ESPECIAL LIBIA
Seis articulos nacionales e internacionales que examinan la situacion en Libia desde varias perspectivas
LAS IMÁGENES MEDIÁTICAS Y LA GUERRA EN LIBIA.
Miguel Angel Soto
Las grandes compañías de imágenes mediáticas están justificando la invasión a ese país con lenguajes visuales que se promueven desde la espectacularidad del conflicto, pasando por cientos de discursos que emiten los gobernantes o Relacionadores Públicos del Primer Mundo que intentan explicar lo inexplicable frente a una realidad política y social que no les pertenece, obviando todas las normas jurídicas del Derecho Internacional. Estas imágenes mediáticas buscan homogenizar y hegemonizar un discurso que pretende manipular los imaginarios colectivos e individuales de la población mundial. https://lalineadefuego.info2011/03/23/las-imagenes-mediaticas-y-la-guerra-en-libia/
LA INTERVENCIÓN ES NEFASTA: pero es mejor que la alternativa
Gerard Coffey
Al leer los muchos análisis publicados en una multiplicidad de sitios web no encuentro respuestas fáciles. No encuentro una receta para que todas salgan sonriendo. Tal vez existía un momento en el cual la mediación podía haber funcionado, y los países del ALBA tenían toda la razón en promoverlo. Pero el momento fue fugaz, y nunca fue claro si un lado u otro (en ese momento los rebeldes ganaban la batalla) tuvo un verdadero interés en negociar. Pero ahora no importa.
https://lalineadefuego.info2011/03/23/la-intervencion-es-nefasta-pero-es-mejor-que-la-alternativa/
EL LEÓN DEL DESIERTO
Julio César Centeno G7Magazine <www.g7magazine.com>
“Gaddafi se convirtió en una especie de vedette política en círculos internacionales. Fue invitado a participar por primera vez en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde fue recibido por el presidente Barak Obama. Fue invitado a visitar Francia, Italia y España, siempre recibido como el “Rey de Reyes” y “el León del Sahara”. En el 2009 fue electo Secretario General de la Unión Africana. Allí proclamó su determinación a seguir luchando por el establecimiento de la integración de los países africanos y la conformación de los Estados Unidos de África. Su discurso en este foro dejaba en evidencia que sus concepciones radicales y socialista se mantenían intactas. Los analistas internacionales de las principales empresas de comunicación concluyeron sin embargo que se trataba solo de “retórica populista”. http://www.g7magazine.com/index.php?option=com_content&view=article&id=722:el-leon-del-desierto-julio-cesar-centeno&catid=17:opinion-publica&Itemid=15
“ALLÍ LA GENTE NO QUIERE QUE VAYAN TROPAS EXTRANJERAS. ES CONSCIENTE DE LOS PELIGROS Y DESCONFÍAN SABIAMENTE DE LAS POTENCIAS OCCIDENTALES”
Znet entrevista a Gilbert Achcar
¿Quién constituye la oposición? Su composición, al igual que en todas las demás revueltas que sacuden la región, es muy heterogénea. Lo que une a todas las fuerzas dispares es el rechazo de la dictadura y el ansia de democracia y derechos humanos. Más allá de esto hay muchos puntos de vista diferentes. En Libia, particularmente, hay una mezcla de defensores de los derechos humanos, demócratas, intelectuales, elementos tribales y fuerzas islámicas, en suma: un abanico muy amplio. La fuerza política más destacada en la revuelta libia es la Juventud de la Revolución del 17 de Febrero, que defiende una plataforma democrática y reivindica el Estado de derecho, libertades políticas y elecciones libres. El movimiento libio incluye además a sectores de las fuerzas armadas y gubernamentales que han desertado y se han unido a la oposición, cosa que no ocurrió en Túnez ni en Egipto. http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=3729
“NO CREO QUE LOS BOMBARDEOS PUEDAN INSTAURAR UNA DEMOCRACIA”
Entrevista a Rony Brauman, ex-presidente de Médicos sin Fronteras y profesor de Estudios Políticos en París
Eric Aeschimann Liberation <www.liberation.fr>
En esta ocasión, una parte de los que se oponían a la intervención estadounidense en Irak están de acuerdo con la resolución del Consejo de seguridad sobre Libia. Usted no lo está. ¿Por qué?
Porque como en el pasado, hoy en día sigo sin creer en las virtudes de los bombardeos aéreos para establecer la democracia o «pacificar» un país. Ahí están Somalia, Afganistán, Irak, Costa de Marfil, para hacernos rememorar la cruel realidad de la guerra y su imprevisibilidad. «Proteger a las poblaciones”, en la práctica, significa dehacerse de Gadafi y, si seguimos paso a paso la lógica hasta el final, reemplazarlo por un Karzai local, o bien dividir el país congelando la situación. En ambos casos seremos incapaces de asumir las consecuencias. ¿Cuando se dará por ganada la guerra? http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124818
MIRAR DESDE LA IZQUIERDA LAS REVUELTAS ÁRABES
Mario Sei, Rebelión <www.rebelión.org>
Traducido por Lucía Alba Martínez
Es casi embarazoso y produce un cierto malestar tener que escribir pare defender, en el ámbito de la izquierda mundial, un posición simple que debería constituir un suelo común, indiscutible. Sin entretenerme en detalles o largos análisis, prefiero limitarme a pocas palabras. Es verdad que la discusión se ha vuelto áspera como consecuencia del caso libio -efectivamente mucho más compleja- pero desde el comienzo, desde la caída misma de Ben Alí en Túnez, ha faltado un poco el apoyo, el sostén y el entusiasmo por parte de la izquierda. Particularmente evidente ha sido esta ausencia en el caso de América Latina, la cual, gracias sobre todo a la existencia de Cuba y Venezuela, por su enorme valor simbólico, ejerce una gran fascinación sobre las jóvenes generaciones del mundo árabe. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124473
REGRESA EL PAN-ARABISMO CON LAS PROTESTAS: ¿ES EL FIN DE LA BALCANIZACIÓN?
Vientos de cambio en Irak y la amenaza creciente a Líbano
Mahdi Darius Nazemroaya Global Research
Traducido por Silvia Arana
Las protestas y los disturbios sacuden el mundo árabe, desde la costa atlántica de Marruecos hasta las orillas de los reinos petroleros del Golfo Pérsico. El doble estándar de EE.UU. y la Unión Europea se puso de manifiesto frente a esta situación. La Casa Blanca y la U.E. han elegido arbitrariamente dónde enfocarse y a quién condenar, qué protestas y qué líderes opositores apoyar. https://lalineadefuego.info2011/03/23/regresa-el-pan-arabismo-con-las-protestas-%c2%bfes-el-fin-de-la-balcanizacion/
De cómo la guerra en Libia desnudó la crisis de los Estados europeos. Por Héctor Vega
Se relatan muchos episodios acerca del caos tribal en Libia algunos de los cuales, según los estándares occidentales de democracia ya habrían sido suficientes como para dividir el ejército y alinear la población en torno a la oposición. Es el caso de la amenaza del Consejo de Sabios de la tribu de Al-Zuaya instalado en el eje petrolero del Este libio que en un momento amenazó con suspender el aprovisionamiento de petróleo hacia Europa. En ese preciso momento interviene la tribu de Al-Warfalla, hasta ese momento aliada de Kadafi, y demanda su salida del poder y del país, requisitorio al cual se unen las tribus Tuareg (Veáse Alí Chibani. El rol de las tribus en Libia. Le Monde Diplomatique |marzo 2011|).
Estas apuestas políticas constituyen parte del juego de poder de las tribus. Su explicación se encuentra en la doctrina con que Kadafi entiende la organización del Estado. La tribu es un actor político con objetivos y medios mucho más potentes y comprehensivos que un partido político occidental.
La tribu, según el Libro Verde es una “escuela social en la que todos crecen absorbiendo los altos ideales que terminan estableciendo el modelo de comportamiento vital. La tribu es un ‘paraguas’ social natural para la propia seguridad”. Es así como frente a las autoridades, la tribu representa el papel de órgano intermediario con la población mediante el cual se presentan demandas y quejas. En tal sistema, donde los órganos de representación pública no existen, al menos en la forma de las democracias occidentales, el pueblo debe expresarse a través de la tribu. Es así como se entiende la constitución, distribución e inversión de los dineros públicos. En ese reparto muchos quedan fuera pues Kadafi entiende resolver algunos problemas sociales en desmedro de otros sin contar el pago con que se benefician algunas tribus para cumplir con la tarea de influir sobre agrupaciones políticas. Uno de los excluidos del sistema, el líder del Frente de Tubus para la Salvación de Libia, Issa Attubawi, señala el abandono al cual son sometidos miembros de su tribu, quienes carecen de servicios fundamentales del Estado como la educación y la salud (Alí Chibani. Ibid).
Para las potencias europeas, miembros de la Coalición en su tradición occidental del juego político estas prácticas de gobierno son inaceptables y de allí nace la imagen de lo que conviene y es aceptable para el pueblo libio. Perspectiva a través de la cual la Coalición analiza la compleja trama de influencias entre tribus de la provincia de Cyrenaica (Barqah) al Este de Libia, principalmente en los pueblos de Ajdabiyah, Bengasi, Tobruk, Musaid, su lucha por el poder y alianzas con sectores de militares y tribus de la Tripolitania (Tarabulus) en lucha con el frente de tribus que apoyan a Kadafi.
Nunca interesaron a las potencias occidentales los DDHH salvo si estos otorgaban un pretexto de intervención en sus proyectos de poder. Es el caso del colonialismo francés en el África, o del inglés en la India, etcétera. La prueba es que sólo después de 42 años de convivencia con las prácticas tribales en Libia, las potencias occidentales decidieron patrocinar el proyecto de las tribus de la región de Barqah tradicionalmente rebeldes a cualquier poder central. En la posguerra y las transnacionales mediante, las potencias europeas instalaron y apoyaron durante dieciséis años al rey Idris I, contra quien Kadafi a la cabeza de jóvenes oficiales organizó un golpe de estado en 1969. En aquella época el rey así instalado convenía a los poderes occidentales que organizaban el mundo colonial del norte de África. Conviene entonces preguntarse qué lleva a las potencias europeas a buscar un reacomodo político en el mundo del Magreb que surge de las revueltas en Túnez y Egipto.
El mundo multipolar pos Guerra Fría necesita nuevas fuentes de energía, estables y seguras, es decir petróleo y gas. Las pretensiones rusas en Eurasia obligan al occidente europeo, esta vez agrupado en el Espacio Shengen, a asegurar nuevas fuentes de energía donde la apuesta capital se sitúa en el Oriente Medio. A ello se agrega la disputa por el recurso natural del siglo XXI, el agua. El subsuelo libio esconde un potencial inestimable de este elemento que según evaluaciones podría abastecer a ese país durante cuatro mil ochocientos años.
El crecimiento demográfico del continente africano y particularmente el dramático desempleo en el Magreb (recordar la inmolación de Mohamed Buazizi el 17 de diciembre de 2010 en el pueblo de Gabes que inició la revuelta en Túnez y la caída del régimen de Ben Alí el 14 de febrero de 2011) han obligado a los países europeos a organizar en los últimos años una barrera internacional a la emigración incontrolada hacia el Espacio Shengen. De esta manera junto a la necesidad de recursos vitales para su subsistencia, la estabilidad social, económica, demográfica y política de la “Europa integrada” aparece estrechamente vinculada a los acontecimientos en el Magreb y en el Medio Oriente.
Conviene preguntarse qué Europa integrada es aquella que mira a un África ordenada según estándares de la democracia europea. El proyecto de la Europa integrada de la posguerra es la Europa del mercado: con la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capital. Aquella que lleva a desterrar el centralismo y la planificación de los socialistas británicos a la Clement Attle, en aras del mercado. Predominio que lleva paulatinamente a la izquierda europea a dar muestras de ‘apertura’ por derecha (véase el estudio de Francois Denord y Antoine Schwartz en Le Monde Diplomatique junio 2009) donde dirigentes europeos pro Europa integrada (Paul Henri Spaak, Jean Monnet entre otros) argumentan por una Europa sin dirigismos ni centralismos, o planificación, lo cual según los autores del artículo “debilita la intervención estatal y obliga a los sistemas de protección social plegarse a las reglas de una economía de mercado y de libre competencia”. Es el neo-liberalismo de esta nueva izquierda que caracteriza en sus relaciones con el trabajo Jean Duret, director del Centro de Estudios Económicos de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Francia: “Van a invocar las duras leyes de la competencia internacional para demostrar que un nivel de empleo elevado sólo puede ser garantizado si los trabajadores se muestran ‘razonables’” (Ibid).
La izquierda oficial europea nunca entendió que los sindicatos vivían un segundo aliento, sobre todo después de mayo 68, cuando a sus manifestaciones se unía un bloque ciudadano, donde a las demandas por mejores salarios y condiciones laborales se escuchaban voces estudiantiles, ecologistas, pequeños agricultores, artesanos, pequeños industriales, servidores públicos, dueñas de casa, minorías sexuales, en fin masa heterogénea interesada en la posibilidad de influir en las decisiones. Nueva visión de lo que ahora se entendía y reclamaba de un gobierno democrático. Tampoco la izquierda oficial entendió que a esa protesta multitudinaria se incorporaban trabajadores inmigrados de todos los continentes. España en 2007 se convirtió en el estado comunitario con la mayor tasa de inmigración, el 10 por ciento, seguido por Francia (9,6%), Alemania (8,9%) y Reino Unido (8,1%). En Suecia aproximadamente 12% de sus 9.000.000 de habitantes son de origen extranjero y uno de cada cinco suecos es hijo de personas nacidas en otro país.
Es así como en la segunda mitad del siglo XX el ejercicio de la democracia y su credibilidad está indisolublemente unida a la práctica de los DDHH. Es lo que lo que hace creíble a la democracia frente al mercado.
¿Cómo predicar la democracia en otros continentes si los Estados que la predican son impotentes frente a las leyes del mercado y las grandes corporaciones y firmas transnacionales que imponen sus reglas del juego?
De aquí dos conclusiones centrales. Estados sin una gestión democrática son incapaces de imponer lo que hoy se llama la “Europa social”. Segundo, los problemas laborales de esta Europa integrada repercuten en el espacio mediterráneo. El punto vital es el control de las inmigraciones en el Espacio Shengen y sobre todo aquellas de origen africano. La Organización Internacional para la Migraciones estima que entre 60 y 80 mil personas se movilizaron en 2006 a través de África para intentar alcanzar, vía Libia o Marruecos, las costas de la UE. Las cifras oficiales de los que perecieron en el Mar Mediterráneo en 2006 oscilan entre los cuatro y los seis mil.
Alain Morice y Claire Rodier dan a conocer lo que una red de investigadores –Migreurop– denomina y populariza como el concepto de “externalización” para designar la colaboración de terceros países, entre ellos países del Magreb, Libia incluido, para controlar y frenar la emigración hacia Europa. Se implementan así las trabas a la libertad de circulación previstas en los acuerdos internacionales. Es más –relaciones públicas obligan¬ los países del Espacio Shengen designan a esta política, en el programa de La Haya de 2004, como la “dimensión exterior de la política de inmigración y de asilo”.
El texto de Morice y Rodier señala que desde 2005 existe una agencia de la Unión Europea (UE), Frontex, que coordina las operaciones de intercepción marítima entre la costa africana y las Islas Canarias, y también en el canal de Sicilia. Entre los colaboradores externos de la UE se encuentran Marruecos y Argelia.
Para seguir esta política europea de inmigración, en Libia se encuentran 19 campos de extranjeros –en realidad centros de detención– cuyo objetivo es doble, ya sea para examinar la solicitud de admisión en Europa o la expulsión.
La publicación señala que desde mayo de 2009, Italia rechaza embarcaciones de inmigrantes para entregarlos a las autoridades libias. Concluye: “De esa forma (Italia) viola a la vez el derecho marítimo internacional y el principio de no devolución, que prohíbe devolver a personas pasibles de necesitar protección”. Nótese que Italia es miembro de la Coalición por la defensa de los derechos humanos en Libia.
El conflicto con Libia desemboca finalmente en julio de 2009 cuando la Comisión Europea le propone entablar una “cooperación para lograr una gestión conjunta y equilibrada de los flujos migratorios” lo cual iría de la mano con la acción de la ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) para asegurar una “gestión humanitaria” de los centros de detención (Ibid).
Desaparecidas las barreras institucionales en el Magreb (externalización asegurada entre otros y de manera importante por Libia) Europa pierde la barrera de contención que controla la temida emigración desde el continente africano.
Mano de obra, desempleo, recursos energéticos, en fin, agua, constituyen el complejo de elementos que nos permiten entender la “lucha por la democracia en Libia” que preconizan las potencias europeas del Espacio Shengen. Lucha cuyos aspectos militares obligan a mirar bajo otra perspectiva la Blitzkrieg con que las potencias inauguraron el conflicto en territorio libio. Pero ya esa es materia de un próximo artículo.
23/03/2011