El término “felipillo” hace referencia a un personaje que se vendió a los conquistadores monárquicos, y desde ahí se utiliza para hacer relato de quienes traicionan a su cultura y reniegan de sus ancestros.
En estos 500 años han habido algunos “felipillos” indígenas que han negado sus raíces y han terminado abrazando teorías coloniales patriarcales, antropocéntricas, reduccionistas, hegemonistas. La mayoría de mestizos también lo han hecho, pero hay casos emblemáticos, por ejemplo, en los Andes, el de los mestizos Guamán Poma de Ayala, Juan Yamqui Salcamayhua, Tupak Amaru (Gabriel Condorcanqui), Micaela Bastidas, Eugenio Espejo, quienes más bien optaron por sentipensar desde su cultura madre y por seguir tejiendo la vida junto a sus ancestros andinos.
Hoy sigue siendo igual, la mayoría de mestizos se identifican con el pensamiento colonial eurocéntrico, ya sea de derecha o de izquierda, y muy pocos hemos optado por reconocernos histórica y colectivamente en la sabiduría de la pacha que nos ha visto nacer y formarnos. Los mestizos y los blancos se siguen sintiendo europeos en Abya Yala, han pasado 500 años y hasta ahora no la descubren. Desconocen sus filosofías, mitos, epistemes, ontologías, espiritualidades, todo.
La izquierda occidentalizada o eurocentrada sigue funcionando hasta ahora desde lógicas coloniales, liberales, positivistas, objetivistas; cuando en el propio occidente hay quienes las cuestionan y han tomado como otro referente a los pueblos indígenas del mundo. Tan solo una pequeña parte de la izquierda ha hecho un proceso de descolonización en algún nivel, intentando tematizar desde la ancestralidad colectiva y no solamente desde la modernidad individual. Incluso, los llamados decoloniales desconocen las identidades ontológicas de Abya Yala, solo son expertos en las occidentales y hasta en las orientales. Siguen funcionando con categorías y parámetros homogenistas, cartesianos, monoculturales, para hacer sus análisis o disecciones de la realidad, y no hacen reflexiones integrales desde las ontologías de la alteridad o de la externalidad al pensamiento occidental de raigambre helénica. Siguen haciendo pensamiento individual, retórico, mentalizado, por ende, egocéntrico y sin alma. Al igual que los filósofos eurocéntricos se inventan sus teorías personales, nacidas desde su cerebro individualista; y con ello despreciando el pensamiento creado colectivamente en miles de años y al cual lo ven tan solo como pensamiento mágico y hasta cosmovisión.
Esta mirada colonial, liberal, marxista, se ha podido ver en la campaña electoral en curso en Ecuador (enero 2021) donde la derecha y la izquierda colonizada se han lanzado una vez más en contra del movimiento indígena organizado. Su mirada egocéntrica mira al individuo Yaku Pérez que no responde al 100% de sus expectativas personales, y no puede mirar al conjunto, al movimiento, al proceso histórico, a los horizontes generales. Solo escudriña al personaje, buscando algo que no le guste a su ego, y se queda solo con ello o a eso es lo que le da más importancia. Se queda con el porcentaje que no le satisface a su ego inmaculado y rechaza inconscientemente todo lo demás que le rodea y le acompaña. El estalinismo sigue latente en ellos.
Su mirada liberal burguesa busca pretextos y solo atina a decir que es mestizo, que se cambió de nombre, y no puede ver todo lo que hay alrededor de él y todo lo que representa para el conjunto que le apoya y para el horizonte que encamina. Es la mirada de la Ilustración la que les hace observar al objeto de estudio no al sujeto-compañero. Son los Bacon de este tiempo. El individualismo está tan metido en la sociedad colonizada que todo lo ve desde su arrogancia egolátrica y le desprecia al representante y candidato del movimiento indígena por no cumplir con todas sus expectativas, como lo hizo el conquistador hace 500 años.
No los culpo, así somos formados, y mientras no hagan procesos de descolonización seguirán colonizando desde la izquierda y por abajo; mientras otros lo hacen desde la derecha y por arriba. Evidentemente no son autoconscientes y les va a salir siempre, poco o mucho, su racismo, su intelectualismo, su dogmatismo, su paternalismo. Creen en figuras salvadoras, en personajes mesiánicos, y dicen que el candidato debía ser Leonidas Iza, creyendo que los individuos Yaku o Iza son los que van a hacer los cambios.
Incluso, hay personajes que funcionan así al interior del movimiento indígena, que actúan desde su personalismo y desde sus verdades teóricas, cuando casi todo el movimiento indígena, sus líderes históricos y todo el sentimiento colectivo, apoyan a quién es el representante de todo el cuerpo colectivo. Indudablemente que hay diferencias, es normal, pero en última instancia prima el horizonte colectivo y todos hacer minga como enseñan los abuelos. Pero en algunos, manda su intelectualidad individual y no la histórica colectiva.
También han sido colonizados con teorías del marxismo eurocentrista, cuando el propio Marx pocos años antes de morir se dio cuenta de algunos de sus errores. Pero más que todo, es la visión leninista o el marxismo interpretado desde el leninismo el que les guía, y hacen una mescolanza con la filosofía andina. Tanto es así, que altos dirigentes también se inscriben en la crítica “pachamamista”, que es una crítica colonial de izquierda que no aporta sino que ataca. Evidentemente que hay ciertos errores en la reconfiguración del pensamiento indígena, pero inscribirse en el discurso anti pachamamista es no entender las fuentes milenarias de la sabiduría andina y solo funcionar desde las fuentes dogmáticas de la izquierda burguesa, individualista y petulante.
En 50 años de democracia, ahora hay un sector indígena cristianizado, evangelizado, liberal, marxista, que combate y se enfrenta a la mayoría del movimiento indígena. El colonialismo ha penetrado tanto, que ahora hay un sector que es aliado de las clases medias progresistas y hasta de las altas conservadoras, que enfrentan a la racionalidad indígena. Felipillos modernos que defienden a los patrones, a los capataces, a los verdugos del movimiento indígena. Correa persiguió, dio garrote, metió juicios y hasta llevó muerte, y hay felipllos que se postran a sus pies. Dan vergüenza ajena. Igual que la izquierda mestiza colonizada al servicio de la pequeño burguesía y no del movimiento y pensasiento indígena, ancestral, colectivo, integral, alterativo. Siguen en su dialéctica de la síntesis que ha generado el caos global y la crisis climática, y desconocen la tetrasofía o teltraléctica (tawantin) que funciona en la complementariedad, tal como se desempeña la naturaleza y el cosmos, y que la física cuántica lo ha venido a confirmar. La izquierda colonizada ha sido en la historia mundial más una traba que una palanca. Esperemos que algún día salgan de sus caprichos intelectuales y puedan entrar en la conciencia colectiva.
“El individualismo está tan metido en la sociedad colonizada que todo lo ve desde su arrogancia egolátrica y le desprecia al representante y candidato del movimiento indígena por no cumplir con todas sus expectativas, como lo hizo el conquistador hace 500 años”.
*Atawallpa Oviedo Freire es escritor, periodista y filósofo nacido en Ecuador.