La forma en que se distribuye la riqueza entre empresarios y trabajadores es una muestra del conflicto existente entre capital y trabajo.
De esa manera, cuestionarse cómo se encuentra esta relación permite comprender las condiciones en que la implementación de nuevas modalidades de contratos laborales tiene lugar. Así como ocurrió en los sectores bananero, florícola, ganadero y turístico-hotelero con la flexibilización de la jornada laboral. Es decir ¿Qué condiciones poseen estos sectores en relación con el conflicto entre capital y trabajo?
Analizar el Producto Interno Bruto (PIB) por enfoque de ingresos es uno de los acercamientos empíricos para observar la relación capital-trabajo. Sus componentes son: i) Remuneraciones, que corresponde al pago en salario realizado a los trabajadores; ii) Excedente Bruto de Explotación, es la ganancia de las empresas o pago al capital; iii) Ingresos Mixtos que se refiere al ingreso de cuenta propia, no diferencia la parte que pertenece al trabajo y al capital y; iv) Impuestos netos que son aquellos sobre la producción e importaciones menos subvenciones. Desde esta perspectiva, la participación promedio de las remuneraciones en la nueva riqueza generada aumenta del 31.6% en 2007 al 37.8% en 2016. Ese incremento se observa de manera general al desagregar por grandes grupos de actividad económica, tal como se observa en el gráfico 1.
No obstante, si bien existen ciertos sectores económicos en los que la participación de las remuneraciones aumenta, existen otros en los que disminuye o se mantiene constante. Es necesario discutir si los sectores en los que se aplicaron las nuevas modalidades de contrato flexibles. La forma en que se operacionalizarán las variables para observarles serán a partir del CIIU Revisión 4.0 a 6 dígitos: a) Cultivo de banano, café y cacao; b) Cultivo de flores; c) Alojamiento/Servicio de alimento y bebida; d) Cría de ganado, otros animales; productos animales; y actividades de apoyo. En ese sentido, el gráfico 2 muestra que en casi todos estos sectores las remuneraciones tienden a disminuir entre 2007 y 2016. Eso ocurre excepto en la cría de ganado que se mantiene constante en un 28%. Además se observa que en casi todos los casos no supera el 30%. Un nivel muy por debajo al promedio general, lo que no ocurre con el cultivo de flores que asciende al 41%.
El argumento de que la disminución de la remuneración sea el efecto de una inversión superior en tecnología no es plausible. Así lo demuestra un análisis del cambio en la tasa de variación de la formación bruta de capital fijo[1] (FBKF) en los sectores considerados. En otras palabras, la capacidad productiva no se ha transformado de manera marcada (especialmente en el sector hotelero y turismo que no muestra inversiones). Excepto en el caso del cultivo de flores en el año 2010 que aumenta en un 80% al compararlo con el año anterior, pero en años siguientes se estabiliza. De igual manera, el argumento que postula una disminución del número de asalariados también se desvanece considerando que la tasa de crecimiento promedio anual de los sectores no ha variado en la misma proporción que las remuneraciones. Así, en el caso del cultivo de banano, café y cacao tiene una tasa del -0.3%, el cultivo de flores -4.8%, cría de ganado un -3.9% y en el caso del alojamiento tiene un 1.7%.
Por otra parte, un análisis de los salarios promedios muestra que en todos los sectores ha existido un crecimiento importante entre 2007 y 2016. El cultivo de banano, café y cacao tiene una tasa anual promedio del 4%, el cultivo de flores 10%, cría de ganado un 2% y en el caso del alojamiento, servicios de alimento y bebidas un 6%. Desde esa perspectiva surge la pregunta ¿Cómo un aumento de los salarios promedios no se corresponde con un aumento del peso de las remuneraciones? La respuesta a esa aparente contradicción es que el crecimiento de esos sectores ha beneficiado más a los ingresos del capital que al de los trabajadores, como efecto de la asimetría en las relaciones de poder.
Sin embargo, el aumento de los salarios promedios es un elemento importante a ser considerado como un avance. En conclusión, el crecimiento es capturado en mayor medida por el capital, en detrimento de los trabajadores y no por sus inversiones.
Por lo tanto, la evidencia observada indica que los sectores sujetos a nuevas modalidades de contratación flexible tienen una alta presión por parte del capital; misma que ha devenido en un aumento de su participación en la riqueza generada. En otras palabras, las capas empresariales de estos sectores han generado mecanismos que restringen la participación de las remuneraciones en la distribución de la nueva riqueza generada, con lo cual es adecuado reflexionar ¿La presión de los grupos empresariales en estos sectores tuvo incidencia en la implementación de estos contratos? ¿Es posible que estos contratos impliquen un retroceso en el aumento observado de los salario promedios, con lo cual se conviertan en un mecanismo de super-explotación de los asalariados[2] para aumentar los ingresos del capital?
En la actualidad, se está planteando que los contratos flexibles también apliquen a los sectores: acuícola, construcción, artístico y arrocero. En ese sentido, estos sectores también se encuentran en el segmento que reduce su participación en remuneraciones o permanece constante entre 2007 y 2016 (Anexo 1). Esa condición es probablemente la que genere la posibilidad de efectivamente implementar este tipo de contratos. Por otro lado, existen sectores en los que la remuneración ha logrado alcanzar niveles muy altos, con aumentos de más de 30 y 20 puntos porcentuales. Es necesario sostener y profundizar estos procesos. De esa forma, un número limitado de personas no aumentarán su riqueza como consecuencia del empobrecimiento de un gran contigente de la población.
Bibliografía
Marini, R. M. (1973). Dialéctica de la dependencia (1973). América Latina, dependencia y globalización. Fundamentos conceptuales Ruy Mauro Marini. Antología y presentación Carlos Eduardo Martins, 107-149.
Marini, R. M. (1978). Las razones del neodesarrollismo (respuesta a F.H. Cardoso y J. Serra). Revista Mexicana de Sociología, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, número especial.
Osorio, J. (2013). Fundamentos de la superexplotación. Razón y Revolución(25), 9-34.
Anexo 1. Variación de la participación de las remuneraciones por sector en números porcentuales 2007-2016.
Fuente: BCE: TOU 2007-2016/ Elaboración: Jonathan Báez
[1] Es la inversión de un país representada por la variación de activos fijos no financieros en un periodo de tiempo determinado.
[2] La super-explotación es una noción que describe el funcionamiento específico de las economías dependientes, formulada por Marini (1973) como uno de los principales exponentes de la teoría marxista de la dependencia. Esta es entendida como “una forma particular de explotación y esa particularidad reside en que es una explotación en que se viola el valor de la fuerza de trabajo.” (Osorio, 2013, pág. 10). Es decir, se remunera al trabajador por debajo de su valor real. Esa noción fue debatida a profundidad en décadas pasadas. Sin embargo, ante la evidencia analizada es posible que la super-explotación de la fuerza de trabajo –contingente tanto histórica como políticamente- retorne a ser uno de los mecanismos utilizados para aumentar la tasa de ganancia.
Publicado en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central del Ecuador.