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domingo, diciembre 22, 2024

FMI PREPARA SU ENTRADA AL ECUADOR “EXPLICANDO” LA REDUCCIÓN DE LA DESIGUALDAD. Por Jonathan Báez

El Fondo Monetario Internacional (FMI) está preparando su gran entrada al Ecuador y lo hace por la puerta “académica”. Esto implica una embestida del FMI por deslegitimar decisiones políticas pro-equidad y atribuir a procesos exógenos cambios en las tendencias de desigualdad, mismos que dependen en gran medida de las acciones del gobierno (pro-élites o pro-resto de la población).

Dicha situación se observa en la presentación del “Informe sobre Desigualdad del Ingreso y Ciclos en los Precios de los Bienes Primarios.” realizado el 03 de julio de 2018.

En términos generales, la presentación del estudio giró alrededor del siguiente cuestionamiento ¿A qué factor se puede atribuir la disminución de la desigualdad en Bolivia? no obstante, los resultados se extrapolan a los países de América Latina, entre ellos Ecuador y se enfatizó en el ciclo del aumento de los precios de las materias primas como uno de los factores explicativos. De tal manera que la pregunta planteada fue: “¿Qué importancia tiene el papel de los auges en los precios internacionales de la energía y los productos básicos agrícolas para explicar la reducción de la desigualdad y la pobreza en los países que han experimentado estos auges?” (Balakrishnan, Lizarazo, Peralta-Alva, & Tavares, 2017). Los resultados indican que:

2/3 [67%] del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) puede atribuirse al aumento de los precios de los productos básicos: energía y agricultura, así como aproximadamente el 30% de la caída de la desigualdad entre 2006 y 2014, y cerca del 60% de la reducción de la pobreza puede ser atribuido a este factor. Los cambios en el nivel de calificación de la fuerza laboral tienen un impacto de magnitud similar al de la relación de intercambio en la explicación de la expansión observada del PIB y la caída de la desigualdad (no tanto en la reducción de la pobreza). La política fiscal desempeña un papel importante en la reducción de la desigualdad y la pobreza, pero puede generar contrapartidas de eficiencia en términos de expansión del PIB. (Balakrishnan, Lizarazo, Peralta-Alva, & Tavares, 2017, p. 41).

Las conclusiones presentadas, sin embargo, tienen varios cuestionamientos. Entre ellos se encuentra el método y el rol del gobierno en las decisiones de política fiscal. Estos aspectos serán discutidos con evidencia empírica de Ecuador. Por consiguiente, en primer lugar se encuentra el método, se trata de un “modelo de equilibrio general cuantitativo multisectorial con agentes heterogéneos” con información a nivel macroeconómica y encuestas de hogares. Este tipo de método permite prever un impacto, en el presente caso del aumento en los precios de las materias primas. No obstante, este método tiene un supuesto fundamental y es que los mercados están en equilibrio: demanda=oferta. En otras palabras, los mercados tienen la “mágica” facultad de autorregularse. A su vez, dicha característica contiene los presupuestos de la economía neoclásica: instrumentalismo, individualismo, hiperracionalidad, intercambio, escasez, maximización y libre mercado (Lavoie, 2005, p. 17).

El último elemento de los presupuestos se refiere a la no intervención estatal, por lo que se considerará como un shock las acciones del Estado: impuestos, controles de precios, subsidios, transferencias, etc. En efecto, eso le proporciona un peso superior al movimiento de los precios y, además, no capta las acciones del gobierno en temática de recuperación de la renta de bienes energéticos (gas en el caso de Bolivia, petróleo en el caso de Ecuador) para el país de empresas transnacionales. Además, si se considera la forma en que se operacionalizan las acciones del gobierno: como el nivel de ingresos vía impuestos y transferencias no se captura la potencialidad de las políticas de redistribución vía política fiscal. Debido a que no todos los impuestos son recaudatorios, otros son restrictivos como el Impuesto a la Salida de Divisas –ISD- que evita la fuga de capitales y sostiene la liquidez del país.

Es posible que el elevado nivel de disminución de pobreza explicado por el aumento de los precios de las materias primas sea el resultado de los supuestos del modelo de equilibrio general, aquí develados. En ese sentido, un estudio realizado en Ecuador muestra que entre 2006 y 2014 la redistribución (acción del gobierno) fue la principal causa de la disminución de la pobreza, cerca del 57% aproximadamente:

La reducción de 12,5 puntos porcentuales en la pobreza se explica (…) por un lado, el crecimiento real del consumo hizo que la pobreza se reduzca en 5,4 puntos porcentuales y, por otro, el efecto redistribución provocó una disminución de 7,1 puntos porcentuales. Lo anterior contrasta dos modelos de reducción de pobreza totalmente distintos. El del periodo 1998-2006 en donde hubo un crecimiento que hizo recuperar el nivel de consumo de los hogares pero sin redistribución. (INEC, 2015, p. 21)[1]

Por otra parte, es necesario resaltar la acción del gobierno en la recuperación de la renta petrolera en Ecuador, al igual que en Bolivia. Como efecto de la ley 42 esto es posible y, a pesar de que el precio del barril de petróleo aumenta en un 38% entre 2007 y 2008,[2] los ingresos del gobierno central aumentan en más de un 502% en los mismos años.[3] En efecto, este proceso de recuperación de la soberanía sobre este bien es lo que permite obtener ingresos para realizar gasto social, lo que aporta a la disminución de la desigualdad.

En términos fiscales, los estudios sobre impuestos progresivos (en especial al 1% más rico o élites económicas) muestran ser un mecanismo sumamente potente para disminuir la desigualdad (Piketty, Saez, & Stantcheva, 2011; Piketty, 2014; Therborn, 2015). Desde esa perspectiva, las acciones que tome el gobierno son determinantes y sí marcan diferencia. Por ejemplo, un estudio que compara los sistemas fiscales de Ecuador y Colombia a través de modelos de microsimulación de impuestos-beneficios[4] estima que si Colombia hubiera aplicado el sistema de Ecuador, su índice de Gini hubiera disminuido en 1.7 puntos más (Bargain & Jara, 2017). Por tanto, se demuestra que la forma de operacionalizar las prácticas del gobierno en temática fiscal y de desigualdad es fundamental para comprender su disminución (o aumento).[5] Es lo que el estudio del FMI no lo realiza.

La reflexión teórica y la evidencia empírica aquí presentada muestra por un lado, las limitaciones del estudio realizado por el FMI y, por otro, la búsqueda de minimizar las acciones del gobierno para disminuir la desigualdad. Sin embargo, a pesar de los cuestionamientos relizados, los mismos resultados de su investigación muestra que el aumento del precio de materias primas no tiene tanta incidencia en disminuir la desigualdad (solo explica el 30%) y acepta que la política fiscal (ingresos y gasto social) tiene un rol importante pero indica que profundizar en estas medidas puede causar “contrapartidas de ineficiencia”. En otras palabras, se trata de la antigua discusión sobre el óptimo de Pareto; que postula la imperiosa necesidad de elegir entre eficiencia o distribución, y por la que se debe optar es siempre por la primera. En ese sentido, es claro que la investigación del FMI sobre la desigualdad apunta a que debe elegirse la eficiencia a toda costa y no tanto a la  distribución, lo que implica no realizar políticas fiscales progresivas, confirmada por frases como esta “disminuye la demanda agregada porque se le quita recursos a los más ricos”.

Por lo tanto, la presentación del estudio del FMI en el contexto de la Ley Trole 3 no es coincidencia y apunta a generar un consenso sobre las razones de la disminución de desigualdad y que las acciones del gobierno en materia de política fiscal poco o nada tiene que ver. No sería una sorpresa que los economistas alineados con las políticas del FMI repliquen sus resultados, pregonándolos como la única verdad. En consecuencia, se generaliza la idea en la academia de que exonerar impuestos directos (renta e ISD) no va a tener incidencia en la desigualdad y, además, seguir las políticas que “recomienda” el FMI (préstamos de ellos) serán las mejores opciones.

Sin embargo, la evidencia vuelve a mostrar lo contrario: Malasia no tomó las medidas del FMI y logró salir del escollo económico. En especial por el control a las divisas. Es cuestión de tiempo para que en el país se elimine el ISD ¿Eso permitirá la reactivación del aparato productivo o va a permitir la fuga de capitales? Sin una restricción se va a dar carta libre para que se trasladen capitales y provoquen crisis en cualquier momento. De esa manera se justifica TLCs y los préstamos.[6]

La academia debe responder a esta disputa por el sentido y desmantelar los mitos alrededor de la desigualdad, solo eso va a evitar que se posicionen políticas que van a profundizar la inequidad en la sociedad ecuatoriana.

Bibliografía

Báez, J. (2017). Acumulación en la revolución ciudadana: Grupos Económicos y concentración de mercado en el sector agropecuario. Quito.

Balakrishnan, R., Lizarazo, S. V., Peralta-Alva, A., & Tavares, M. M. (2017, Febrero 9). Terms of Trade Booms and Busts and Inequality.

Bargain, O., & Jara, H. X. (2017). Learning from your neighbor: tax-benefit systems swaps in Latin America. The Journal of Economic Inequality, 15(4), 369-392.

INEC. (2015). Informe de Resultados ECV 2013 – 2014. Quito.

Lavoie, M. (2005). La economía post keynesiana. Barcelona: ICARIA – ANTRACYT.

Maldonado, j., & Peña, C. (2018). ¿Puede la infraestructura escolar contribuir a la mejora del rendimiento académico? Boletín de Coyuntara. Economía y Sociedad, 20-23.

Piketty, T. (2014). Capital in the Twenty-First Century. Cambridge: The Belknap Press of Harvard University.

Piketty, T., Saez, E., & Stantcheva, S. (2011). Taxing the 1%: Why the top tax rate could be over 80%. From https://bit.ly/2u99JKh

Redacción BBC. (2018, Mayo 23). El país que rechazó la ayuda del FMI en una crisis financiera (y le fue bien). BBC. From https://bbc.in/2KNN3Fv

Therborn, G. (2015). La desigualdad mata. Madrid: Alianza Editorial.

[1] Esta acción adecuada del gobierno en esos años no implica que no exista un fuerte cuestionamiento a actores que aumetaron su nivel de ingresos como los grupos económicos (Báez, 2017). Sin embargo, todavía es un debate abierto si fue un beneficio directo del gobierno o, por el contrario, existió fuertes limitantes a sus procesos de concentración (se creó la Superintendencia de Control de Poder de Mercado con acciones interesantes) que son todavía  limitadas debido a la densidad de capitales de dichos actores.

[2] Pasa de $60 a $83.

[3] Pasa de $1094 millones a $6584 millones.

[4] Con información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de Hogares Urbanos y Rurales 2011-2012 para Ecuador y la Encuesta Nacional de Calidad de Vida de 2014 para Colombia.

[5] En términos educativos también es importante mencionar que también se encuentra evidencia de que la infraestructura mejora el rendimiento académico, es decir, aumenta la construcción de capital humano (Maldonado & Peña, 2018), lo cual es un impacto indirecto del gasto social.

[6] “El gobierno obligó a los inversores extranjeros a mantener su dinero en Malasia durante un año y a repatriar los capitales en ringgit en el extranjero en el plazo de un mes. Además, se impusieron duras restricciones a la cantidad de dinero que los malayos podían sacar del país”. (Redacción BBC, 2018).

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