Son incontables los ataques verbales llenos de odio y discriminación que realiza el Presidente de la República Rafael Correa en los llamados “Enlaces Ciudadanos”. Hombres, mujeres, líderes sociales, ambientalistas, dirigentes políticos, jóvenes, no han escapado a algún adjetivo presidencial. Dañados, terroristas, los mismo de siempre, perdedores, infantiles para referirse a organizaciones y dirigentes políticos que resisten a la política extractiva que impulsa el régimen
Envestido de su banda presidencial, el insulto, es norma que contradice las leyes aprobadas por la mayoría asambleísta de su partido. El mensaje latente cada sábado es “yo soy el Presidente y tengo la verdad””. Por tanto, el respeto y la honra de las personas se miden en base a la embestidura que ostenta, más no, a la realidad de los hechos.
Y los hechos dicen que el insulto a un hombre de convicciones, incansable luchador por las causas de los de abajo se pasó de la raya, porque fueron ofensivas y mentirosas. Acusar públicamente a Jaime Guevara un cantautor popular que “apestaba a alcohol y tenía toda una droguería” es una enorme calumnia, no puede existir otro nombre. Los que estamos vinculados a los movimientos sociales conocemos de su vida sobria, libre de vicios; sabemos de su compromiso con la cultura contestaría, por eso, su letra y música siempre están en la retina de los jóvenes que se oponen y continúan resistiendo el autoritarismo y el abuso del poder.
Jaime jugo su rol creativo en las acciones contra la injusticia y por la libertad de los 10 de Luluncoto y otras causas que han golpeado las libertades y los derechos de los jóvenes y el pueblo en este gobierno, expresar la solidaridad recíproca al terco luchador, es una obligación moral y justa. Así como, dejar sentado el rechazo a la práctica sabatina del insulto como instrumento de intimidación a los que no estamos de acuerdo con la política del régimen.
¿Dónde están los propiciadores que el linchamiento mediático debe ser penalizado? ¿Por qué no condenan esta forma grotesca de expresarse?
Un gobierno que usa la fuerza del Estado para imponer, pierde razón y encuentra una recia resistencia popular. La unidad en defensa del Yasuni, la lucha y solidaridad con los trabajadores de ECUDOS, la lucha de los trabajadores municipales, los mensajes de adhesión y simpatía con Jaime Guevara son una muestra que la fuerza de los de abajo está recuperándose en medio de la acción, encarando con coraje sus propuestas y defendiendo los derechos.