28 de Julio 2015
«¡Todos quieren llegar al trono! Su locura consiste en creer que la felicidad radica en el trono. Y, con frecuencia, el fango se asienta en el trono, y también el trono se asienta en el fango. Hermanos ¡Mejor harías rompiendo las ventanas y saltando al aire libre! Aún está la tierra a disposición de las almas grandes. Todavía quedan muchos puestos vacantes para eremitas solitarios o en pareja, puestos saturados del perfume de mares silenciosos. Todavía queda abierta, ante las almas grandes, la posibilidad de una vida libre. En verdad, quien menos posee, tanto menos es poseído. ¡Alabada sea la pequeña pobreza! Donde el Estado acaba, allí comienza el hombre que no es superfluo; allí comienza la canción de quienes son necesarios, la melodía única e insustituible«. F Nietzche
Somos resultado de un ajuste de cuentas; humanidad pensante y absurda en constante controversia, todos hemos consumado la delirante obra que se destila en resentimientos letales (y así hablamos de amor a la vida). Nos llenamos de aparentes virtudes y sentenciosos deberes que no pueden ni con la muerte, ni con la decrepitud. Es que no soportamos el desprecio del cuerpo o el espejo del tiempo que expresa el rechazo a nuestras alegrías, pero recuerden, será lindo hacerse viejo con memoria limpia y sueños sempiternos
Nuestros sueños serán fulminante recurso de humanismo sacrílego y cínico si marcamos la diferencia con quienes defecan en las utopías, (También hay aburridos que defecan utopías y hay que rechazarlos) quienes ya sin fe están contentos con poco antes que con nada. Y si combatimos el tedio vesperal soportando la inminencia de la muerte será con decoro y no con fantasías eclesiásticas entre falsos profetas y mesías de aldeas. Presten atención sobre todo los nuevos destacamentos: pecado es rendición, claudicación, adherencia obediente al poder. El resto recordad: hacerse viejo y traidor es la peor porquería imaginable y digo viejo porque las viejas nunca traicionan.
La victoria de la nada, no es nada, es solo un caculo que ocurre entre la náusea y el miedo. La compasión, (con-pasión) es un esfuerzo que vale la pena realizarla, si no es contrario al amor o se sostienen como buen recuerdo; un nirvana de ternura para no ser hostiles a la vida. Militancia será sobrevivencia sin derecho a monumentos, acción revolucionaria contra el poder, vivir y no morir en el intento, descanso a tiempo sin caer en el letargo.
Desconfiar en los predicadores de la esperanza, la justicia con signos de libertad no espera. Quienes anhelan, serán siempre seres viriles y humanos, enteros y no caducos cuerpos marchitos y malditos que viven dominando jerarquías en las esferas del poder a punta de gritos autoritarios ¿será por eso que alguien dijo que la búsqueda de poder político es proporcional a la pérdida del poder sexual?
La esperanza sigue siendo un escape a la finitud y a los miedos que en forma de letanía u oración nos inmoviliza. La esperanza suele ser entretenimiento, fuerza dulcificadora, demagogia de imbéciles que depositan en el futuro todos los sacrificios del presente y forman seres sufrientes cargados de oración, que esperan mañanas que tal vez nunca lleguen.
“Podrán quitarnos todo pero menos la esperanza” Si el poder lo dice, es más fiable quitarle todo. Porque ellos, para sostener esperas exigen sacrificios en templos dantescos con leyes morbosas, al resto le venden la ilusión, mientras disfrutan del cenáculo. Esa esperanza nos traerá corrosivas consecuencias. Entonces,una convocatoria anarquista se hace necesaria para incitar al pueblo, a los excluidos y pecadores, a contradecir el orden dominante sin esperanza ninguna, cual arquitectos de la historia o artistas que hacen de la estética unas ganas de hacerlo y nada más ¿tienen esperanza los arquitectos y los artistas? ¡También la revolución debe ser un acto de creación y no de sospechosos aguardos¡ la fe es otra cosa.
La necedad del Quijote invita pues a suprimir el abismo entre la idealidad y la realidad, rescatar la utopía intacta desde la libertad y declarar que el fracaso es no soñar. Repudiar la Institucionalización porque es el caldo de cultivo donde fermenta la mierda burocrática: tecnocrática, meritocracia, pragmatismo, aceleradores de la decadencia prematura, crímenes contra las utopías ultimas, postración, caída de rodillas ante el derecho torcido del estado canonizado. Pero si el estado se hace llamar revolucionario, levantar banderas de guerra, el estado siempre será reaccionario.
Sera no sólo una falta de consideración y de respeto no liberarse de la moral, de la neurosis de los gobernantes o de la necrosis por la carencia del poder que se añora. Sera muerte en firme someterse a los códigos rituales de la obediencia, porque la ley que somete mata, ahí está; la gran puta aplanadora contra la vida y la libertad, la infernal máquina de suicidio, la cámara de gas sublime para hacernos idiotas aceptadores del destino manifiesto. El estado.
La maldad rotunda de la ley hace justicia carcelaria al tiempo que crea la conversión de la neurosis en santidad.
Hablemos ya, no todos los discursos sobre libertad, humanismo, amor, garantizan sacarnos de la servidumbre. Erradicar el sufrimiento será liberación del poder en todas su manifestaciones, el marxismo que fue deformado por el estatismo, ya está en fase de recuperar su condición libertaria, en tanto quienes han defeccionado rehabilitan su peor expresión con el totalitarismo. Toca buscar el reino de la libertad en la misma dimensión que superar el reino de la necesidad. La felicidad y el amor concreto se nos parecerá entonces a la oferta del amor sensible al cuerpo individual, así retardaremos todos los alzaihmer y derrotaremos los insomnios con absoluta libertad contra los dominios, demonios, personas o estructuras que destruyen la vida.