A 40 años de la muerte del poeta, Eduardo Contreras habla para La Jornada
PABLO NERUDA FUE ASESINADO, SUSTENTA ABOGADO QUERELLANTE
Aunque no pudiéramos probarlo técnicamente, no tengo ninguna duda, afirma
Cerrar las heridas en Chile es muy difícil, hay mucha impunidad y nos preguntamos, ¿habrá reconciliación? ¿Un nunca más, cuando las fuerzas armadas siguen siendo las mismas?
por Ericka Montaño Garfias
La Jornada <www.jornada.unam.mx>
20 de septiembre de 2013,
Pablo Neruda fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet. La afirmación es del abogado Eduardo Contreras, encargado de la querella interpuesta hace dos años para determinar la causa de la muerte del poeta.
Contreras Mella es quien, junto con un grupo de abogados, logró lo que alguna vez se pensó imposible: el desafuero, el proceso y la prisión preventiva del ex dictador chileno.
El 23 de septiembre se cumplen 40 años de la muerte de Neruda en una clínica bajo control militar, con los mismos médicos y la enfermera que años después participaron en el asesinato del entonces presidente Eduardo Frei, crimen por el que se encuentran procesados, aunque en libertad. Todos ellos vinculados a la Dina, la policía secreta chilena, y que además colaboraban con el médico nazi Harmut Hopp.
Pablo Neruda y Eduardo Frei murieron en el mismo hospital, que por cierto perdió el archivo clínico del poeta.
Hasta hace dos años nadie cuestionaba que la muerte de Neruda fuera consecuencia del cáncer de próstata que padecía, recuerda el abogado, pero fue el testimonio de su chofer, Manuel Araya, el que entreabrió la puerta para las sospechas.
Hoy las investigaciones y testimonios apuntan hacia el mismo lado: el asesinato del Premio Nobel de Literatura, fortalecidas por una serie de contradicciones entre los involucrados.
En los próximos días estarán listos los resultados toxicológicos practicados en restos de tejido óseo del poeta y realizados en Estados Unidos y España. Una vez que se tengan, se pedirán contramuestras a otros laboratorios que ya fueron seleccionados en Alemania, Suecia y Estados Unidos.
Aún falta otra cosa: determinar que los restos exhumados en abril pasado en Isla Negra pertenezcan en verdad al autor de Canto general. Por ello hace unos días se tomaron muestras de ADN a sus sobrinos. Los resultados tardarán seis meses.
Para Eduardo Contreras, independientemente de los resultados que arrojen esos exámenes, no queda duda de que Neruda es uno de los 5 mil asesinados políticos de la dictadura. Uno más, entonces, de las 50 mil víctimas que dejó el gobierno militar a partir de 1973.
Hemos reunido material realmente impresionante. Es darse cuenta con el correr de los años que lo mataron. Sin ninguna duda, dice a La Jornada.
Aquí la plática con quien, cuando el golpe de Estado contra Salvador Allende, era diputado de la coalición Unidad Popular.
Tres símbolos patrios
–¿Qué significa comprobar que Neruda fue asesinado?
–Reafirma que la dictadura fue tan brutal como sabemos todos. En la época de la Unidad Popular había una cantidad enorme de símbolos, de emblemas, que marcaban la felicidad de entonces, de la alegría, de la juventud, de los trabajadores. Había ciertos íconos culturales muy importantes. La figura política era Salvador Allende; en la música, Víctor Jara, y en la literatura, Neruda. Eran los tres símbolos patrios democráticos que se identificaban con el proceso de la Unidad Popular.
“En la medida que esos símbolos desaparecieran eran victorias para la dictadura y derrotas para la izquierda chilena.
“Allende murió el 11 de septiembre en La Moneda, hasta este minuto –porque el recurso está en la Corte Suprema– se discute si se suicidó o lo mataron. Los fallos de primera instancia estiman que fue suicidio, pero mientras la Corte Suprema no se pronuncie sobre el recurso pendiente puedo decir honestamente que está en duda todavía.
“Víctor Jara fue asesinado pocos días después, se discute si fue el 15 o el 16, pero fue fusilado cobardemente. ¿Por qué extrañarse que Neruda fuera asesinado si es el otro símbolo?
Para explicar las razones que tenía la dictadura en la urgencia de eliminar a Neruda es porque se sabía en Chile que el gobierno mexicano le había ofrecido asilo. Neruda, instalado en México, se hubiera transformado en un bastión político cultural contra la dictadura, muy importante. En México habría sido un peligro real como organizador de la resistencia democrática y de la solidaridad internacional.
–Era un peligro aunque estuviera enfermo
–Aunque estuviera enfermo, porque además, su estado de gravedad no era tal: se ha dicho que Neruda estaba muriéndose. Eso es falso. El desmentido no es sólo del embajador de México Gonzalo Martínez Corbalá, a quien desde La Jornada le expreso mi reconocimiento. Él estuvo con Neruda, porque era el encargado de preparar el viaje en el vuelo de Aeroméxico que lo esperaba para salir el lunes 24 de septiembre de Santiago.
Está también el testimonio del embajador sueco y de otro diplomático amigo de Neruda. Ellos no niegan que estuviera enfermo, pero no en estado de caquexia como se asegura en el acta de defunción.
Las contradicciones
La caquexia significa debilitamiento físico y sicológico, que está en los huesos. Pero el médico Sergio Draper, quien es uno de los presuntos asesinos, dice que el cuerpo de Neruda estaba abultado, había engordado por la metástasis. Ahí hay una contradicción.
Además en declaraciones de 1975, indicó que Neruda murió prácticamente en sus brazos. Años después cambió la versión y dijo que el día de la muerte del poeta dejó el mando al misterioso doctor Price (quien, de acuerdo con las investigaciones no existe. Recientes declaraciones de Araya, publicadas en medios internacionales, señalan que el doctor Price es Michael Townley, presunto agente de la CIA acusado del asesinato del entonces canciller chileno Orlando Letelier).
Otra contradicción: “Ves el certificado médico, de defunción, dice ‘caquexia’. Ese documento lo entregó el doctor Roberto Vargas Salazar sin ver a Neruda y eso ya está comprobado en el expediente. Esa noche, cuando muere Neruda el 23 de septiembre, Enrique Bello, crítico de arte y amigo del poeta, va a la casa de Vargas Salazar y le pide que firme un certificado de defunción para el funeral. El médico, en su casa, sin ver el cuerpo de Neruda, certifica que murió de cáncer en estado caquéxico”.
Y a estas siguen otras: El Mercurio, periódico afín a la dictadura, publicó que Neruda murió de paro cardiaco causado por una inyección en el abdomen, lo cual coincide con la versión de Manuel Araya.
A nosotros, abogados de izquierda comunista, nos causó una profunda impresión la declaración de Araya, porque siempre dimos como un hecho que Neruda murió de cáncer. En ese minuto presentamos la querella cuando nos convencimos que había evidencia suficiente de que algo raro había en la muerte del poeta.
A esto se agregan las declaraciones de Draper: “El doctor Sergio Draper, en el Jornal do Brasil, el mismo lunes 24, al día siguiente de la muerte dice que Neruda murió de una infección urinaria, combinada con una flebitis. Si los mismo médicos, la misma dictadura que tenía todo el poder del mundo, en las mismas horas dan tres versiones distintas, entonces algo muy extraño ocurría”.
Tras la historia contada por Manuel Araya, prosigue Eduardo Contreras, “han ido apareciendo todos estos testimonios que me permiten decir que no tengo duda alguna que Pablo Neruda fue asesinado por la dictadura. Ninguna duda aun cuando no pudiéramos probarlo técnicamente, porque el cuerpo de Neruda estuvo expuesto al mar en la tumba de Isla Negra.
La salinidad y la exposición al mar, según nos explican los médicos, podrían borrar los restos de sustancias tóxicas que se le hubieran puesto. Por tanto, no estoy seguro que vayamos a poder probar finalmente que hubo tal o cual veneno. Me adelanto a decirte que aunque esto no lo probáramos, no tengo ninguna duda, por lo que te he contado.
Hay otro elemento: hasta ahora no se sabe a ciencia cierta si los restos que están en la morgue, en los servicios médicos legales, pertenecen al poeta.
Y aquí viene otra historia: “No se sabe si es Neruda. Cuando él muere es sepultado en un mausoleo propiedad de unos amigos. Tiempo después, más o menos un año, es trasladado a un nicho en el Cementerio general que todos conocimos, y luego a Isla Negra.
El último traslado sí fue vigilado por mucha gente que más o menos vio que sí era la ropa de Pablo, etcétera, etcétera. Pero, ¿quién cuidó el traslado del mausoleo al cementerio? ¿Quién asegura que mientras estuvo en ese mausoleo nadie hizo nada?
Opiniones encontradas
Al hablar del traslado de los restos de Neruda hay que incluir otra variable, la Operación Retiro de Televisores: desenterrar los cadáveres de los que murieron a manos de la dictadura para arrojarlos al mar o quemarlos. ¿Por qué no pensar entonces que el cuerpo de Neruda no fue sacado si era un ícono político, un ícono cultural?
–¿Cuál ha sido la reacción de los chilenos?
–Variada. La Fundación Neruda emitió una declaración. La fundación tiene muy poco de Neruda y sólo le interesa el lucro, vender poleas (playeras), brazaletes, calendarios y ellos dicen que no hay ningún antecedente que permita suponer el asesinato. Amigos de Neruda reaccionaron con extrañeza, pero la inmensa mayoría del país ante el cúmulo de evidencia, comenzó a cambiar de opinión.
–¿Saber qué fue realmente lo que pasó con Neruda va a permitir sanar a Chile?
–Es muy difícil cerrar las heridas en Chile. No es sólo Neruda, Allende, Víctor Jara o las 50 mil víctimas: es la actitud que se mantiene hoy día. Por ejemplo, hasta ahora no ha sido procesado Agustín Edwards, quien se reunió con Nixon y Kissinger apenas fue elegido Allende para planear el derrocamiento del presidente, y que fue jefe de los operadores de la CIA en Chile. Presentamos una querella en diciembre del año pasado. Está citado para declarar.
“Hay mucha impunidad en el país y nos preguntamos, ¿habrá reconciliación? ¿Un nunca más cuando las fuerzas armadas siguen siendo las mismas? Los militares continúan estudiando en la Escuela de las Américas, siguen considerando al pueblo su enemigo interno, son de la élite, pertenecen a la aristocracia.
“Los apellidos de almirantes y generales son alemanes. Es carísimo entrar a las escuelas militares, son para millonarios y les enseñan doctrinas reaccionarias. Mientras eso no cambie y no se democraticen los institutos militares chilenos, ¿de qué estamos hablando?
¿Habrá un nunca más real? ¿Habrá reconciliación? Dudoso.
(Eduardo Contreras Mella participará en el homenaje 40 años: los mismos sueños, el martes 24 a las 11 horas, en el auditorio del antiguo Palacio de Medicina, en Brasil 33, Centro Histórico).