El 32 % de jugos de naranja ambulantes no son aptos para el consumo humano, dicen, como quien dice así nomás sin decir nada. Pero según la encuestadora A boca de vereda, el 92% de políticos no son aptos para el consumo ciudadano. Así mismo, la encuestadora señaló que el 99% de banqueros puede causar indigestión con solo nombrarles. La misma encuestadora indicó que el 95% de empresarios prósperos del país no tiene registro moral sanitario. Y para rematar, A boca de vereda dice que el 91% de medios privados y públicos tampoco son aptos para el consumo humano.
Ante la pregunta de si prefiere el jugo de naranja ambulante o escuchar a algunos personajes e instituciones de la vida nacional, los encuestados respondieron:
Pregunta: ¿Hacen bien los funcionarios de la Alcaldía de Quito al señalar con el dedo índice a los vendedores de jugos de naranja informales y no a la Coca-Cola y otras bebidas azucaradas, etc., como dañinos para la salud?
Respuesta: El 90% cree que el Alcalde no sabe de lo que habla, no sabe lo que dice. No saben quién es el Alcalde. Le invitan a tomarse un juguito con ellos para que entienda algo, algo que entienda. Y le ruegan que por favor no les arranche sus naranjas, que no sea del todo cabeza de limón.
Pregunta: ¿Usted se tomaría un jugo de naranja ambulante a pesar de la advertencia de que son nocivos en un 32% para la salud, o preferiría estrecharle la mano a Rafael Correa?
Respuesta: el 75% prefiere el juguito de naranja
Pregunta: ¿Cree usted que el señor Guillermo Lasso debería tomarse unos cinco jugos de naranja ambulantes diarios como para creerle que habla en nombre del pueblo?
Respuesta: El 99% cree que el señor Lasso debería financiarles las naranjas a los vendedores informales con cierta platita que tiene en algún paraíso fiscal que no consume naranjas.
Pregunta: ¿Cree usted que los grupos económicos que han lucrado como nunca en este período, y que de solo nombrarlos causa acidez, deben donar unos milloncitos para la gente que se quedó sin nada en el terremoto?
Respuesta: El 100% de los encuestados opina que no se puede sacar sangre de los cangrejos, ni jugo de naranja del zapote. Que el Grupo El Juri, por ejemplo –que ganó millones en este gobierno- donó a duras penas 500.000 USD. Es como que un trabajador tuviera 2.000 USD en el bolsillo y sólo donara 0.05 centavos de dólar. Es decir, más misejuris no pueden ser. Y no se diga Banco Pichincha, Banco de Guayaquil, Noboas y otros etcéteras que hasta da gastritis nombrar.
En resumidas cuentas, cuando se trata de gente del pueblo que quiere ganarse la vida de alguna manera, tóma tu es malo para la salud, pero a los otros que lucran sin fin y envenenan sin parar, siga nomás, usted siempre es bienvenido.
Algunos de los nuevos impuestos están destinados a favorecer a la Coca Cola que tiene una de las bebidas más nocivas la Coca Cola Life, endulzada con estevia transgénica, invento de Monsanto.
Entre la coca cola, las bebidas energizantes y el jugo de naranja, me quedo con el jugo de naranja. Que el cabeza de limón les capacite y les dote de equipo y recipientes idóneos a los vendedores. Si además les educa para que separen el envase plástico del desecho orgánico de las naranjas, hasta abono podrían producir…
Bien Búho. sigue escribiendo…
A mis hijos les comento que desde pequeño comí los churos del mercado El Camal que estaban en lavacara y a todo sol, viento y polvo; las papas con salchicha que en balde con carbón andaban en paila por el cine Atahualpa y el centro de Quito; las ostiones de a 0,10 ctvs de sucre a una cuadra de la escuela; las papas con chicharrón de a 0,30 de sucre que vendían las otavaleñas en la puerta de la escuela, a esto se suma la espumilla, chulpi con chochos y para rematar los frescos que en balde vendía la Mamá de una compañera de grado en el mercado El Camal, no hay que olvidarse las guatas de la Marín y la Villa Flora…de a sucre y con ají, lavaban los platos al paso en la misma y la misma agua….los morochos en carpa en las cinco esquinas con el seco de chivo en una ollas tan grandes que fascinaban solo al mirarlas llenas de arroz amarillo con una que otra arbeja; que decir de los motes y empanadas de morocho en las puertas del Patrón Mejía o las corvinas de Santa Clara y el Mercado Central, la tripa mishque de la Ferroviaria y los menudos de la Tola…O sea, les podría seguir contando los platos típicos que vendía y vende mi pueblo y han pasado 46 años y aquí estoy más vivo y sano que nunca, jamás les he regalado plata a esos medicuchos gomelos de quinta, porque ahora que hay atención en los subcentros y hospitales, en mi tiempo eso era cuento y si los que se enfermaban tenían que sacar sus ahorros y buscar esta clínicas particulares que lo único que hacían es sacarte la plata y joderte la vida…yo, más vivo y sano que nadie y sigo comiendo y bebiendo lo que me vende mi pueblo, así que adelante con los jugos de naranja, coco y tamarindo.