07 de diciembre de 2012
El gobierno de Rafael Correa ha fracaso en el ámbito productivo. Hace un par de semanas el propio Correa reconoció que no ha logrado transformar la matriz productiva en sus seis años de gestión: tanto tiempo no ha tenido ningún otro gobierno y tampoco tantos recursos, pues este gobierno ha disfrutado de los mayores ingresos de toda la historia republicana.
Esta situación es dramática en el agro. Correa está llevando a la quiebra a muchos pequeños y medianos productores de la Costa, Sierra y Amazonía. Su prioridad no está en este segmento de la producción agropecuaria. Basta ver que apenas un uno por ciento del Presupuesto General del Estado se destina a estas actividades. Sin embargo, su política favorece a unos cuantos consorcios agropecuarios, especialmente de la agroindustria y al sector exportador-importador de productos agrícolas y pecuarios. Esto no constituye una novedad, pues en su gobierno, bueno es tenerlo presente, los mayores grupos económicos y bancarios han sido los principales beneficiarios de su política económica.
En el ámbito bananero la situación es en extremo preocupante. La prosperidad solo existe para los exportadores, que además controlan el negocio de la fumigación contra la sigatoka negra, las empresas verificadoras de calidad, la venta de plásticos, cartón, la importación y distribución de pesticidas, fertilizantes y más insumos.
Mientras tanto, el resto de productores bananeros se encuentran atrapados de diversas maneras a una cadena de explotación sin fin. El gobierno no ha logrado hacer respetar el pago del precio oficial de la caja y los contratos bananeros. Tampoco ha controlado el precio de los insumos agrícolas. La casi totalidad de empresas verificadoras de calidad comercial, por lo general propiedad de los exportadores, tienen prácticas de chantaje y extorsión al agricultor. Los trabajadores, por su parte, siguen sufriendo diversas formas de explotación, particularmente en las grandes plantaciones bananeras. Su vida y su salud siguen afectadas por el uso indiscriminado de agrotóxicos, tal como sucedió con el DBCP. Recordemos que este producto se usó por más de 20 años en Ecuador y que fue comercializado como Fumazone y Nemagón.
Así, si bien el Ecuador es uno de los 11 países que presentaron una demanda en la corte estatal de Texas, contra el Consorcio Multinacional formado por las compañías Standard Fruit (DOLE), Dow Chemichal, Shell Oil, Occidental Petroleum y United Brands, a mediados de 1993, el encadenamiento al abuso de agrotóxicos nocivos sigue ocasionando serios daños a los trabajadores de plantaciones, comunidades vecinas y sus ecosistemas.
La gota que debería derramar el vaso la puso el viceministro de Agricultura, Luís Valverde Zúñiga, en la III Cumbre Mundial Bananera 2012, realizada en Guayaquil en el pasado mes de noviembre, quien, a nombre del gobierno nacional, anunció que mediante un proyecto de reconversión de cultivos eliminarán 40.000 hectáreas de banano, propiedad de 6.000 pequeños productores. Esto afectará sobre todo a los productores de la provincia de El Oro, mientras que un año antes, en enero del 2011 se declaró amnistía para las siembras ilegales de banano que en su mayoría están en manos de los grandes productores-exportadores y que ascienden a 100.000 hectáreas ilegalmente cultivadas. Ahora inclusive se sigue permitiendo nuevos grandes sembríos de esta musácea en la Península de Santa Elena y más lugares. A los pequeños, se prohíbe; a los grandes, se tolera.
Todo esto nos lleva a afirmar que el gobierno de Correa no ha podido dar respuesta alguna a las demandas de los bananeros. Por el contrario, incluso ha elevado del 1 al 2% del impuesto a la renta a los pequeños productores cuando pagaban 0 impuesto. Mientras a pequeños, y medianos productores de la fruta, les agobia con todo tipo de imposiciones, no asegura el pago de un precio justo, la provisión de agua para riego y no hay control de los precios de los insumos. Todo esto asegura una quiebra masiva del sector.
Frente a esta realidad, el gobierno de la Unidad Plurinacional propone:
1 .- Crear el Instituto Ecuatoriano del Banano (inclusive podría ser un instituto para todas las frutas que exporta el país, como el cacao), que tendrá a su cargo los siguientes departamentos y funciones:
– Departamento de Comercialización no solo para buscar nuevos mercados, sino para monitorear en forma permanente la capacidad de consumo de los mercados internacionales, los precios, la capacidad de oferta de los competidores países productores; monitorear los precios y la oferta de los fertilizantes, fungicidas, herbicidas, fundas de plástico para proteger los racimos y más insumos agrícolas.
– Departamento de investigación de plagas y enfermedades que además deberá determinar la falsificación y adulteración de los fungicidas y más agroquímicos. Este Departamento debe estudiar los mecanismos más idóneos para reducir sistemática y significativamente el uso de productos agrotóxicos transitando hacia alternativas agroecológicas que incorporen productos orgánicos, soberanos y accesibles para todos y todas los productores y no solo para una élite que puede pagarlos.
Para lograrlo se debe aprovechar la experiencia de nuestros técnicos para encontrar nuevas formas de control de enfermedades y plagas que regulen el uso indiscriminado de pesticidas que afectan la economía de los productores, especialmente los pequeños y la salud de la población circundante.
– Departamento de calidad para determinar la calidad comercial y fitosanitaria en la producción bananera. Hoy la responsabilidad sobre la verificación de la calidad está en manos de empresas por lo general propiedad de los mismos exportadores llamadas verificadoras privadas como Chiquita y Dole, por ello, este departamento deberá romper la lógica impositiva bajo la cual las exportadoras son las que definen a su conveniencia los criterios de evaluación y comercialización.
El departamento también debe monitorear el estado fitosanitario de las fincas, así como establecer junto a otras instituciones restricciones para evitar que la cobertura de la deriva de las avionetas aeroatomizadoras afecte la salud de las poblaciones, cursos de agua y carreteras aledañas a las plantaciones durante la aplicación de los fungicidas en las plantaciones. Igualmente deben ser observados los precios por hectárea fumigada que abusivamente imponen las compañías aeroatomizadoras y los precios sobre los fungicidas y la calidad de estos productos que venden las comercializadoras. Téngase presente que en algunos casos son las mismas compañías de fumigación las que proveen al productor y estas a su vez pertenecen a las compañías exportadoras. Dicho departamento debe controlar el rechazo de cajas por calidad comercial.
– Departamento de transformación productiva para alentar el aprovechamiento de los excedentes de banano con el fin de convertirlos en balanceado para aves, ganado, chanchos o en harina, escamas, chifles, etc.; esta tarea exige proyectos de investigación se deberán ser coordinados con las universidades del país.
De este esfuerzo pueden obtenerse alimentos de calidad para diversos sectores de la sociedad, empezando por su utilización en el desayuno y almuerzo escolares, así como en comedores populares para atender la demanda de alimentación de la niñez y juventud que no va a escuelas o colegios.
Igualmente es indispensable incorporar paulatinamente mayor valor agregado en el banano para no vender únicamente la materia prima, sino producir plásticos, cosméticos, puré para alimentación de la niñez o de personas de la tercera edad, polvo para hacer cereales o papel, entre otros productos que se podrían obtener del banano. (En el caso del cacao hay que dar paulatinamente el salto de país productor del caco de mejor calidad en el mundo a productor de los mejores chocolates a nivel internacional).
Este Departamento también asumirá la conversión de las plantaciones de banano tradicionales en fincas integrales y agroecológicas, cuyos productos podrán obtener mucho mejores precios en el mercado internacional pero que también ofertarán productos limpios a la población nacional a precios justos para que dejen de ser un privilegio de las élites y puedan ser adquiridos por el pueblo. En esta conversión se priorizara las plantaciones o áreas cultivadas aledañas a poblados, cursos de agua y carreteras sin distinguir si es pequeño o grande productor y no dar paso a medidas discriminatorias para los pequeños productores como anuncia el vice-ministro.
– Departamento de capacitación y organización de los agricultores pequeños y medianos para fortalecer sus organizaciones y permitirles actuar con fuerza tanto dentro como fuera del país. Este es un departamento que fortalecerá los procesos organizativos a través de estrategias de formación política, legal y técnica para detener las redes de intermediación, la explotación en la comercialización y favorecer redes comunitarias solidarias de productores bananeros.
– Departamento legal para ejecutar las sanciones establecidas en la Ley y garantizar los derechos de los productores y los trabajadores. Este departamento trabajará con el departamento de salud para garantizar que las leyes se ejecuten en función de los derechos de la naturaleza y de los pueblos y nacionalidades, garantizando el bienestar de los productores, de las comunidades vecinas y sus ecosistemas.
– Departamento de Salud de los Ecosistemas encargado de la planificación, capacitación, apoyo y seguimiento en el uso de agrotóxicos, de las estrategias de fumigación aérea, de la utilización de agua, de la disposición de desechos sólidos y líquidos. Su función esencial sería la garantía de la salud en los ecosistemas. Interesa tanto la salud del medio natural, cuanto la salud de los trabajadores y por supuesto, de las comunidades vecinas a plantaciones.
Este departamento actuará bajo los principios precautorios y de reparación integral. Tendrá el reto de apoyar a la transición a procesos productivos respetuosos de los ciclos naturales y de la salud de los seres humanos. No podemos desconocer que los trabajadores y comunidades vecinas a las grandes plantaciones de banano tienen índices alarmantes de enfermedades degenerativas, autoinmunes y malformaciones congénitas. Los procesos productivos no pueden ser atentatorios de la salud de los pueblos y comunidades, es posible hacer producción comunitaria limpia y justa.
Finalmente, esta área estará a cargo de la reparación integral en comunidades afectadas, en la restitución de agua limpia y segura, de acceso a tierras de cultivo, en el diagnóstico e intervención frente a las patologías ocasionadas y sobre todo, en la garantía de no repetición.
2.- Crear el Banco Nacional Agropecuario, para que todos los agricultores, incluidos los productores bananeros, puedan contar un sistema de financiamiento especializado y adecuado a sus demandas específicas. Este les permitirá cobrar en forma inmediata el valor del fruto de su trabajo, sin ser explotados por el comerciante o intermediario. Los productores bananeros podrán cobrar en 48 horas el valor de las cajas que han entregado a través de un fideicomiso y el banco se encargará de cobrar a los exportadores en un plazo de ocho días, so pena de perder la licencia de exportación.
Con el banco agropecuario financiaremos la tecnificación de las fincas de los agricultores, prioritariamente de los pequeños y medianos. Financiaremos la construcción de fábricas para dar valor agregado a nuestros productos, cuando del banano podemos hacer harina, puré y más derivados.
3.- Crear la Exportadora Mixta Bananera (conformada por medianos y pequeños productores con el concurso del Estado), que asumirá también la importación de los insumos agrícolas. A través de esta empresa buscaremos mercados para prioritariamente colocar la fruta de los medianos y pequeños bananeros.
Crearemos almacenes controlados por los mismos productores para los fertilizantes, fungicidas, fundas, sunchos de manera que sean distribuidos entre los productores con una mínima utilidad.
4.- Crear la Empresa Fumigadora contra la Sigatoka Negra equipada con una flota de avionetas aeroatomizadoras, con ingenieros especializados en labores fitosanitarias y más personal idóneo que trabajará en coordinación con el departamento de salud de los ecosistemas.
5.- Crear condiciones de trabajo dignas para los trabajadores es otro de nuestros compromisos. No basta con dar trabajo. El trabajo debe ser digno para que se posibilite el desarrollo humano del trabajador y sus familias. Para empezar la mayoría de los trabajadores bananeros, no tienen un salario digno. Su situación de trabajo es muchas veces precaria. Son perseguidos cuando reclaman sus derechos, han sido afectados a su salud, han sido perjudicados por autoridades, abogados inescrupulosos y por jueces corruptos.
Por eso, desde el gobierno estableceremos los controles necesarios para verificar que se cumplan con el salario básico y todos los beneficios de ley. En un trabajo conjunto con el Servicio de Rentas Internas el Ministerio de Relaciones Laborales vigilaremos el cumplimiento de la obligación, en especial de las grandes plantaciones, del pago de utilidades, cosa que no sucede. También se controlará para que no se evada el pago de los decimos que en algunos casos lo hacen aparecer en los roles mensuales contraviniendo la ley.
En la actividad agroindustrial de las grandes plantaciones los horarios de trabajo, con frecuencia, exceden lo establecido por la ley sin que se les reconozca un solo centavo de horas extras. Esto lleva a los trabajadores a extenuantes jornadas de trabajo incluidos sábados y domingos. El 95 % de los trabajadores bananeros y agroindustriales no habrían gozado de vacaciones. Velaremos por igual para que se cumpla con la afiliación a la seguridad social de todos los trabajadores bananeros.
Garantizaremos a los trabajadores el derecho a la organización sin presiones de los patronos. Penalizaremos la inclusión de los trabajadores en las listas -existentes entre las grandes empresas bananeras -, que excluyen a los trabajadores sindicalizados.
En síntesis reconoceremos los derechos laborales considerados como derechos fundamentales de los seres humanos y que están contemplados en innumerables convenios y acuerdos internacionales.
Ha llegado la hora de la producción agropecuaria en el marco de la construcción de la soberanía alimentaria, tal como dispone la Constitución de Montecristi. Vamos juntos a defender la producción, el trabajo fecundo y bien remunerado, la paz y la estabilidad social. Vamos juntos a defender la calidad de vida de los productores y trabajadores bananeros, así como el respeto a la Naturaleza. Vamos juntos a construir un Ecuador para los pequeños y medianos productores del campo y la ciudad, no para los grandes monopolios y oligopolios beneficiados por el actual gobierno.
[…] [8] Según Alberto Acosta (7 de diciembre 2012), ‘’en enero del 2011 se declaró amnistía para las siembras ilegales de banano que, en su mayoría, están en manos de los grandes productores-exportadores y que ascienden a 100.000 hectáreas ilegalmente cultivadas”, en revista Línea de Fuego, en https://lalineadefuego.info2013/01/14/nuestro-compromiso-con-los-productores-bananeros-por-alberto-…. […]