ENTREVISTA ALEXIS PONCE, SUBSECRETARIO SOCIAL DEL SENAGUA

CASO REPRESA RIO GRANDE EN CHONE

ENTREVISTA ALEXIS PONCE, SUBSECRETARIO SOCIAL DEL SENAGUA

Por Gerard Coffey

Son unos años ya desde la última vez que pasé por el edificio del Ministerio de Agricultura, en la Avenidas Amazonas y Eloy Alfaro. Fue durante los pocos meses cuando Luis Macas era Ministro de Agricultura. Y está vez, como en la época de Lucio Gutiérrez, no hay luz en la entrada y los ascensores no funcionan. Algunas cosas no cambian. Por lo menos no tengo que trepar los siete pisos  hasta el ministerio, sino solo tres hasta la Secretaría Nacional del Agua, SENAGUA. Es bueno para el corazón me dice un funcionario mientras subimos juntos.

Por suerte hay luz cuando llego a las oficinas del SENAGUA y me guían hasta un pequeño rincón donde entre los cuatro escritorios y cinco personas hablando a la vez, puedo ver a Alexis Ponce, actual subsecretario social de la institución, metido en una esquina. Te equivocaste de Ministerio le digo mirando al espacio severamente reducido. Conozco a funcionarios con despachos del tamaño de media cancha de futbol, le digo. Se ríe y se encoja de hombros.

El objetivo es discutir un ataque personal injustificable contra él que viene circulando en el internet desde hace unas semanas. El motivo es el conflicto en Manabí sobre la propuesta de construir la  represa  Rio Grande. Ponce fue durante muchos años, veinte, me dice más tarde, la cabeza más visible de la Asamblea permanente de Derechos Humanos APDH, y junto con la hermana Elsie Monje uno los dos voceros más respetados del sector.

Es entendible le digo, que los unos no están de acuerdo con los otros, que haya perjudicados y resistencia ante proyectos como el de Rio Grande, que los ánimos se calienten. Es legítimo cuestionar el papel de un funcionario, cualquier funcionario. Es legítimo oponerse a un proyecto y resistir, luchar por los derechos. Es incluso legítimo equivocarse. Todos nos equivocamos. Pero recurrir a insultos de carácter tan personal degrada el debate y hasta quita credibilidad a aquellos que insultan, sin excepciones.

ENTREVISTA

…..Y Sucre le dice a Bolivar “tenemos un peligro, General, estamos construyendo esta casa sobre fango y arena. Porque lo que no se  institucionaliza, porque sin estructura sólida, nosotros nos perdemos, nos vamos y todo esto se acaba.”

Pasaste muchos años en la calle reclamando a los gobiernos de turno por la falta de respeto a los Derechos Humanos. Ahora te reclaman a ti por estar con el gobierno y no estar en la calle.

Defender los derechos humanos no es una profesión, no me gradué en ninguna universidad  o colegio de Derechos Humanos, es un acto de fe y una opción personal. Escogí ese camino y no lo he abandonado. Lo que abandoné fue la representatividad que en algún momento tuve en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, APDH.  En el año 2006 dije voluntariamente “bueno, son 20 años y  lo dejo allí”  pero jamás abandoné la idea de defender la vida dondequiera que esté.

Incluso han dicho que ahora estás con la ‘derecha anti humana’ por tu papel en el SENAGUA, trabajando por el Gobierno y supuestamente atropellando los derechos humanos de campesinos afectados por la propuesta de construir la represa Rio Grande.

Lo que hay es una lectura muy interesada, inclusive diría una lectura ciega, porque ve solamente con un ojo, que solamente ve desde la exclusiva visión de lo que quiere ver , pero que no logra empatar con las otras seriedades.  Sospecho que tampoco logra empatar  con las distintas realidades que existen en el propio campo social. Es lugar común en el Ecuador, no sé si en otras partes de Latinoamérica, el convertir todo tipo de debate que tendría que ver con contenidos específicos en algo más personalizado. No acepto esto como punto de debate.

Lo que es más yo intento crear las condiciones para  mantener y duplicar el dialogo con muchos sectores. Lo primero que hice cuando llegue acá en el mes de Febrero, y quizás fue pecado de ingenuo, fue escribir por internet  y decir “estoy acá, vengan todos, quiero conversar con ustedes” pero no tuve respuesta alguna. En todo caso yo creo, y seguiré creyendo aquí en ese puesto, que  aquellos que me critican son compañeros, y por lo tanto que las líneas de diálogo no deben  perder esa condición humana, política, lógica solo porque uno esté ahora en esta institución del agua o del gobierno.

El agua, junto con la minería, es uno de los temas más candentes, más difíciles de resolver. Entonces cómo ves tu papel aquí en el SENAGUA. ¿Qué esperas lograr? 

Es importante entender que este no fue un salto directo de una organización de Derechos Humanos directo al SENAGUA, es un proceso.  Decidí dejar a la APDH como etiqueta de identidad, porque hay una generación ya formada y uno dice ´bueno, me retiro a tiempo, para que esa nueva generación, siga construyendo el proceso denominado la APDH´.

Me fui a la Constituyente, y ahí aposté por el proceso que ahora continuamos, peleando por los temas de Derechos junto con otros actores de adentro y afuera por temas que hoy están en la carta magna. Luego, trabajando en el Ministerio de Electricidad, cuando Miguel Calahorano estaba de de Ministro, me di cuenta de cómo el defensor, en este caso el activista de Derechos Humanos, al ingresar en el circuito estatal institucional , tenía que ver dos cosas :

Uno, en el menor tiempo posible, luchar contra la cantidad enorme de conflictos represados que existen. Y dos, tratar de tener a la vez una consciencia estratégica para  crear los pilares. Me pasé repitiendo, y esto no es mío, es parte de una carta de Sucre a  Bolívar en el tiempo que construían  esta  utopía que se denominó ´La Gran Colombia´. Y Sucre le dice “tenemos un peligro, General, estamos construyendo esta casa sobre fango y arena. Porque lo que no se  institucionaliza, porque sin estructura sólida, nosotros nos perdemos, nos vamos y todo esto se acaba.”

Entonces hicimos tres cosas. Primero, crear una visión social amparada en los estándares de derechos. Segundo, trabajamos el tema de responsabilidad social. Tercero, el tema de relación cooperativa, que no hay que tener miedo a las comunidades.  No hay que satanizar lo social, es decir allá la sociedad civil, acá nosotros.

También creamos equipos, porque lastimosamente equipos sociales se necesitan, y estábamos en un proceso de querer colaborar y empatar nuevamente una visión que vaya más allá de las personas.  Ahora, en la SENAGUA, estoy  con estas dos ideas, de crear estructuras, porque cuando nos vayamos se tienen que quedar las estructuras de pensamiento social y visión social que tengan que ver con el marco constitucional, nuestra ley, y sobre todo un tema básico, acá sí incorporamos los estándares básicos que tenemos.

Pero muchos cuestionan tu papel aquí, quizás pensando que con tu trayectoria y reputación de defensor de derechos humanos te están utilizando para legitimar procesos, apaciguar conflictos.  

Esto es parte de todo una cultura de etiquetas que existe en el Ecuador, que no entendemos todavía y por eso no rompemos todavía  con ella.  A mí me costó entender el enorme déficit en el que yo vivía en Derechos Humanos.  Porque cuando salí de –  pero no de la opción personal – lo que vi fue que todos mis compañeros  y todo el movimiento de Derechos Humanos en general, no solo de la APDH, se ancla , y yo mismo me anclé en una visión insuficiente, es decir una visión exclusiva de que los estados son los culpables, los gobiernos están allá, nosotros acá.

Con estas nuevas realidades de América Latina no sabíamos que decir. Continuamos con el mismo discurso de ayer, diciendo que es el estructuralismo que manda. Yo creo que se agotó el tiempo de las visiones estructuralistas,  las que creen que todo ser debe ser blanco y negro, y que aquel que camina  en estos andares  institucionales es por una sola razón.

En el SENAGUA estoy montando un gabinete social con ocho organizaciones  nacionales del agua,  juntas de regantes, con toda la gente. ¿Con qué objetivo?  La gente se queja mucho, y yo también me quejé,  porque cuando íbamos a instituciones públicas lo que veíamos era un trato  racista, cuando venía el campesino con sombrero etc. Este gabinete social nos va a acompañar, porque he propuesto a las organizaciones nacionales que han apuesto por esto, tener un gabinete que  permita dar las políticas  que queremos todos. Pero este proceso de construcción no es fácil, no es de  la noche a la mañana.

Hablan de los esfuerzos del gobierno por cooptar o reemplazar a organizaciones sociales, y la construcción de este gabinete social se podría ver dentro de este contexto

No. Los Consejos parten de una normativa, y el gabinete es una iniciativa nuestra, del SENAGUA

?No será una suerte de organización social paralelo, ligado al gobierno que puede ser visto como parte de un intento de cooptar a los movimientos sociales?

Quiero llegar a acuerdos con todos, por  ejemplo, me he acercado a compañeros como Leonidas Isa y  Ricardo Ulcuango, he enviado mensajes a Humberto Cholango. Les he dicho “dialoguemos, conversemos, ¿qué daño hace conversar? ¿Qué daño nos hace conversar?”

¿Respondieron?

En el caso de los dos primeros me dijeron sí, que venían, pero hasta ahora no ha sido posible. Pero independientemente de esto, nosotros tenemos que continuar con la búsqueda de un puente. ¿Por qué? Número uno, porque yo veo parte a todo el conjunto del movimiento social, con sus diversidades, parte de esa realidad que tiene que ver con el agua. Y número dos, el sujeto social del agua en este país, es un sujeto al cual no queremos cooptar , por una sola sencilla razón, no se puede cooptar lo que es parte de la naturaleza  social, como se hizo y como está  hecho en el Ecuador .

Esto puede ser objetivo tuyo o del SENAGUA pero en Carondelet puede haber una visión distinta.

No, para nada, es la visión del Gobierno. Lo que pasa es que han sido años de este puente enorme en el que no atravesamos. Antes de ingresar en el gobierno ya cuestionábamos, en el interior de algunas organizaciones, esto de ´cualquier crítica adentro del movimiento social´.

Y en ese entonces decía yo que hay una derecha indígena, que no puede ser negada. Auki Tituaña no es de izquierda, Lourdes Tibán  no es de izquierda. Lo dije hace 6 años. ¿Pero cuál fue la actitud? la actitud fue, ´el contra revolucionario´. Entonces pongámonos serios. Supongamos que el día de mañana, no, más bien en tres años, hay una opción  preferencial, electoral,  política, de nuestro pueblo por parte de las  organizaciones que hoy nos acusan  y están en el Gobierno. Tu crees que no actuaron, ya actuaron de esa manera en el ayer.

Desde entonces fue tan difícil en el 2005, en el 2004  en la época de Lucio Gutiérrez – hablábamos con  todos los gobiernos y todos los ministros – fue mucho más complejo, difícil, tratar de hablar con Lucho Macas cuando estaba de Ministro o con Nina Pacari en la Cancillería. Entonces no es que no lo hemos vivido, esa experiencia,  ya la vivimos.

Me acaban de mandar un trabajo polémico de la Universidad de Buenos Aires, de 400 páginas sobre el Ecuador. Es bastante equilibrado, dice cosas de un lado y del otro lado, pero manifiesta que en este momento el déficit  del movimiento social centrado en el Movimiento Indígena  y su experiencia  orgánica de la CONAIE, es que se ha centrado en estos últimos años exclusivamente en una discurso étnico política y ha descuidado al resto de las redes del país, a las cuales también tenemos que atender.

Hablemos más bien de lo local, específicamente del conflicto en torno a la represa Rio Grande. Existe una carta de un morador de la zona que plantea algunas quejas serias contra el SENAGUA, que no hubo consulta etc. etc.

En primer lugar, el tema que se está obviando es que esta lucha entre la particularidad y la generalidad te da campo para cualquier tipo de lectura. ¿Por qué digo esto? Porque no existe  ningún tipo de información, en este lado, acerca de la construcción participativa con el resto de la comunidad. Es una parte de la comunidad la que te dice en nombre de todos lo que queremos, y te plantea un discurso mediante el cual todo Manabí o todo Chone es el que está de por medio, y esto tiene poco asidero.

En segundo lugar, lo que hemos intentado es establecer los marcos de socialización. Y vale destacar que esta visión que tratamos de lograr no es una idea de ahora, sino que nace del propio Rafael Correa como Presidente. Y acá en el gabinete del agua todos tengamos claro que la intervención debe ser integral, porque estamos hablando de regiones en donde no hubo nunca presencia del Estado. Entonces no puedes avanzar solamente con la empresa o con el proyecto  etc., con la SENAGUA, hay que avanzar con todo, porque allá faltan escuelas, existe una falta de todo. Esto es un primer elemento, la necesidad de una intervención  multi-ministerial, multi-institucional. Es lo que se nos ha dicho una parte de la  comunidad: por Dios queremos que eso hagan, queremos que vengan con eso.

Y lo que no se lo dice a la  gente es que hay compañeros militantes en la CENAGUA. Estoy hablando de Barón Hidrovo, quien es todo una referencia en  Manabí. ¿Quién no le conoce al Barón, militante desde los 14 años. Está con nosotros, y el único lugar donde es amenazado de muerte y tiene que salir, es allá, por los ‘choneros’.

Este tipo de realidades no se le esta diciendo a la gente. Por ejemplo, que hay una convivencia, porque allá está el Mayor Pino. ¿Quién es el Mayor Pino? Lo conocimos en el año 2000 y en el año 2005, y es nada más y nada menos que el alfil de Lucio Gutiérrez , y fue a vivir allá para hacer todo un proceso complejo de adquisición de tierras para ponerles a precios altísimos.

Entonces, cuando nos dicen que este es un tema exclusivamente de una comunidad versus el Gobierno Nacional,  tenemos que decir que la realidad es otra. Allá vive el Mayor Pino, y Pablo Cornejo, que fue de Sociedad Patriótica. Esto independientemente del respeto que le guardo, por ejemplo,  a un dirigente como Don Alfredo Zambrano. Es un dirigente de su comunidad consecuente, a pesar de que ahora no comulguemos por unas de estas posturas. Pero les hemos dicho, por favor, cómo vamos a actuar si el hijo de Don Zambrano está con en la CENAGUA. Es más, es parte del equipo  de socializadores.

Y hay una parte de la comunidad que dice que acá lo primero que hay que hacer es decir la verdad, ¿qué vamos a hacer con los choneros? Es una organización casi paramilitar, y cualquiera que va a Manabí sabe quiénes son los choneros, y esto desde hace décadas.

Y existe otro un elemento que sí es necesario confrontar. ¿Cuál?  Cuando yo llegue al SENAGUA , la socialización era la que habíamos conocido durante tantos años. Es decir una sociabilización tradicional, sosa, técnica. Van los técnicos, hablan, dicen esto se va hacer así, asado, hasta luego y firmen el acta. Pero la socialización que nosotros venimos realizando con Pablo Arévalo, que Pablo Arévalo viene realizando desde estar en Nicaragua. Hay que hacerlo de otra manera, con la gente. Eso si tenemos que cambiar, y eso vamos a cambiar, eso tenemos que cambiar.