“Fue muy importante para mí aprender a distinguir a los enemigos”
Rigoberta Menchu
Russell Means, dirigente radical sioux tiene una propuesta: crear una República Lakotah, capaz de negociar con Washington ‘de nación a nación.’ Es la vieja utopía aplastada por el genocidio cometido en la “conquista del oeste”, los rebeldes sioux siempre pierden. El cine lo ha afirmado; la despiadada caballería blanca derrota a los indios rebeldes.
En Ecuador cuya capital es Quito y no Washington, en época “revolucionaria” se redobla la opresión a los pueblos indígenas; lo hicieron con el programa de educación intercultural, lo pretendieron con la ley de aguas, eliminaron la Universidad Amawtay Wasi, la Subsecretaría de Educación Intercultural Bilingüe, el Departamento de Medicina Andina, el CODEMPE, las escuelas comunitarias y también minimizaron la justicia indígena.
Las instituciones de los pueblos indígenas son barridas por el poder político y hoy encumbran un discurso contra la política de la CONAIE esencia de su presencia histórica. A Salvador Quispe le negaron vehículos de traslado en su marcha por la vida, mientras el gobierno ha trasladado decenas de veces a mestizos para santificar sus fiestas. ¡Política de discrimen y racismo¡ El desalojo de la casa de la CONAIE hoy estremece la conciencia del intelecto mundial pero el régimen y sus cancerberos no retroceden. “LA CONAIE debe salir”
El poder quiere decidir por ellos, quiere que los pueblos originarios sean objetos de historia ajena. Siendo los pueblos indígenas y sus organizaciones propietarias y copropietarias de todo lo existente, se les asigna una casa y luego se los expropia. Reaccionemos enfáticamente, la tierra, el agua, el sol, la casa les pertenecen.
No existirá estado de derecho ni democracia alguna si no se reconocen derechos y autonomía a los pueblos originarios. El uso del poder del estado es mecanismo de opresión en contra de estos pueblos en una franca política regresiva y reaccionaria. La CONAIE es producto de un proceso organizativo impulsado desde las comunidades, actúa como máxima representante, voz y pensamiento de los pueblos, lucha por la vida de los hombres y de la naturaleza en un futuro de justicia, paz, igualdad, respeto, libertad y solidaridad. Antes fue la FEI con tiempo de gloria que hoy quiere ser resucitada para dividir al movimiento indígena. El delito de la CONAIE es no haber bajado la cabeza ante los gobernantes, haber realizado propuestas alternativas de desarrollo.
Digamos con Salvador Quispe: “La CONAIE es la presencia de una voz milenaria, que retumba y destapa las entrañas de la historia, ocultas por más de 500 años de humillación, segregación, descalificaciones; de despojo de nuestros conocimientos, de nuestras lenguas maternas, de nuestros territorios”
La burda argucia del poder pretende el despojo de la casa de la CONAIE con el argumento de que hacen política ¿Acaso los derechos sociales e históricos de todos los pueblos no son derechos políticos? Sigamos con Salvador: “nuestra voz siempre fue política y siempre será política (…) nuestros padres que fueron humillados y muchos de ellos asesinados como Atawalpa (Cajamarca, 1533), Rumiñahui (Quito, 1535) fue por expresar una voz política de defensa de la vida y sus territorios; humillaron y arrastraron a Lorenza Avemañay (Guamote, 1803) por ser una mujer que reclamó sus derechos y hacer oír su voz política; terminaron con Lázaro Condo (Magna – Chimborazo, 1974) por expresar una voz política; terminaron con Bosco Wisuma (Macas, 2011) por expresar su voz política en desacuerdo de su proyecto de ley de aguas; terminaron con la vida de José Tendetza (Tundayme 2014) por no estar de acuerdo que los chinos y canadienses vengan a mandar en nuestros territorios y saquear nuestro patrimonio minero. Insisto que nuestra voz siempre fue política.”
Y política fue la actitud de la CONAIE en contra de los gobiernos de Bucaram, Mahuad y Gutiérrez, pero sorprendente, ninguno de esos gobiernos desalojó a la CONAIE de su casa.
[…] Fuente: lalineadefuego.info […]