LA NECESIDAD DE UNA REFORMA AGRARIA EN EL ECUADOR DEL SIGLO XXI: Algunos datos sobre la concentración de la tierra en la región Sierra
Víctor Arroyo y Elena Gálvez**
La propiedad de la tierra es una premisa histórica, y sigue siendo el fundamento permanente del modo capitalista de producción, así como de todos los modos de producción anteriores
Marx, Tomo III, El Capital
Este artículo pretende contribuir con datos al debate sobre la inminente necesidad de plantear una reforma a la estructura agraria actual en el Ecuador. Fue hecho con base en un estudio analítico del Censo Nacional Agropecuario (2001) y las actualizaciones de la base de datos ENEMDU-INEC. Se centra en la región sierra del Ecuador.[1]
Partimos del hecho de que en esta región prevalece una estructura agraria cuya principal característica es la concentración de la tierra en pocas manos. Esta aseveración se basa en análisis del índice de inequidad, GINI, calculados por provincia y por Cantón para la región de la sierra ecuatoriana[2].
De forma general encontramos que el 92% del total de las provincias de la sierra tienen un índice de concentración que rebasa el 0.70. Sin embargo, dado el carácter corto de este documento, nos concentraremos en los casos más significativos de inequidad de acceso a la tierra. Las provincias más inequitativas son Azuay Tungurahua, Cotopaxi y Pichincha (ver gráficos en http://observatorio.cdes.org.ec/galeria/mapas)
Dentro de los casos antes mencionados se destacan: en la Provincia de Azuay, los cantones Cuenca y Oña con indices 0.86 y 0.90 respectivamente; en la Provincia de Chimborazo, los cantones Penipe y Chambo con 0.82 y 0.90 de inequidad en la distribución de la tierra; en la Provincia de Pichincha, los cantones Quito 0.87, Mejia 0.90 y Rumiñahui 0.94; y en la Provincia de Tungurahua, los cantones Santiago del Pillaro y Patate con indices del 0.88 y 0.86 respectivamente.
Dichas cifras muestran que es necesario puntualizar sobre algunos elementos. El primero de ellos es que la estructura agraria en la región sierra del Ecuador está basada en la gran propiedad. Este es un hecho evidente. Sin embargo, lo anterior resulta contradictorio cuando se analiza el número de Unidades Productivas Agropecuarias de UPAs que existen en esa extensión de tierra y se observa que la mayor parte cuentan con una mínima cantidad de tierra. Como ejemplo de lo anterior se muestran los casos antes citados.
En la provincia de Azuay 10.038 UPAS menores a una hectárea, poseen 4.480 hectáreas, mientras que 461 UPAS que son mayores a 200 hectáreas, poseen 287.839 hectáreas. En el caso de Chimborazo las UPAS menores a una hectárea suman 30.204 y poseen 14.257 hectáreas, mientras que las UPAS mayores a 200 ha., son 222 y tienen 179.625 hectáreas. Y en Pichincha las UPAS menores a una hectárea son 25.232 y poseen 7.104 hectáreas mientras que las UPAS mayores a 200 hectáreas son 478 y poseen 245.115 hectáreas.
En la provincia de Tungurahua la estructura productiva se define de la siguiente forma: existen 47.088 UPAS menores a una hectárea y poseen 17.483 hectáreas, mientras que 65 UPAS mayores a 200 hectáreas concentran un total de 75.975 hectáreas. Es decir un promedio de 1.168 hectáreas por UPA mayor a 200 has.
Con base en el análisis antes realizado se puede concluir que la estructura agraria de la sierra ecuatoriana es fundamentalmente latifundista. No obstante, nos llama la atención de que pese a ello, la mayor cantidad de UPAS se encuentran en la pequeña propiedad. Lo anterior nos habla de un desequilibrio en el que la mayor parte de productores tienen poca tierra.
En este sentido resulta urgente la búsqueda de mecanismos de redistribución de la tierra, los cuales no pueden ser pensados sin implicar la afectación de la propiedad privada, que representa el 94.53% de la tierra agrícola del país[3]. Por tanto este análisis llama la atención a los argumentos gubernamentales de la “revolución agraria” en la que no se propone la afectación a la propiedad privada[4]. Argumentos que dejan sin respuestas las demandas de las organizaciones sociales y de los sectores de lucha campesina sobre la redistribución de tierras,[5] así como la necesidad de una verdadera transformación de la estructura agraria del país.
[1] Este análisis fue realizado por Víctor Arroyo Quiñones (2012) para el Centro de Derechos Económicos y Sociales- CDES.
[2] El coeficiente Gini es una medida que muestra la desigualdad, oscila entre 0 y 1. Cero significa la igualdad total, mientras que conforme la cifra se acerca al 1 indica mayor desigualdad.
[3] Atlas de la Tenencia de la Tierra en el Ecuador (2011), Quito, SIPAE.
[4] El Telégrafo, Domingo 5 de Enero de 2012, La evaluación Personal del Presidente de la República del Ecuador tras cinco años de mandato, “El desafío de Rafael Correa”.
*Víctor Manuel Arroyo Quiñonez, Ingeniero Forestal y estudiante de la Maestría en Desarrollo Territorial Rural en FLACSO 2010 – 2012, investigador de la agro-industria palmícola.
**Elena Gálvez Mancilla Historiadora (UNAM) y maestra en sociología (FLACSO), Investigadora del Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES).