27 de marzo 2017
Mompiche es un pequeño recinto pesquero donde los barcos son casi tan numerosos como los residentes. La pesca artesanal tiene una larga historia en esta zona al sur de la provincia de Esmeraldas, y sigue siendo importante para los habitantes del pueblo. Pero en la última década el turismo se ha convertido en una importante fuente de ingresos: es el lugar preferido de mochileros extranjeros de todo el mundo, y a unos pocos kilómetros del pueblo se instaló en el 2009 el primer ‘resort’ de Ecuador, El Decameron.
El pueblo y sus alrededores están cambiando. La llegada del Decameron conllevó reconocimiento, aunque poco más, a un pueblo que hasta ahí ni siquiera figuraba en los mapas. Pero, como suele suceder, el cambio no siempre es una línea recta. Hay complicaciones y en el caso de Mompiche, como en otros, las pugnas entre las distintas visiones del futuro, tanto como entre los varios y a veces contradictorios intereses económicos, han sacudido a la población.
Exacerbando el problema es la presencia de dos concesiones mineras que permiten a sus dueños sacar arena de las playas Ostional y Mirador (mejor conocida como Playa Negra) a un kilómetro del pueblo. La arena es negra y apetecida por la alta presencia de hierro, titanio, y otros metales en cantidades pequeñas. El destino de la arena es una fábrica de cemento que la utilizo como ingrediente en su proceso debido a que el hierro ayuda a hacer un mejor producto, más fuerte.
La extracción de la arena no es nada nuevo, sin embargo. “La vienen sacando de aquí más de veinte años” dice Joao de Quieroz, dueño de un hostal en el pueblo, “pero antes lo hacían con barcos y en pequeñas cantidades.” La diferencia, dice, es que desde hace unos cinco años, desde que el ministerio de ambiente entregó el permiso ambiental a la concesión Ostional1[i], las cantidades han subido enormemente. Han construido caminos de acceso para maquinaria pesada, provocando no solo daños en las acantiladas, sino también afectando a los turistas que vienen a esta playa. “Fue una playa bien bonita y tranquila” dice Quieroz, “que también era sitio de anidamiento de tortugas, pero con la maquinaria y las volquetas todo cambió”
Quieroz y otros de la zona formaron un grupo de oposición a la minería, apoyado por extranjeros de alta sensibilidad ecológica que visitaban la playa y se asustaron por lo que pasaba. Al mismo tiempo se estableció un grupo que apoyaban la minería, la ‘Junta Ancestral Pro Mejoras’, que se legalizó con el Ministerio de Inclusión Social, MIES. El grupo consistió en unas ocho personas”, dice Quieroz “y fue apoyado por los dueños de las concesiones.” La junta fue formada a escondidas, explica, para ayudar a conseguir el permiso ambiental. Presentaron una carta apoyando la minería a nombre del pueblo. Pero para él no representan al pueblo. “Ni siquiera nos consultaron respecto a las concesiones y los permisos ambientales, simplemente tomaron la palabra del grupo Pro Mejoras, pero en ese tiempo Marcela Aguiñaga era Ministra de Medio Ambiente, y qué se podría esperar de ella”
¿Futuro Verde?
Comenzaron los enfrentamientos. A veces se tornaron violentos, y después de un enfrentamiento en la playa en septiembre del año pasado, había amenazas. “Las peores fueron las llamadas”, dice Ramón Cotera, también dueño de un hostal en el pueblo. “A mí me amenazaron, pero no me van a sacar de aquí. Yo nací en Portete, a unos pocos kilómetros de aquí, de Mompiche donde ahora vivo. Y no nos van a parar, no vamos a permitir que sigan sacando arena de la playa. El futuro de Mompiche es ecológico.” Y Cotera cumple con su propia palabra, tiene una finca de 16 hectáreas cerca de la reserva Mache Chindul, y 12 de ellas están para conservación. Tampoco está solo en querer preservar el bosque que rodea el pueblo. Según dice Cotera, son varias las personas del área, entre oriundos y extranjeros, que desde hace unos seis años están decididos a establecer un área de preservación ecológica. Serían unas mil hectáreas en total.
Otros de este pequeño recinto en el extremo sur de Esmeraldas también creen que el futuro es verde, Opinan que el turismo es lo que más beneficios traerá a mediano y largo plazo, y que la extracción de arena está provocando problemas tanto para el medio ambiente como para el turismo. Como Quieroz, que salió de Brasil cuando tenía 15 años y lleva 30 en Mompiche, Santiago Moreno no nació en Mompiche; su familia es quiteña y el decidió radicarse aquí hace unos nueve años. Es ingeniero Agropecuario, pero lo dejó atrás para operar el hostal ‘LA CASA Mompiche’, ubicada en el pueblo frente a la playa.
Moreno dice que minar la playa que no es solo asunto de opinión y puntos de vista, sino que la extracción es ilegal. “Deben haber retirado las concesiones” afirma. “Hay varios problemas. Por ejemplo, cambiaron los límites del Refugio de Vida Silvestre Manglares del Estuario Río Muisne para excluir la zona de extracción.” El Ministerio de Ambiente de Esmeraldas lo niega pero Moreno explica que su grupo ha comparado las mapas y que no existen dudas al respecto, dice Moreno. “Pero no solo es eso”, añade, “uno de los reclamos más contundente que tenemos, y la prueba de que la minería en Playa Negra es ilegal y debe ser prohibido de forma definitiva, es el Art. 106 del RAAM (Reglamento Ambiental de Actividad Minera).” Este prohíbe extraer cualquier material de una playa entre el nivel de la marea alta y baja.[ii] Y nadie niega que los mineros lo hacían. Si para el ARCOM una inspección visual no es suficiente, las fotos tomadas por la comunidad lo comprueban. No parece haber duda alguna.
Más evidencia viene en la forma del permiso ambiental que se entregó a la concesión Ostional1, dice Moreno. Se trata de un permiso para sacar material no metálico y dado que el valor de la arena de Mompiche está relacionado casi exclusivamente con su contenido metálico, es obvio que el permiso no abarca lo que vienen haciendo los mineros.
“Hay otro elemento más en este conflicto,” dice Moreno. “Playa Negra es, o por lo menos fue antes de la llegada de la maquinaria, un sitio de anidamiento de tortugas. Y tenemos los testimonios de la gente que vive por aquí y fotos de las tortugas en la playa.” Según el Ministerio de Ambiente de Esmeraldas, en sus inspecciones llevadas a cabo desde septiembre del 2017 no encontraron evidencias de la presencia de estos animales marinos. La cuestión del valor de inspecciones llevadas a cabo durante o después de la presencia de maquinaria pesada queda en el aire. “Qué esperaban”, pregunta Moreno, exasperado, “que las tortugas iban a venir a anidar a lado de las volquetas y retroexcavadoras?” Ramón Cotera, por su parte, también afirma que existen muchos testimonios de gente del pueblo respecto a la presencia de tortugas en el pasado reciente. “Incluso hay fotos de tortugas en la misma Playa Negra” dice.
Los mineros y la ley
En una entrevista con un diario de Quito[iii] Guillermo Varela, dueño de la concesión Ostional Bloque 1, dijo gozar buenas relaciones con la comunidad desde 1990. Para él “Quienes se oponen a la minería no son de la comunidad, sino un grupo de ambientalistas extranjeros que habitan ahí”. El problema es que Mompiche es un pueblo nuevo con poca historia; ninguna generación ha nacido allá, casi todos son recién llegados y por tanto resulta un poco exagerado hablar de la división entre gente como Quieroz, que vive veinte años en el lugar, y otros que llegaron una o dos décadas antes.
Por su parte, la ARCOM (Agencia de Regulación y Control Minero) expresó de manera poco clara, y hasta cómica, que “el yacimiento es un depósito proveniente del proceso de transgresión y regresión marina, el material depositado muy posiblemente viene de una fuente diferente a las playas aledañas y manejada de una manera responsable bajo el seguimiento respectivo de las instituciones reguladoras de la actividad minera no se debería presentar ningún tipo de impacto ambiental”. En otras palabras: ‘la arena va y viene entonces no hay porque preocuparse’. Pero desafía toda lógica pensar y actuar como si extraer tales cantidades de arena no iba a tener impactos.
Era previsible, por ejemplo, que si la marea saca arena de una playa para depositarla en otra, que la playa frente al pueblo de Mompiche podría estar afectado y, según algunos moradores, eso es exactamente lo que ha pasado. Las mareas son más altas y los aguajes más fuertes, dicen, amenazando justamente a los hoteles y hostales que se han instalado ahí.
En una entrevista dada al programa ‘La TV’, que realizó un reportaje sobre el problema en el 2012, la entonces ministra, Marcela Aguiñaga, admitió que a pesar de haber entregado los permisos ambientales la extracción podría traer problemas a largo plazo. Podría provocar erosión, dijo, reconociendo al mismo tiempo que en Mompiche la minería y el turismo eran claramente incompatibles. Según Aguiñaga, muchos pueblos en el mundo deciden aprovechar la presencia de arena negra por ser un recurso estratégico que podría ayudar con obras como agua potable etc. Pero, como dice el mismo reportaje, ya en el 2012 la extracción de arena negra llevaba más de veinte años y aún no se veía mucho progreso en el pueblo. Difícil evitar a la conclusión de que los únicos que se han beneficiado, y en nombre del ‘pueblo’, son los dueños de las concesiones. Y cinco años más tarde la situación no ha cambiado: no hay agua potable, el malecón ha sido seriamente afectado por los aguajes y, salvo el principal, los caminos no están pavimentados.
Lo que no es lo mismo que en el 2012, es que cambios en la ley ahora limitan lo que ese pueblo, quienquiera que sea, puede o no puede hacer. Como indica Santiago Moreno, el reglamento ambiental de la ley minera claramente prohíbe la extracción de cualquier material entre los límites de la marea alta y baja. Y el actual Ministro Tarsicio Granizo recién señaló en una entrevista televisada – después de admitir que hasta ahora no había una política minera en el país, y que su desarrollo, sobre todo de la minería pequeña y artesanal, fue caótico, no controlado – que ahora es política del gobierno nacional que “las concesiones que no cumplen con la ley serán eliminadas[iv].
En Playa Negra, la ley prohíbe la extracción y la concesión está dentro de una zona donde la única forma de extraer es no acatando a la ley. Por tanto, según las palabras del Ministro, deben ser retirados los permisos. No puede ser más claro. Uno más uno es dos.
¿Batalla ganada?
Últimamente no se ha visto ninguna actividad minera en la playa. Parecen haber ganado la batalla Moreno, Quieroz, Cotera y los demás que se oponen a la minería; la pregunta clave es si esto implica que hayan ganado la guerra. También se pararon las actividades en mayo del 2017, pero luego se reanudaron, y se supone que siempre existe el riesgo de que los mineros vuelven una vez más.
Quieroz es optimista, piensa que la presión sobre las concesiones es ahora muy fuerte, y que a lo mejor los mineros no vuelven. Y, por supuesto, hay el ‘asunto’ de la ilegalidad. Pero también se muestra cauteloso, “seguimos luchando” dice “porque con la política nunca se sabe. No hay que tomar nada por sentado.” Es difícil discrepar, con las redes de influencia que existen en la política a todo nivel, y la tendencia de promover la extracción por sobre las actividades más sustentables, a veces uno más uno puede llegar a ser cero.
NOTAS
[i] El permiso ambiental permita la extracción de 30.000 toneladas de arena durante la vida de la concesión de 30 años.
[ii] Art. 106 .- Explotación en zonas costaneras.- Para el diseño de explotación en zonas costaneras de minerales metálicos y no metálicos, no se permitirá explotación de dichos materiales dentro de los límites de máximas y mínimas mareas establecidos por la Autoridad Marítima. http://www.ambiente.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2015/02/REGLAMENTO_AMBIENTAL_DE_ACTIVIDADES_MINERAS_MINISTERIO_AMBIENTE.pdf
[iii] http://www.elcomercio.com/actualidad/extraccion-arena-mompiche-turismo-playas.html.
[iv] https://www.facebook.com/TelediarioEC/videos/1005995132885920/?t=0 Minuto 7.09