Quito: la marcha de los paraguas
Pese al pertinaz aguacero que cayó en Quito desde en la tarde del 19 de Marzo, miles y miles de habitantes de la capital acudieron a la marcha convocada por el FUT y el colectivo de organizaciones sociales, contra las políticas del régimen correista. La cantidad de gente que se iba incorporando a la marcha superó todas las expectativas y el número de personas que participaron en las movilizaciones del año pasado. Muchos se proveyeron de paraguas y ponchos plásticos y se decidieron a protestar. (“Qué chucha, que llueva, Quito no se ahueva”).
La Plaza de San Francisco se llenó dos o tres veces con los manifestantes que ingresaban mientras otros se retiraban. La principal característica de la marcha, al igual que en ocasiones anteriores, fue la heterogeneidad de los grupos sociales que participaron y la diversidad de motivaciones, demandas y reivindicaciones que se expresaban en las telas, carteles, gritos y consignas que se escuchaban.
Estaban en primer término los trabajadores organizados, en una cantidad superior a la de marchas anteriores, por sus derechos laborales y contra los despidos. También destacó la masiva presencia de estudiantes y jóvenes contra las trabas para el ingreso a la universidad y las reformas educativas que elitizan la educación y la funcionalizan al interés de las grandes empresas capitalistas. Además, la expresión más organizada y consciente de los indígenas y campesinos por la Ley de Tierra y la defensa de los recursos naturales frente la voracidad extractivista. En igual sentido las organizaciones ecologistas y los Yasunidos. También fue visible la presencia de mujeres denunciando el Plan Familia y las declaraciones de Correa y algunos funcionarios gubernamentales de contenido ultraconservador y moralista sobre temas vinculados a al embarazo de las adolescentes y la sexualidad. Los jubilados también mostraron su energía para protestar por el desfinanciamiento y la mala atención del Seguro Social. Se expresaron adicionalmente varios sectores y gremios como el de los médicos, los colectivos GLBT, artistas y trabajadores de la cultura y otros más. Quizá lo que motivó a salir a la mayoría fue gente es el malestar que siente por el impacto del costo de la vida que se verá incrementado por las llamadas salvaguardias a las importaciones. Otro tema clave es el control autoritario que practica el gobierno y la paulatina pérdida de libertades y derechos. Al final el grito que dominaba fue: ¡Fuera Correa Fuera¡
Cuenca: la marcha copó las calles
Después de muchos años las calles de la ciudad estuvieron copadas de colores y gritos, miles y miles de habitantes acudieron a la marcha convocada por el FUT y el colectivo de organizaciones sociales, contra las políticas del régimen correista. La cantidad de gente que se iba incorporando a la marcha superó todas las expectativas, fue una verdadera marcha de los Trabajadores de la Ciudad y el Campo, más de 15.000 personas en un solo grito “Correa capitalista, vestido de Socialista”.
Avance cualitativo del campo popular
Hay tres hechos nuevos y significativos que marcan un salto cualitativo para el campo popular y se visibilizan con las movilizaciones del año pasado y la del 19 de marzo: 1) el pueblo ya no tiene miedo a protestar. El gastado discurso del gobierno de acusar de toda protesta a los “tirapiedras” del MPD, perdió credibilidad ante gran parte de la opinión pública; 2) Se ha gestado un proceso de unidad en la diversidad, cuyo elemento central es el descontento frente al régimen de Correa; 3) El Frente Unitario de Trabajadores (FUT) en alianza con la CONAIE, aparecen como la cabeza visible (la vanguardia) de la protesta social.
La jornada del 19 de marzo, aunque tuvo su mayor expresión en Quito, adquirió un alcance nacional. Se realizaron marchas en varias ciudades del país: Guayaquil, Cuenca, Loja, Machala, Santo Domingo de los Colorados, Riobamba, entre otras, cuyo impacto social y político está aún por evaluarse.
Otro elemento importante es la pérdida de protagonismo de los partidos políticos de izquierda frente a la presencia de los movimientos sociales o la participación espontánea de la gente. Grupos como el MPD, el Partido Socialista y Pachakutik han sido fuertemente golpeados por el régimen y atraviesan una profunda crisis. Políticos disidentes del gobiernismo, de carácter reformista o cercanos a las concepciones socialdemócratas, que hoy se encuentran en la oposición, experimentan un desgaste y la falta de credibilidad. Este es un aspecto preocupante por la ausencia de un proyecto político, la atomización de la izquierda y la ausencia de un referente político y electoral
El gobierno ha deslegitimado las protestas sociales y recurrentemente dice que las manifestaciones no pasan de las 3.000 personas, llegando a la bajeza política de acusar a los dirigentes sociales de tener nexos con la CIA de EE.UU; habla de que las protestas que hoy se dan en Ecuador son producto de una “desestabilización” internacional a los gobiernos “progresistas”; pone como ejemplo el caso de las protestas contra Cristina Fernández de Kirchener en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil, Nicolás Maduro en Venezuela.
Qué diferencia con la actitud del gobierno hacia los empresarios con quienes se reunió el 2 de marzo por más de cinco horas, llegando a varios acuerdos que les benefician, incluido un “paquete de “ayuda” de 350 millones que se repartirán así: 253 millones para la devolución de impuestos (drawback), 25 millones para exoneración de anticipo del impuesto a la renta y 65 millones en certificados de abono tributario. Previamente, el 18 de febrero, había firmado el decreto 518, para que algunos empresarios propongan proyectos de inversión”… (Ver artículo de Emilio Palacio: “La dictadura le lanza un salvavidas de plomo a los empresarios”, El Universo, 2 de marzo del 2015).
El Ministro Richard Espinosa anunció luego de dicha reunión nuevos proyectos de inversión ofrecidos por el gobierno a los empresarios, como la venta de 20.000 inmuebles del sector público. Richard Martínez, presidente de la Cámara de Industrias, señaló por su parte que “los acuerdos con el gobierno son la oportunidad para duplicar los montos de inversión del sector privado: la idea es duplicar los 12.000 millones actuales al menos los próximos 10 años (ver declaraciones en la TV).
Es decir que la crisis económica que ha sobrevenido al país en el presente 2015 a consecuencia de la drástica caída en los precios del petróleo, el pago de la deuda externa, en especial con la China, y la apreciación o revalorización del dólar que hace menos competitivas a las exportaciones del país, será descargada sobre los trabajadores y los más pobres y no afecta a los más ricos. La reciente medida de poner salvaguardias (mayores tasas) a 2.800 productos importados, con porcentajes que van desde un 5 hasta un 45%, si bien tiene un impacto real sobre los importadores y ciertos productores que compran bienes de capital y materias primas en el exterior, ellos lo que hacen es trasladar el aumento de sus costos de producción a los precios de las mercancías que venden. Los grandes perjudicados con dicha medida son los consumidores de ingresos fijos y bajos ingresos, es decir los trabajadores, los subempleados y los desempleados.
La reacción del gobierno
En ningún momento reconoce que las protestas son producto del desgaste de un proyecto político capitalista con discurso popular que pegó en América Latina, pero luego de algunos años, con la disminución de la renta petrolera, el desempleo, la corrupción, el endeudamiento con China y las privatizaciones, muestra sus límites y enfrentan el descontento popular.
En días anteriores en la ciudad de Guayaquil el gobierno anunció cuál será su estrategia para “enfrentar la desestabilización”, ha dicho que será una gran marcha el 1 de Mayo para demostrar el apoyo popular al gobierno.
Es decir el gobierno piensa enfrentar en las calles al pueblo contra el mismo pueblo, sin dar una solución estructural a la crisis ecuatoriana.
Es conocida la maquinaria económica y publicitaria del gobierno, muy superior a los recursos con que cuentan los sindicatos y campesinos. El gobierno tratará de concentrar un gran número de gente en las principales ciudades de Ecuador preferentemente en Quito, sin embargo una de las grandes victorias de la movilización del 19M es que el pueblo puede movilizarse en todas las ciudades del país de manera sostenida sin recibir paga alguna, eso no lo puede lograr el gobierno.
La otra estrategia del gobierno es empezar a judicializar a los manifestantes para que sirva de escarmiento a los otros, esto lo ha ordenado públicamente a su Ministro del Interior pidiendo más detenidos, acusándoles de haber provocado destrozos y haber agredido a la policía, acción que ya comenzó en Riobamba, donde Correa desde un camión ordenaba detener a jóvenes y maestros.
¿Hacia dónde caminar?
La actitud prepotente y antidemocrática del gobierno que se ha negado a abrir un espacio de diálogo con las organizaciones de trabajadores y los movimientos sociales, muestra que el único camino que nos queda es continuar con la lucha y la movilización en las calles. La próxima jornada de medición de fuerzas será el 1 de mayo, aunque también fue importante la marcha de las bases del Seguro Social Campesino el 26 de marzo.
Los trabajadores no debemos amilanarnos ante las amenazas del gobierno; más bien, trabajar para que las personas que se manifiestan tengan cada vez más conciencia de que este régimen está al servicio de los grandes capitalistas del Ecuador y del capital internacional. Hay que generar movilización en todas las ciudades del país, organizarnos inteligentemente y tener obreros que controlen la seguridad de las manifestaciones y que detecten a los agentes que se infiltren en las marchas.
Las metas fundamentales de la clase trabajadora y los sectores más empobrecidos de la población en este momento complejo de la lucha de clases pueden ser los siguientes: 1) fortalecer y ampliar la unidad, tomando en cuenta la diversidad y la heterogeneidad de la sociedad ecuatoriana, sin sacrificar la independencia de clase frente al gobierno y la derecha; 2) dar continuidad a la movilización, ganando el apoyo de la población descontenta que cada vez es más amplia; 3) buscar nuevas formas organizativas que permitan el debate político, amplíen la conciencia social y promuevan la participación activa de todos los sectores involucrados en la lucha; 4) construcción de una plataforma amplia y democrática que reúna las diferentes propuestas y reivindicaciones de los sectores populares.
hubiera esta bien si no añadian la consigna derechista de critica a las salvaguardias. De alli que atrajeron a bastantes aniñados derechistas e incluso marcharon asambleistas derechistas. No habria que alinearse con la Camara de Comercio. Eso no es de izquierda