podrían obtener elevadas ganancias libres de impuestos.
e) La “especulación” no es la causa de la subida general del nivel de precios, es por el contrario su consecuencia. Todas las economías del mundo han pasado por cuadros inflacionarios similares al que acaece en Venezuela, de hecho en Alemania la hiperinflación llegó a hacer que una cerveza costase 4 mil millones de marcos. Obviamente no había “guerra económica” en Alemania. En Argentina, Bolivia y Brasil también sucedió lo mismo aun cuando ningún Presidente de esos países era enemigo de EEUU.
g) Hay que estudiar las causas estructurales que han hecho de nuestra economía una víctima recurrente de la inflación. Es de recordar que en los años noventa, las tasas de inflación llegaron a ser de más del 100%, ese crecer de los precios fue acompañado por una severa escasez. Eso sí, a nadie se le ocurrió argumentar que la inflación era inducida por una GE contra Caldera o CAP.
h) Aunque parezca contradictorio, los “guerreros económicos” dicen que la inflación no existe, pero que al mismo tiempo es inducida. Rizando el rizo, comentan que los empresarios en Venezuela (restaurantes y quincallas chinas incluidas) siguen las órdenes de un mando central golpista que es dirigido por el FBI desde Miami, para forzar a los empresarios a subir los precios de las mercancías, cosa que encime les conviene porque mientras más inflación –según ellos- más ganancia (¡!).
En síntesis:
· 1. La “teoría” de la Guerra Económica (GE) es un disparate. No se debe atribuir la derrota electoral a algo que no existe.
· 2. La inflación no le conviene al empresario, mientras más suben de precio, menos venden, menos ganan y tienden a quebrar porque ya no pueden reponer inventario y cubrir sus costos. Creer que precios altos es ganancia alta es prehistórico, es una ilusión monetaria.
Si la GE fuera cierta habría comerciantes chavistas que no la harían y vendieran todo barato y surtido. Desgraciadamente las empresas estatales son las que más escasez tienen. Penosamente, hay que decirlo, quienes más contrabandean y bachaquean[xiii] son altos funcionarios estatales que precisamente les conviene que su gobierno se eternice. Por ende, no lo hacen para derrocarse a sí mismos, sólo se aprovechan de un súper negocio.
Si la GE fuese cierta y todos los empresarios destruyen la economía a propósito, la única solución factible sería la expropiación radical de todas esas empresas y su control estatal. Sin embargo, los ideólogos de la GE jamás lo plantean y se contentan con exigir mayores fiscalizaciones. Tal absurdo se resume a tratar de “regular” la GE. Mientras tanto, el gobierno “en guerra” les vende dólares preferenciales a los capitalistas, les ofrece créditos con tasas de interés real negativa, les ofrece condonaciones de deuda, les reduce impuestos e imprime mucho dinero inorgánico para luego prestárselo a tasas ridículamente bajas a la burguesía y ésta pueda comprar dólares en el mercado paralelo. Vaya “guerra” extraña.
Peor aún. Si el gobierno dice que la terrible situación económica actual se debe a la GE, muchos electores pudieron pensar que todos los problemas económicos se podrían resolver con la salida del gobierno, ya que eso haría que los empresarios dejasen de “guerrear” y la economía fluyese libre de crisis.
Si la GE es la causa de todos los males, el gobierno debería ceder a los capitalistas y hacer cumplir su voluntad. De tal forma, los problemas de escasez, inflación y pobreza desaparecerían al instante. Si el gobierno lleva años “combatiéndola” y cada día la situación empeora, la solución es la plena conciliación de clases, pactar y obedecer a los capitalistas en sus exigencias. La ideología de “guerra económica” es cobarde, liquidacionista y mendaz.
Grises perspectivas
Mientras el gobierno insista en la estólida tesis de la “guerra económica” no podrá formular ninguna política eficaz contra las causas estructurales y coyunturales de la crisis económica que se niega a reconocer. La crisis económica fue la madre de la derrota política del gobierno.
Si el gobierno se niega a hacer una autocrítica profunda, la situación económica debe empeorar, ya que sin ella no se pueden advertir los dramáticos errores en política económica que empeoraron de manera catastrófica el natural declive cíclico de la economía.
Mientras se insista en plantear “soluciones” absurdas e ineficientes como los mercados a “cielo abierto” para paliar los problemas de abastecimiento, los problemas deben empeorar. Ni hablar que en esos mercados los controles se apartan, las mafias entran en acción y la corrupción se multiplica. Las 10 horas de colas para comprar un pedazo de cerdo son percibidas con extrema molestia por una población que lleva décadas acostumbrada a comprar en supermercados y mercados municipales surtidos, dada nuestra munificente renta petrolera y la histórica sobrevaluación de la moneda. Las personas que no hacen las 10 horas de cola compran el cerdo hasta 8 veces más caro. Ambos, el que hizo la cola y el que pagó mucho más por el puerco deben sentirse muy amargados.
Aunque el gobierno se haga el ciego ante la crisis, ésta avanza. Aunque no la nombre e incluso la prohíba con un ukase, la crisis se expande y amenaza con destruir el micro poder adquisitivo de la clase obrera.
El gobierno, el ajuste y la inmediatez de la crisis
La inminencia de completar el ajuste macroeconómico más drástico en la historia de Venezuela, es cada vez más feroz. Cada día que pasa las cuentas no cierran, se expanden los déficits y los ingresos se vienen abajo dada la tremenda baja cíclica del precio del petróleo. Cuando el precio del petróleo subió 9 veces no se ahorró. Más bien se aumentó el ritmo de gastos, el país se endeudó más y la base monetaria se expandió en más de 17 mil por ciento (1999-2015)[xiv]. La esperada por todos, menos por los dirigentes del Estado venezolano, caída en los precios de los hidrocarburos, mostró la más absoluta improvisación en el manejo de las cuentas nacionales y la más lánguida de las irresponsabilidades.
El devenir de esa situación se fue gestando en el medio de una reedición de la Venezuela Saudita de 1975-1981, donde los precios del petróleo también subieron y el estado se dedicó a gastar lo más rápido todo aquel provento. El resultado fue el llamado “viernes negro” que en 1983 rompió la ilusión saudí y mostró la hoz de la pobreza que azotaría al país con fuerza inusitada.
El año 2016 puede traer consigo el completar del ajuste macroeconómico más fuerte y anti obrero de nuestra historia. La situación económica de 1989, año del fatídico 27 de febrero, era menos mala que la actual. Las devaluaciones y aumentos del tipo cambio que se plantearon en aquellos tiempos rozaban el 100 % y un poco más. Sin duda medidas graves y empobrecedoras. En la actualidad las distorsiones son mucho más grandes. Para ofrecer una dimensión de la situación, los aumentos en el tipo de cambio y en la gasolina pueden ser de 4000 % para las divisas y de 20000 % para el combustible. Si se aumenta el tipo de cambio que se usa para importar medicinas y alimentos en 4000 % aún quedaría rezagado a ser apenas un 25 % del precio del tipo de cambio que se transa en el mercado paralelo. Llenar un tanque de gasolina de 44 litros cuesta apenas 4,5 bolívares. Aumentar en 20 mil por ciento llevaría el precio de llenar un tanque a 900 bolívares, menos de un dólar del precio al que se comercializa la divisa en la frontera colombo-venezolana.
Ambos incrementos, por sólo nombrar un par, tendrían un efecto de inmediata irrigación sobre todas las demás mercancías, las cuales deben sufrirían incrementos correlativos de más de tres cifras largas. Si se abandona el esquema regulatorio de precios, para frenar la tremebunda escasez, los productos aparecerán, pero vendrán a unos precios tan altos que convertirán los otrora salarios mínimos de Venezuela (2008) de 500 dólares, en salarios de 50 dólares, medidos a tasa oficial.
Es realmente impresionante la profundidad de la crisis y lo drástico que se muestran los ajustes capitalistas de la misma, partiendo de la rotunda negación del gobierno a encabezar una revolución socialista de verdad, que destruya el poder político y económico de la clase explotadora. Estando cerrada esa puerta, el ajuste que se avecina se muestra como la peor pesadilla de nuestra joven república. La izquierda perdida en su laberinto populista-clientelar se muestra como una comparsa acrítica del “progresismo”. Hoy está más desmantelada e inoperativa que nunca. Sin organizaciones sólidas y blandiendo las ideologías conspirativas más delirantes, es difícil no prever una verdadera y estructural derrota histórica del movimiento obrero.
* Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO)
NOTAS
[i] Los resultados de la elección presidencial de 2012 están disponibles en este link: http://www.cne.gob.ve/resultado_presidencial_2012/r/1/reg_000000.html
[ii] La comparación entre una elección asamblearia y presidencial no es de lo más fructífera. Sin embargo, en las circunstancias de extrema politización, una comparativa entrambas puede reflejar ciertos comportamientos puntuales.
[iii] Datos extraídos de la tabla que publicó Javier Biardeau en su artículo “6-D: Fin del “Pote Humo”. No es momento para felicitadores ni jalabolas” Fecha: 08/12/2015. Disponible en: http://www.aporrea.org/actualidad/a218737.html
[vi] Martínez, Eugenio. Resultados del 6D arrojaron aumento de votos nulos. Fecha: 08/12/2015. Artículo disponible en: http://www.elpitazo.com/ultimas-noticias/resultados-del-6d-arrojaron-aumento-de-votos-nulos/
[viii] Pérez, Irving. Votos nulos pudieron cambiar los resultados electorales en algunos circuitos. Fecha: 13/12/2015. Disponible en: http://efectococuyo.com/efecto-cocuyo/politikom/votos-nulos-pudieron-cambiar-los-resultados-electorales-en-algunos-circuitos
[ix] Diputadas y Diputados Lista a la Asamblea Nacional del ESTADO ARAGUA. Página web oficial del CNE. Disponible en: http://www.cne.gob.ve/resultado_asamblea2015/r/0/reg_040000.html
[x] Diputada o Diputado por la Representanción Indígena a la Asamblea Nacional Región Oriente. Página web oficial del CNE. Disponible en: http://www.cne.gob.ve/resultado_asamblea2015/r/0/reg_000000.html
[xi] Palabras del Presidente Nicolás Maduro en la madrugada del 7 de diciembre de 2015. Vídeo disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=AyDRNX2oDd8
[xii] En este link, del portal digital Contrapunto, se encuentra la sintética triada de artículos críticos con la ideología de la guerra económica: http://contrapunto.com/usuario/Manuel%20Sutherland/
[xiii] Bachaquear es un neologismo venezolano que se aplica a las personas o empresas que compran mercancías a precios regulados por el Estado y luego la revenden al precio más alto posible.
[xiv] Banco Central de Venezuela. Base Monetaria. Disponible hasta 2015 en: http://www.bcv.org.ve/
Y un supuesto “gobierno socialista” podrá solucionar la crisis??????