Pero como los “rebeldes” y “sediciosos” procedieron a la ruptura administrativa con la monarquía, no les quedó más remedio que aceptar, pero nunca estuvieron dispuestos y peor iban a permitir que el pueblo tomara las riendas del nuevo país “Ecuador”. Ellos querían seguirlo dirigiendo, aunque ya no bajo el mando directo de los Reyes Católicos sino del Rey Capital. Lo que se produjo solo fue un cambio formal, de los reyes de España a los nuevos monarcas del capital nacional.
De ahí, que inmediatamente después de las luchas por la independencia de España se empezó la persecución y hasta el asesinato de sus luchadores, como el caso de Simón Bolívar y de Antonio José de Sucre, respectivamente. En el caso del Ecuador, los primeros rebeldes del 10 de agosto de 1809 fueron encarcelados y luego asesinados el 2 de agosto de 1810. Y así, en toda Latinoamérica. Como se ha repetido varias veces en estos 200 años, como se da actualmente en varios países del mundo. La historia siempre se repite.
Para lograrlo, emplearon la difamación, la manipulación, las falsas noticias (fake news), para que el propio pueblo se fuera en contra de ellos. Fue tan terrible la persecución, que Bolívar terminó pobre y enfermo. Manuela Sáenz tuvo que fugar al Perú, donde también murió pobre. A la final, todo siguió igual para el pueblo y no se produjo ninguna independencia.
La independencia fue solo para los ladrones y asesinos que conquistaron y sometieron a los indígenas. Los que han seguido heredando el fruto de su robo y de su saqueo hasta el día de hoy. Nadie puede decir lo contrario. Ningún conquistador vino a comprar las tierras amerindias, sino que se lo robaron todo. El Ecuador y toda Latinoamérica es fruto y consecuencia de la corrupción, muerte y violación por parte de los “vándalos” y “terroristas” conquistadores.
Todos ellos llegaron y tomaron posesión de todos los territorios y los convirtieron en su propiedad y a los indígenas los volvieron esclavos de sus haciendas. Así de crudo y concreto. Hay alguien decente que pueda decir lo contrario o que no sucedió así.
Lo que hoy es el Ecuador y Latinoamérica es consecuencia de la profundización de la dominación y la explotación de cerca de 500 años que ya llevamos en esta situación. No es algo del pasado, es presente, algo cotidiano y permanente. Una verdad que nos les gusta a los defensores interesados, que simplemente dicen que seguimos con el mismo discurso. Pues, así es, se sigue repitiendo lo mismo, esa es la realidad, no ha cambiado. O van a culpar de la actual situación a los extraterrestres, a los pobres, a los indígenas esclavizados. ¿Quiénes son los que han tomado las decisiones en el ámbito privado y público? Los mismos herederos y continuadores del colonialismo imperante hasta este momento.
Lo mismo podríamos decir de la revolución liberal, cuando los conservadores enemigos de los liberales, que en su primera etapa eran de izquierda, no le perdonaron a Eloy Alfaro y le asesinaron a través del pueblo con una serie de mentiras para ponerlo en su contra. Irónicamente, hoy han terminado de hermanos. Los liberales y conservadores que antes se odiaban a muerte están cogidos de la mano y ahora hacen lo mismo que hicieron contra los primeros liberales. El liberalismo fue absorbido por la derecha y se convirtió en otro puntal en sus propósitos de control del pueblo y en la continuación del saqueo de los recursos naturales para su beneficio principal y mayor. Convirtiéndose la revolución liberal, en otro intento fallido.
Y así, cientos de casos, con grandes y pequeñas luchas, se ha repetido lo mismo. Así, han actuado durante 500 años los colons, nazis, fascistas, durante todos estos 500 años. Todos ello son la continuación y la reproducción de los diferentes traidores y asesinos del pueblo, que siempre han perseguido y eliminado a quienes luchan por cambiar su situación. Hoy acusan, con los mismos argumentos y conceptos con los cuales siempre contra atacaron a los líderes populares, especialmente a los indígenas.
Son los mismos de siempre con las mismas tácticas, los que han actuado en contra de todas las luchas, levantamientos y rebeliones. Hoy siguen los mismos pasos y acciones, hasta vengar la afrenta de que el pueblo, en especial los indios, se hayan atrevido a levantarse contra los amos, la “gente de bien”, la de “buena voluntad”.
Sin embargo, lo más triste en estos días de convulsión en distintos países de latinoamérica es que la represión en Ecuador y Bolivia ha venido de aquellos que se dicen de izquierda, feministas, defensores de los derechos humanos. Es algo denigrante e indigno. Duele más, pues en el caso de la derecha chilena o colombiana o brasileña o argentina ya sabemos cómo han actuado siempre.
Esto confirma que el problema no es de derecha o izquierda, pues ahí están Stalin, Mao, Castro, Maduro, etc., los que han sido iguales y algunos hasta peores que la derecha. El asunto es de sensibilidades. El mundo se divide entre sensibles e insensibles, empáticos o entrópicos, amorosos o desamorosos y desde esta condición de la conciencia actúa cada ser humano en cualquier ámbito de la vida.
Sepan los neo-colons, neo fascistas y demás que no vamos a permitir 500 años más de lo mismo. Sabemos que nos quieren amedrentar, hacer un teatro jurídico para que el pueblo no se atreva a luchar por su vida. Nos quieren dar un nuevo escarmiento para que agachemos la cabeza y sigamos bajo su pilche democracia y su justicia vampira.
Hemos aprendido en todo este tiempo y si quieren más levantamientos, ya que solo así entienden, los haremos. Nuestro propósito es terminar con la tarea emprendida hace 200 años, podrán matar a algunos, pero mientras hayan las desigualdades, como dijo Tupak Amaru, volveremos y seremos millones.
*Escritor nacido en Ecuador. Abogado, a los dos años de ejercicio dejó de engañarse y guardó su título. Desde hace 16 años viaja por Europa -principalmente- acompañando procesos de despertar de la conciencia.
Celebro su optimismo, creer que la humanidad en ese contexto catastrófico causado por el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales y la superpoblación y sin hacer nada al respecto va a durar 500 años más es ser muy optimista. Los “levantamientos” no son sino la expresión más visible del caos que cada vez es más evidente y no una expresión de una supuesta rebeldía popular.