LOS MAPUCHES Y EL RACISMO EN CHILE:
CARTA A UN EX COMPAÑERO DE ESCUELA.
Por: Miguel Ángel Soto.
Estábamos en 5º año de enseñanza básica en un destacado colegio religioso de la ciudad de Santiago, recuerdo que los profesores tomaban la lista de asistencia nombrándolos a cada unos de nosotros por nuestros apellidos, aparentemente todo estaba bien, excepto, cuando el profesor mencionaba tus nombres y apellidos de origen Mapuche, estallábamos en risas y burlas por tú título familiar y nos expresábamos despectivamente con apelativos pocos cordiales como: “Indio”, “pelo de clavo”, etc. Ahora me imagino cómo te sentías cada vez que los profesores te mencionaban para comprobar sí habías hecho la tarea del día o sencillamente preguntarte algún tema de las materia curriculares.
Es por ésta razón que hoy quiero disculparme contigo, cierto es que, éramos niños y que nuestras risas y burlas te hirieron profundamente tú alma y tu autoestima, y que seguramente fue el motivo que te impulsó abandonar los estudios. Nunca más te volvimos a ver en clases, te fuiste sin despedirte de nosotros.
Sin embargo, quiero que sepas, que después de treinta años la sociedad chilena no ha cambiado mucho de actitud frente a los temas del racismo y la xenofobia. En una investigación personal que efectué un tiempo atrás a un periódico capitalino, este informaba lo siguiente: 53,8% considera que la sociedad chilena es “moderna”, pero además la catalogan de “discriminadora” (79,8%), “clasista” (78,8%) y “racista” (59 por ciento)[1]. Seguramente, estas percepciones provienen o tiene su origen en y desde la fundación del Estado Chileno, que siempre ha intentado imitar e imponer una cosmovisión occidental a sus ciudadanos y que, a través de sus más diversos estamentos educativos y soportes comunicacionales, difundieron la discriminación y el racismo que al parecer siguen vigente hasta el día de hoy.
Basta que recuerdes los libros que revisábamos juntos, sobre todo los de Historia de Chile, en muy pocas páginas salían graficadas sus proezas frente a los conquistadores españoles. Muy por el contario, las mencionadas historias y dibujos tenían como característica fundamental mostrar a los indígenas sometidos a los conquistadores en una dicotomía muy clásica de esos textos como era: Civilización /Barbarie; Arte/artesanía, etc. Como verás amigo mío, el racismo y la discriminación ha estado presente de forma explicita en los textos escolares, y hoy esa forma gráfica y lingüística no ha variado mucho, sólo que ahora se publica en papel bond.
Y qué dices de las escuelas y colegios elitistas y clasistas existentes en nuestro País? Todo ellos tiene objetivo final de preparar y reproducir compatriotas que sostenga el actual sistema neoliberal que vivimos en Chile. El clasismo está y sigue vigente, por eso las protestas y marchas de cientos de jóvenes que no sólo buscan o anhelan eliminar el lucro en la educación, sino también darle a la educación una nueva dimensión social.
Mí estimado amigo, también los medios de comunicación proyectan racismo y xenofobia. Por ejemplo, tenemos al único rubio de la televisión chilena y le va “ré”- bien, a la vez que poseemos animadores y periodistas de élite que convierten las noticias en verdaderos espectáculos visuales que casi se confunden con los llamados programas de “Reality”. Mientras tanto no se discuten las cuestiones de fondo, como la explotación laboral, que se sustenta en los bajos sueldos que reciben los trabajadores contrastando con las grandes y multimillonarias ganancias que los empresarios perciben bajo la lógica perversa del modelo neoliberal. Modelo que, además, excluye a cientos de ciudadanos y ciudadanas que no pueden acceder plena y democráticamente al mundo de la cultura y la comunicación. Ni hablar como estos medios tratan a tu gente: para ellos los mapuches son terroristas y vándalos que sólo intentan dañar la propiedad privada y alterar el orden público.
Seguramente mis argumentos necesitan desarrollarse y ampliarse mucho más, pero quiero decirte que el racismo, la discriminación y el clasismo vigente en Chile, será en el futuro un amargo recuerdo en la memoria de todos los chilenos y chilenas. Por ahora te pido sencillamente que, estés donde estés, aceptes una vez más, mis disculpas.
Un abrazo.
[1] Estadística basada en la percepción de los propios chilenos.