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viernes, noviembre 22, 2024

LOS PERVERSOS CONDONES … Hugo Palacios (el búho)

LOS PERVERSOS CONDONES …

Hugo Palacios (el búho)

¡Qué malos los condones! Estos perversos seres de látex han sido de lo más detestables. Hay que prohibir su aparición en la vida de los adolescentes; no ven que adolescente con condón en mano puede pecar en un dos por tres. El condón tiene un poder hipnótico al ser conocido, que es difícil resistirse a sus encantos de látex. Es como que uno los viera e inmediatamente una vocecita que sale de lo más profundo del estuche nos dijera: “ven a mí, conoce los placeres de la vida; no importa que tengas catorce años, ven a mí, y luego yo voy a ti”.

Si estos condones han sido cosa seria; a uno le inducen al acto carnal sin más. Ellos, los seres de látex son los culpables de que tanta adolescente se embarace, de que chicos desde los 13 años ya anden experimentando con su cuerpo. ¡De horror! ¿Cómo es posible que al Estado se le ocurra obsequiar condones a los adolescentes? ¡De terror! Habría que plantear una demanda internacional para que dejen de fabricarlos; porque son la perdición de las y los jóvenes. Por eso ya nadie llega virgen al matrimonio, por eso hay tanto pecado por el mundo, por eso tanta prostitución, por eso los tsunamis.

Lo que hay que hacer es esconder a esos perversos con nombre sospechoso; ¿cómo se le puede ocurrir llamarse condón?, ¿Con don de qué?, con don de incitar al mal, eso sí. Cuando los adolescentes ya cumplan unos 25 años, entonces ahí sí que compren nomás  esos látex, mientras tanto lo que se debe hacer es preservarlos de los preservativos. Son pecaminosos, pecaminativos.

Sólo es cuestión de escuchar a nuestro guía espiritual, el Monseñor Arregui, y uno entiende que eso de la planificación familiar es bueno, pero cuando ya se tiene familia; clarito está. Por eso es familiar. O sea, hay que casarse, y ahí sí cualquier cosita, no vale comerse el pastel antes de hora. Gracias Monseñor, Usted sabe de qué habla, si todos los adolescentes pensaran como Usted este sería otro país. Si todos los adolescentes soñaran con ser Arreguis no habría condón en el mundo que pueda con la fuerza de abstención. Si todas las adolescentes se abstuvieran de probar la fruta del mal no habría embarazadas.  ¿Qué sería de nuestro país si no existieran esos sabios consejeros pro-vida, esas señoras anticondón, antipreservativos, antilátex? ¿Y qué sería de la televisión si no contáramos con las profundas entrevistas de las periodistas de teleamazonas?, que viven en otro planeta, pero de que son profundas son profundas.

Ya con estos antecedentes, mejor vamos a los despuescedentes. Es decir, si usted encuentra un condón en la mochila de su hija, de su hijo, hágale la señal de la cruz y luego proceda a quemarlo, que no quede huella, que no que no. Y luego rételos y exíjales que se abstengan de tener relaciones sexuales, que si les da ganas de pecar, saquen una estampita de monseñor Arregui y se repitan para sus adentros:¡ fuera sexo de mí¡ Y por último recoja firmas para que la Real Academia de la Lengua elimine las palabras sexo, condón y preservativos de su diccionario. Cualquier sacrificio es necesario para preservar a… ¡uy, no!, no para preservar, sino para salvaguardar a nuestros adolescentes. ¡Muerte a los condones y vida a los pro-vida!

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