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LA COMISIÓN EUROPEA Y MONSANTO OCULTARON LA ALTA TOXICIDAD DEL GLIFOSATO Por la Dra. Eva Sirinathsinghji y la Dra, Mae-Wan Ho

Instituto de Ciencia en Sociedad, ISIS

ECOagricultor el 18 enero, 2013

 

 

La Comisión Europea aprobó el uso del glifosato sabiendo, como también lo sabía Monsanto, que causa defectos de nacimiento, algo que se ocultó a la gente. Este herbicida debiera ser prohibido, dicen la Dra. Eva Sirinathsinghji y la Dra. Mae-Wan Ho.

 

Un informe escrito por un grupo internacional de científicos e investigadores de la organización no gubernamental Open Earth Source (OES), revela que los estudios realizados por la empresa Monsanto, ya en la década de 1990, mostraba que el glifosato causa defectos de nacimiento. A pesar de ello, la Comisión Europea aprobó el uso de este herbicida con pleno conocimiento de aquellos estudios.

El glifosato es el ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto y de otras formulaciones comerciales. Su uso causa gran preocupación por los efectos nocivos que los estudios científicos vienen señalando desde hace varios años, entre los que se incluyen alteraciones endocrinas, daño en el ADN, toxicidad reproductiva y en el desarrollo, neurotoxicidad, cáncer y defectos de nacimiento ( véase [[2] Glyphosate Toxic and Roundup WorseSiS 26; [3]Death by Multiple Poisoning, Glyphosate and RoundupSiS 42; [4] Ban Glyphosate Herbicide NowSiS 43; [5] Lab Study Establishes Glyphosate Link to Birth DefectsSiS 48).

El herbicida Roundup de Monsanto es el más vendido en todo el mundo y su uso se ha incrementado de manera exponencial. Monsanto ha introducido cultivos modificados genéticamente (OGM) tolerantes al glifosato, tales como los RR (Roundup Ready) de la soja. En la actualidad, casi el 80% de la producción mundial de soja se obtiene en los Estados Unidos, Brasil y Argentina, y en año 2009, la soja RR representaba el 91%, el 99% y el 71% respectivamente de la superficie total de soja de esos países. Desde 1997, la producción de soja RR ha aumentado de 5 a 30 millones de hectáreas, eso sólo en los Estados Unidos (1). Se ha encontrado que en la soja quedan residuos de glifosato, hasta 10 veces más alta que la dosis que provoca malformaciones fetales en los embriones de pollo y de rana.

Con el uso generalizado de los herbicidas y la aprobación por parte de la UE del uso del glifosato en los cultivos transgénicos tolerantes a este herbicida, se observa la urgente necesidad de una revisión adecuada del herbicida, para ser consecuentes con la nueva normativa más estricta sobre el uso de los pesticidas aprobada por la UE en junio de 2011. De hecho, la revisión estaba prevista para el año 2012, sin embargo se ha retrasado la revisión del glifosato y otros 38 plaguicidas al año 2015 (1). Por otra parte, la revisión de 2010 se hizo bajo la antigua normativa, menos estricta. La razón oficial que se ha dado para este retraso es que tienen demasiada carga de trabajo. Esto significa que la seguridad del glifosato no podrá ser revisada bajo la nueva normativa hasta el año 2030.

Retrasar esta revisión ha sido cuestionada en una demanda contra la CE por Pesticides Action Network Europe y Greenpeace. Los coautores del informe realizado por Open Earth Source (OES) también han solicitado que se lleve a cabo una revisión del sistema sin más demoras, y se retire del mercado el glifosato y Roundup.

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Evidencias de defectos de nacimiento en los estudios realizados por la Industria y en los independientes

El informe de la OES revela que en los estudios llevados a cabo por la Industria en la década de 1990 ya se mostraba la letalidad embrionaria y los defectos de nacimientos en los animales de laboratorio, entre los que se incluía dilatación del corazón en los conejos a bajas dosis de glifosato. A dosis más altas, ya se señalaron deformaciones en los estudios independientes realizados desde los años 1980.

Monsanto ha contestado negando sus propias conclusiones (6): “Las autoridades reguladores y los expertos independientes de todo el mundo coinciden en que el glifosato no causa defectos adversos reproductivos en animales adultos o defectos de nacimientos en las crías de estos adultos expuestos al glifosato, incluso a dosis más altas que por exposición ambiental o laboral”.

Sin embargo, los “expertos independientes” de los que habla Monsanto están sumidos en conflictos de interés, tanto a nivel económico como profesional, y basan casi por completo sus investigaciones en los estudios realizados por la Industria (1).

Estudios independientes han revelado vínculos con el cáncer, alteraciones genéticas y alteraciones endocrinas, así como defectos en el desarrollo, por ejemplo, anomalías craneofaciales y vertebrales en ratas (7), deformidades de la boca, alteraciones oculares y de la cola, curvada en los renacuajos de la rana (8). Los estudios más recientes realizados por el Dr. Andrés Carrasco y sus colegas muestran una relación entre el glifosato y el ácido retinoico, señalando un desarrollo embrionario anormal (5,9).

Sorprendentemente, estos y otros numerosos estudios citados en el Informe de la OES fueron desestimados por la Comisión Europea (CE) y la Oficina Federal Alemana para la Protección de los Consumidores y Seguridad Alimentaria (BVL), que es la responsable de la coordinación entre la Industria y la CE. La conclusión de la BVL, comunicada a la CE a través del Informe de 1998 “Proyecto de Informe de evaluación” (DAR), fue que “no hay evidencias de teratogenicidad” para el glifosato.

El Proyecto de Informe de Evaluación contiene pruebas indiscutibles

El Informe alemán de 1998, DAR, fue crucial para que el glifosato fuese aprobado por la UE, al señalar en sus conclusiones que el “glifosato no tiene efectos teratogénicos”, si bien también se decía en sus conclusiones que a dosis más altas causaba “osificación reducida y una mayor incidencia de trastornos esqueléticos o de los órganos internos” en los fetos de las ratas y de los conejos. Además, agregaba que los estudios realizados por la Industria sobre el glifosato a dosis altas mostraba un reducido número de fetos viables en las camadas de ratas y conejos, con un aumento de los defectos congénitos. Las anomalías esqueléticas encontradas por la Industria en los primeros estudios son consistentes con los hallazgos más recientes en las investigaciones de Andrés Carrasco y al (5,9). Sin embargo, estas anormalidades no se tuvieron en cuenta por motivos espurios, tales como que las altas dosis que envenenaron a las madres (dosis tóxicas) no eran dosis pertinentes para la evaluación de los riesgos humanos, ya que la madre se puede envenenar con cualquier sustancia pudiendo alterar el desarrollo del feto y causar defectos de nacimiento. Esta absurda suposición es impugnada por la literatura científica independiente, y algo muy debatido incluso por la propia Industria.

Puedes ver fotografías de lechones tomadas por el criador de cerdos Borup Pedersen, alimentados con soja transgénica, y en los que pueden observar distintos tipos de malformaciones. (Véase: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/04/30/dinamarca-se-relaciona-la-soja-transgenica-con-danos-en-la-cria-del-cerdo/

Una historia de manipulaciones y engaños por parte de los reguladores alemanes y de la UE

Como resulta evidente en el informe de Alemania de 1998, DAR, se manipularon las evidencias científica mediante diversas estratagemas que llevaron a mentir, con un total desprecio por el principio de precaución.

Los animales expuestos al glifosato en los estudios presentados por la Industria muestran efectos frente a los animales no expuestos, y eso en dosis tan bajas como 20 mg por kg de peso corporal. Tanto es así, que la Dirección de Seguridad de Pesticidas del Reino Unido (PSD) apoya la teratogénesis del glifosato (1): “Considerados de forma aislada, ninguno de los hallazgos de los estudios sobre los efectos teratológicos en los conejos sería motivo de preocupación. Sin embargo, se observa en general la incidencia de un mismo patrón”.

Alemania, por su parte, recurrió a incluir a los grupos de control “históricos” dentro de los estudios no publicados ( y por lo tanto irrelevantes), que tuvo el efecto de aumentar la variación y por lo tanto la de anular cualquier significación estadística de los experimentos realizados por la Industria. La Dirección de Seguridad de Pesticidas del Reino Unido (PSD) terminó por pedir a Alemania que pusiese a su disposición los datos de los controles anteriores, pero no está claro si la PSD vio esos datos, o, si los vio, cómo respondió. Y hasta la fecha, esos datos de control históricos siguen ocultos al público.

En el informe de la Open Earth Source (OES) se comenta: “El uso de los datos históricos en lugar de los controles concurrentes añade variables a un experimento que tiene por objeto el control de las variables, ocultando los efectos teratogénicos del glifosato, y evita cualquier conclusión en este sentido. Es por eso que el uso de los datos históricos de control es un asunto controvertido. En la práctica no está permitido en Evaluación Toxicológica en animales y en otros estudios para la aprobación de los plaguicidas”.

Los controles válidos para un experimento exigen que sean animales de la misma cepa genética, de la misma edad, criados en el mismo ambiente y estudiados al mismo tiempo que los animales tratados. Además, “la manera en que los animales serán examinados y evaluados, y los datos registrados, debe hacerse de la misma forma”.

El Informe de la OES afirma: “Si esas prácticas de utilizar los controles históricos se descubrieran en un estudio científico independiente se consideraría un fraude científico”.

En resumen, la Industria y los reguladores cometieron una serie de manipulaciones en las pruebas científicas para favorecer la aprobación del uso del glifosato.

  • La Industria (incluyendo a Monsanto) conocía desde la década de 1980 que el glifosato causa defectos de nacimiento en los animales en altas concentraciones.
  • La Industria también sabía desde 1993 de los efectos a bajas y medias dosis.
  • El Gobierno alemán conocía que el glifosato causa defectos de nacimiento, por lo menos desde el año 1998, año en que envía el Informe DAR a la CE.
  • El Panel de Expertos de la CE que realizó la revisión científica, ha sabido desde el año 1999 que el glifosato causa defectos de nacimiento.
  • La CE sabe desde el año 2002 que el glifosato causa defectos de nacimiento, año en que la Dirección General de DANCO (Sanidad y Protección de los Consumidores) publicó el Informe final del examen para la aprobación del glifosato.

A lo largo de todos estos años está información se ha ocultado al público y los trabajos de los científicos independientes sobre los efectos teratogénicos del glifosato y Roundup han sido ignorados, rechazados, o incluso denigrados.

El LOAEL (nivel más bajo de efectos adversos observables) del glifosato se estableció en Alemania en 60 mg por kilogramo de peso corporal y día, por lo menos 3 veces superior al indicado por la Industria hasta la fecha, a través de un juego de prestidigitación que sólo consideraba la “exposición crónica” en la “especie más sensible”, que era la rata, mientras que los estudios independientes señalaban un LOAEL de sólo 5 mg por kg de peso corporal para los trastornos endocrinos y daños hepáticos en las ratas. El LOAEL se utiliza para establecer la ingesta diaria admisible (IDA), que es de 1/100 del LOAEL. Por consiguiente, la IDA actual de 0,6 mg por kilogramo y día es al menos 10 veces mayor que los niveles establecidos en el momento de fijarse.

La mala ciencia protegida por la Industria posee pautas y directrices cuestionables

Además de la manipulación absoluta de las pruebas científicas, la Industria ha erigido un escudo eficaz para su mala ciencia bajo el disfraz de “Buenas prácticas de Laboratorio” (GLP), unas pautas y directrices establecidas por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), una organización no científica. Esta Guía de Buenas Prácticas ha sido ya fuertemente criticada en un documento firmado por 30 científicos (10). que señalan que las GLP “no especifican nada acerca de la calidad del diseño de la investigación, las habilidades de los técnicos, la sensibilidad de los ensayos, o ya sean los métodos empleados, bien estén al día o sean ya caducos”. La Comunidad Europea y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aceptan ambos las directivas GLP y la investigación independiente que no se ajuste a ellas puede ser ignorada para los propósitos de evaluación. Por lo tanto, la investigación del equipo del Dr. Andrés Carrasco y otros estudios independientes que muestran daños causados por el glifosato o Roundup fueron rechazados en razón de que los sistemas de prueba no estaban validados y consideraron los estudios “inapropiados e irrelevantes a efectos de evaluación de riesgos en la salud humana” (porque los realizaron en animales no aprobados, que son las ratas, los ratones y los perros, por ejemplo). En otras palabras, no realizaron la investigación de acuerdo con las normas GLP. Como observa el Informe de la OES (1): “Esto plantea la pregunta ¿por qué financian los Gobiernos investigaciones científicas si luego ignoran los resultados en casi todas las evaluaciones de riesgo?”.

De hecho los estudios de toxicidad según las normas GLP han sido criticados por el uso actualizado de protocolos que utilizan unas dosis muy altas, en niveles cercanos a la intoxicación y que pueden tener poca relación con los niveles de exposición en el medio, y los animales de prueba mueren antes de llegar a la vejez, enmascarando la mayor parte de las enfermedades en desarrollo. En resumen, las pruebas realizadas según los protocolos GLP rara vez encuentran toxicidad.

Comparando los NOAEL (niveles sin efectos adversos observables) de la Industria y de los estudios independientes sobre docenas de sustancias químicas, los estudios independientes detectan importantes efectos tóxicos a niveles muy inferiores a los de la Industria. Sin embargo, los reguladores siguen ignorando hasta la fecha los estudios independientes en favor de los de la Industria, debido a que cumplen con las directrices GLP de la OCDE. Su rechazo a las recientes conclusiones del equipo de Carrasco es indefendible, por su no adhesión a la Guía de Buenas Prácticas, como se señala en el informe de la OES ( ver también 5).

Por otra parte, la OCDE estableció en el mes de septiembre unos rígidos criterios, científicamente incorrectos, sobre la respuesta de las dosis en las pruebas toxicológicas. No tienen en cuenta efectos como la interrupción endocrina y otros efectos que se observan a dosis bajas más que a altas, lo que invalida la suposición de que existe una dosis segura según la cual no hay toxicidad significativa.

El nuevo reglamento de la UE sobre pesticidas tiene el potencial de poner fin a la tiranía de las normas GLP al insistir en los estudios científicos independientes revisados por pares en la evaluación de los plaguicidas. Sin embargo, la nueva normativa obliga a la Industria a hacer su propia búsqueda de Literatura científica en la preparación de un archivo sobre los plaguicidas, dando así el control total a los estudios de la Industria, que son los que seleccionarán para su inclusión y así reforzar la tiranía de las normas GLP.

Pruebas en humanos ante el aumento de las preocupaciones por los efectos en la salud

Debido a las evidentes restricciones para realizar experimentos en seres humanos, los datos sobre la toxicidad del glifosato en las personas son difíciles de obtener en un laboratorio. Sin embargo, sí se han obtenido resultados a partir de los estudios realizados en líneas celulares humanas. Un experimento realizado por el científico francés Giles-Eric Séralini y sus colegas en el año 2009, encontró que Roundup causaba la muerte de las células umbilicales, de las células embrionarias y de la placenta en sólo 24 horas (3,11).

Además, con el uso generalizado del glifosato en países como Argentina y Canadá, las pruebas de que se están produciendo daños en los seres humanos están aumentando. Un gobierno local de Argentina recoge en un documento ( o véase este otro Informe: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/07/30/informe-del-primer-encuentro-nacional-de-medicos-de-pueblos-fumigados/) que se han triplicado el número de cánceres infantiles entre 2000 y 2009, y cuadriplicado el número de defectos de nacimiento en las zonas donde se utilizan agroquímicos (véase referencia [12] Argentina’s Roundup Human TragedySiS 48). Carrasco señala en su estudio (9): “Los resultados obtenidos en el laboratorio son compatibles con las malformaciones observadas en los seres humanos expuestos al glifosato durante el embarazo”.

Un estudio epidemiológico en Ontario, Canadá, también ha encontrado altos niveles de nacimientos prematuros y abortos espontáneos en las mujeres que pertenecen a familias agricultoras que utilizan plaguicidas, incluyendo el glifosato.

La respuesta de la Oficina Federal Alemana para la Protección de los Consumidores y Seguridad Alimentaria (BVL) a esos problemas fue de que eran irrelevantes para la situación de Europa, así como ya existen planes para aumentar los cultivos tolerantes al glifosato. “Aunque hay indicios de un aumento de las malformaciones debido a la amplia exposición a los plaguicidas en América del Sur, las autoridades de estos países son responsables de propiciar la realización de más investigaciones en profundidad. Teniendo en cuenta que las condiciones de aplicación son muy distintas y existen incertidumbres en cuanto a la exposición humana a los efectos de los productos fitosanitarios, los resultados de este tipo no deben llevarnos de forma automática a preocuparnos por la seguridad de los herbicidas a base de glifosato en Europa”.

Preocupaciones adicionales

Un informe publicado recientemente por el científico estadounidense Dr. Don Huber, profesor emérito de la Universidad de Purdue, advirtió de la aparición de un nuevo agente patógeno asociado a los cultivos transgénicos tolerantes al glifosato ( (véase [13] Emergency! Pathogen New to Science Found in Roundup Ready GM Crops?) y ( Los científicos advierten sobre la relación entre un nuevo y peligroso patógeno y Roundup de Monsanto)

En una carta escrita dirigida al Secretario de Agricultura de Estados Unidos, expresa su preocupación por la aparición de este agente patógeno, muy abundante en los cultivos transgénicos, y que al parecer está asociado a enfermedades devastadoras en los cultivos y altas tasas de infertilidad y abortos involuntarios en los animales. Esta es una nueva preocupación que se suma a la urgencia de revisión por parte de la UE del uso del glifosato y los cultivos transgénicos.

Conclusión y recomendaciones

Los autores del informe de la OES concluyen que: “La actual aprobación del glifosato y Roundup es científicamente insostenible”. Recomiendan la inmediata retirada del glifosato hasta que una nueva revisión rea realizada, con una amplia variedad de pruebas actualizadas, de forma independiente y con los datos disponibles para el público.

Estamos totalmente de acuerdo con la conclusión y la recomendación.

Referencias

1. Antoniou M, Habib M, Howard CV, Jennings RC, Leifert C, Nodari RO, Robinson C, Fagan J. Roundup and birth defects: Is the public being kept in the dark? Earth Open Source, 2011.

2. Ho MW and Cummins J. Glyphosate toxic and Roundup worse Science in Society 26, 12, 2005.

3. Ho MW and Cherry B. Death by multiple poisoning, glyphosate and Roundup. Science in Society 42 , 14, 2009

4. Ho MW. Ban glyphosate herbicides now. Science in Society 43, 34-35, 2009.

5. Ho MW. Lab study establishes glyphosate link to birth defects. Science in Society 48, 32-33, 2010.

6. Beyond the Rows, A blog by Monsanto, St. Louis, United States of America, 9 June 2011, accessed 11 July 2011,http://www.monsantoblog.com/2011/06/09/june-2011-earth-open-source-report-on-roundup/

7. Dallegrave E, Mantese FD. et al. 2003. The teratogenic potential of the herbicide glyphosate-Roundup in Wistar rats. Toxicol Lett 142(1-2): 48

8.  Lajmanovich RC, Sandoval MT, Peltzer PM. 2003. Induction of mortality and malformation in Scinax nasicus tadpoles exposed to glyphosate formulations. Bull. Environ. Contam. Toxicol. 70, 612–18.

9. Paganelli A, Gnazzo V, Acosta H, Lopez SL and Carrasco AD. Glyphosate-based herbicides produce teratogenic effects on vertebrates by impairing retinoic acid signalling. Chem Res Toxicol, August 9. http://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/tx1001749

10. Myers JP, Vom Saal FS. et al. Why public health agencies cannot depend on good laboratory practices as a criterion for selecting data: The case of bisphenol A. Environmental Health Perspectives 2009, 117, 309–15.

11. Benachour N, Séralini GE. 2009. Glyphosate formulations induce apoptosis and necrosis in human umbilical, embryonic, and placental cells. Chem Res Toxicol 22: 97–105.

12. Robinson C. Argentina’s Roundup human tragedy Science in Society 48, 30, 2010

13. Ho MW. Emergency! Pathogen new to science found in Roundup Ready GM crops? Science and Society 50, 10-11, 2011.

 

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