Ya está demostrado, en el Ecuador existe un pueblo revolucionario sin un partido de vanguardia, incluso podríamos afirmar con VI Lenín que las masas están cien veces más a la izquierda que el partido Bolchevique y este a la izquierda que su comité central.
La insurrección indígena popular en curso permite revisar situaciones de equilibrio inestable que es ya insostenible en el tiempo. El auto llamado gobierno de la estabilidad democrática solo ha significado un freno represivo, liberado el resorte opresivo de una década, energías insurreccionales, vuelven a tomar impulso.
No pudo la llamada Revolución Ciudadana cumplir su cometido reaccionario que tenía como receta corregir la mala conducta del pueblo muy presto a votar gobiernos, reventar a los partidos detonantes de la insumisión orgánica de la juventud y los campesinos (Pachakutik MPD /UP), destruir las organizaciones históricas de los trabajadores, campesinos y maestros como la Conaie, Unión Nacional de Educadores (UNE) y Frente Unitario de Trabajadores (FUT); e inventar una izquierda a la medida, cooptando a una parte de partido socialista, el partido comunista, la ruptura de los 25 de la Usaid, así como cosechando del sepulcro olvidado a micro fracciones del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) donde resaltan a Gustavo Larrea y Lenín Moreno expulsados tres décadas atrás.
El gobierno de la Revolución Ciudadana, partido Kuomintang conservador se construyó con lo peor de la izquierda y lo más ágil de la derecha camaleónica, elaboró a su paso otros sujetos sociales y actores organizacionales. Fuera del léxico quedó el proletariado, la alianza obrero campesina, la lucha revolucionaria, el marxismo. No obstante para acoger marginales conceptos clasistas resucito a la gloriosa FEI para lanzarla contra la Conaie, recuperó lo que fue más una consigna; Central Única de trabajadores (CUT) para romper la unidad del FUT y reunió a una masa bastarda de desempleados para crear una red de maestros pretendiendo debilitar a la UNE.
La tensión producida entre las fuerzas de la revolución que resistieron y las de la contrarrevolución tenían forzosamente que encontrar una salida, lo primero fue el fraude electoral que le hicieron a la derecha liberal con el subsecuente robo del programa de Lasso por el mismo Alianza País y su nuevo líder Moreno, así llegamos finalmente al alzamiento indigna popular.
Las fuerzas de la revolución, el campesinado indígena, los trabajadores, la pequeña burguesía radical y la juventud, están activas. Del campo a la ciudad y sin una campaña de agitación previa, se construyen desde las masas objetivos concretos de lucha, nace una plataforma donde la Conaie y el FUT retoman la acción reivindicativa social que rechaza las políticas imperialistas del neoliberal y su consenso que agrupa a toda la derecha a la cintura del movimiento Alianza País, a los que se suman Correa y sus acólitos.
Los dirigentes en una insurrección declarada aspiran a tomar el poder para instaurar un régimen democrático avanzado, esto asusta a la burguesía que ya no le apuesta a una salida sino retórica “defensa de la democracia”. Se pone en vilo a la conciencia de los pueblos que ven en el Ecuador un ejemplo digno de ser imitado. Los líderes de la insurrección le dicen al mundo que rompen la perversa dicotomía de las experiencias descompuesta de Venezuela y Argentina y que rechazan tanto al populismo como al neoliberalismo. Evo debe pronunciarse ya.
La pequeña burguesía radical, grupos anarquistas heroicos están también en la palestra la burguesía lumpen y criminal se atrinchera en el puerto de Guayaquil a donde se refugia el criminal traidor de Lenin Moreno que al verse arrastrado por la circunstancia cambia la sede de gobierno. El espíritu derrotista de la burguesía toxica y furiosa la vuelve peligrosa y las redes sociales de derecha y la prensa piden sangre y represión.
Presionados por las masas, el Gobierno reaccionario, al tiempo que ofrece diálogos, presenta combates en inferioridad de condiciones para un pueblo, que resiste con una moral nunca antes vista. La clase obrera débil pero presente no advierte que el momento es de ofensiva estratégica y aun no pone en programa la agenda contra la flexibilización laboral y los temas de estabilidad y salario
De la experiencia histórica basta, el pueblo de Quito y el movimiento indígena asimilan bien el arte de la insurrección, creando organismos que traducen en los hechos la voluntad de las masas. Construyen redes de apoyo social y formas de gobierno dual que caracteriza toda revolución. La insurrección popular se mueve en la órbita de la correlación internacional de fuerzas donde tanto la derecha como el populismo son un fracaso, el socialismo del siglo XXI es cadáver putrefacto y México y Bolivia modelizan una salida democrática. Pero en Ecuador se va recuperando muchos aspectos del marxismo ortodoxo como consignas de independencia de clase y trasformación del Estado.
Dirigir el movimiento revolucionario hasta el fin, pese al chantaje del Estado y su servil gobierno y pese a la ausencia de conducción de partido insurreccional es un mérito de las masas indígenas y de la juventud. Loable lo de Pachakutik, UP y la militancia marxista recuperada, pero no es suficiente para alcanzar el triunfo, ello no omite la obligación ética de intentarlo y toda la izquierda sobreviviente anti correista lo sabe y gesta apoyos urgentes.
Las miserias ofrecidas por el sanguinario régimen, omiten interpretar los intereses legítimos de la clase obrera y el campesinado. Y claro hace falta construir organismos de frente único con otros grupos no solo étnicos que garanticen un rumbo plural democrático y revolucionario
En todo caso aunque el triunfo espera, nunca será una derrota lo ocurrido en el país andino y jamás el Ecuador será el mismo.
Ud. dice “lo primero fue el fraude electoral que le hicieron a la derecha liberal” , totalmente falso, repite una mentira de la derecha.
Pero lo más importante, se olvida quienes estaban coordinando en la sombra la insurrección: los correistas y se olvida quienes los apoyaron: las maras delincuenciales, las FARC, los carteles de narcotraficantes de Colombia y Mexico, los delincuentes urbanos, los mercenarios contratados que incendiaron la contraloría. Toda esa masa obscura de apoyos jamás puede hacer una “revolución socialista”
Por fin te identificas José como el agente de los servicios de inteligencia que eres, los trolles falsos también fueron derrotados totalmente.
Gracias por “identificarme” a falta de cualquier argumento válido, y cuando se identifica Ud.?