13 enero 2015
Según el presidente Rafael Correa, la razón para dar por concluido el comodato de la CONAIE es porque se mantenía un “uso político” del inmueble y no se utilizaba con un fin organizativo. Como consecuencia de la actual coyuntura, las autoridades de la Revolución Ciudadana han tomado la decisión de conformar un nuevo movimiento denominado “Alianza de Pueblos por el Buen Vivir”.
Creo que no es necesario buscar justificaciones sobre el tema de uso político de la sede. La CONAIE, por su misma razón de ser, es política; su objetivo –desde su construcción y constitución– fue siempre interpelar la visión, la práctica hegemónica y excluyente del sistema colonial y, consecuentemente, de la república; su objetivo siempre fue, sigue siendo, reivindicar los derechos políticos, culturales, económicos de las nacionalidades y pueblos del Ecuador. Sería una miopía y una torpeza pensar que el accionar de la Conaie no es político.
Para el país no es una novedad la actual visión y posición de las autoridades del gobierno. Al país le consta que los gobernantes han hecho de la persecución y la división de los movimientos sociales política de Estado. El caso de la creación de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) a fines del año anterior, y ahora, la pretensión de crear un nuevo movimiento indígena, evidencian el temor que tiene el presidente de la República a la sociedad civil organizada, en nuestro caso, a la organización de las nacionalidades y pueblos, al momento, la única que sigue resistiendo los embates del poder.
Las autoridades de la Revolución Ciudadana en lugar de desgastarse en pensar fórmulas que contribuyan a anular al movimiento social, a la CONAIE; en lugar de invertir recursos del país en la creación de organizaciones ficticias, deberían aprovechar la actual coyuntura para evaluar su gestión en relación con las nacionalidades y pueblos; preguntarse, por ejemplo, ¿qué acciones han realizado para dar cumplimiento al mandato constitucional de la interculturalidad y plurinacionalidad?; ¿por qué razón los territorios indígenas, la propiedad de las comunidades, siguen siendo invadidos? La invasión del territorio waorani es un ejemplo de esa situación; al respecto, recordemos que la Constitución establece que “las tierras comunitarias son inalienables, inembargables e indivisibles”. Si la Constitución de la República, la LOEI, el reglamento de educación, incluso el Plan del Buen Vivir establecen y garantizan la existencia del sistema de educación intercultural bilingüe, ¿por qué razón el sistema está perdiendo el derecho de enseñar en su propia lengua y con pertinencia cultural?
La solución no es crear un nuevo movimiento, la solución es tener voluntad política para enmendar los errores y rectificar; no es posible que la Revolución Ciudadana, que dice ser de izquierda, se esté convirtiendo en el gobierno que con mayor saña está violando los derechos colectivos de las nacionalidades y pueblos del país. (O)
* Poeta kichwa otavaleño. Docente de la UASB-Sede Ecuador.