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jueves, diciembre 19, 2024

LA MARCHA DE LOS ACONTECIMIENTOS. por Tomas Rodríguez León

LA MARCHA DE LOS ACONTECIMIENTOS

Tomas Rodríguez León

 Porque esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar y su marcha de gigantes ya no se detendrá….F.  Castro

Cuando el poder  da a sus oponentes la categoría de enemigos jurados, situando y descalificándolos  es cuando la  dictadura se expresa  (matiz extremo que Marx llamó dictadura del capital) en tanto los elementos esenciales básicos de los discursos y los recursos iniciadores de un proceso dan paso a los sucesos. Los gobiernos autoritarios viven de los acontecimientos.

Se  desnudan lo supuestos  ideales  y  la  palabra “dialogo” cae en desuso, sobran suficientemente las mentiras que desacreditan  al bando opuesto. En nuestro contexto “la guerra civil” característica  de  toda revolución, no es entre  clases ni está en juego aun  la disputa por el poder político, es apenas una confrontación natural ascendente  entre los oprimidos y sus partidos y los detentadores del poder que siempre estuvieron.  En el plano social se reitera una lucha entre las clases dominantes y los trabajadores del campo y la ciudad, en lo político la confrontación es la misma entre la derecha y la izquierda y en lo ideológico, es el último instante temporo-espacial de confrontación  entre  revolucionarios y  traidores  (después de lo cual estarán decantados los terrenos, los traidores pasaran del purgatorio al infierno) Vivimos una lucha de identidad y pertenencia ideológica que podría bajar su intensidad si los que están en el gobierno reconocerían su condición de extrema derecha.

Es claro, al  espíritu conservador del poder  le aterran  las  masas  con la izquierda  tanto como se excitan  de júbilo cuando sus congéneres de derecha movilizan pueblo, así, cuando los socialcristianos  han movilizado decenas de miles en Guayaquil, el gobernante no pierde ni su sarcasmo ni su sueño . Pero si la izquierda revolucionaria y el pueblo irrumpen, el poder pierde la calma. Se inicia una cobarde y peligrosa  aritmética de sumar a quien aman mas  sin importar enfrentar pueblo contra pueblo, donde por lo demás, los movilizados que admiten la subordinación, son ciudadanos, en tanto que el pueblo desobediente; escoria

Cuando los pueblos ensayan la resistencia no violenta, el estado inventa terroristas,  de último momento, el mismo gobierno que dijo que las FARC no eran terroristas (que no lo son) se da a la tarea de perseguir adolescentes, supuestamente GCP a quienes lo se les acusa de terrorismo  por material subversivo (¡si llegaran a mi casa¡) hojas volantes y libros revolucionarios, rebelión es delito.  A la criminalización de la protesta social le hacía falta la vieja predica contra la subversión

Los revolucionarios saben que  la resistencia no violenta es una fase que  no tiene  efecto duradero porque la conducta del poder  así lo quiere y la historia enseña que la resistencia armada es un recurso revolucionario, (pero este no es el momento, el pueblo y la izquierda ecuatoriana no eligen la violencia ni la sienten, la violencia es la dignidad del estado). Levantarse en armas ha sido no una opción sino un constante de los revolucionarios de todas las épocas frente a las injusticas  y este hecho no solo es de la ideología marxista  o anarquista sino también de la ideología liberal; Bolívar, Alfaro, URJE,  AU Shiris, AVC. Los revolucionarios no abjuran de la violencia revolucionaria (que pena por Mireya) solo interpretan su necesidad y su pertinencia.

Es ahora el momento de la paz, porque la paz es también revolucionaria, las consignas por  la paz y la vida  que portan  los humildes y los valientes  es respuesta a  la violencia multisecuencial y multimodal de los gobernantes. Porque los pueblos están hartos  del irrespeto  y del maltrato cada día más frecuentes en todas las manifestaciones sociales y naturales de la vida, y están hartos de recibir lo peor de una confrontación desigual que oferta represión y  cárcel sin afectar jamás el sueño de los potentados y magnates.

Un liberal con  revólver sigue siendo  un liberal y un revolucionario sin arma sigue siendo un revolucionario. La resistencia, es cierto, busca  quebrar la secuencia de orden y obediencia,  hasta ahí llega, pues  no es bandera  del momento la toma del poder, y si fuese no habría pecado.  La toma del poder siempre fue una consigna de clase para la revolución. La revolución Rusa, China, Vietnamita, cubana fueron  la derrota violenta del viejo orden  y ahora los del siglo XXI  pretenden  dar cátedra de revolución. Esta “revolución” promueve   la obligación del juego circense de la democracia burguesa  como  única opción “si quieren el poder ganen las elecciones” delirio democrático de los antes beneficiarios  de golpes al estado  que reactualizan la verborreica “defensa de la democracia” en la vieja nomenclatura del poder. Pero los revolucionarios tienen el derecho de repensar en los recursos insurreccionales de reserva como derecho tienen de hacer pedagogía revolucionaría insumisa.

La resistencia es autentica y  efectiva cuando logra el quebrantamiento de la autoridad, en eso no hay extravió y ciertamente es una búsqueda deseada porque el autoritarismo ya pesa  demasiado y asfixia. Los autoritarios temen su pérdida de poder  y  el quebrantamiento del  orden, en eso son más extremistas o exagerados que los gobernantes liberales. En este contexto la ley no les alcanza, porque el  dominio de la ley ya no  impide el desorden revolucionario y por eso salta a la palestra otro recurso, tan inmoral  como el poder; la estigmatización, la calumnia la represión preventiva.

 

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