POLARIZACIÓN Y VIOLENCIA
Jorge G. León Trujillo. El Comercio <www.elcomercio.com>
27/02/2012
En el Ecuador, el enfrentamiento verbal y el debate sin violencia física han sido predominantes. Súbitamente hemos pasado a la violencia lo que revela el incremento de la polarización y la legitimación del enfrentamiento físico. Los comportamientos y actitudes de los implicados indican que se trata de algo esperado y hasta deseado. Podría ocurrir que los seguidores de Correa o Nebot se enfrenten; pero que estos aticen los ánimos señala un problema grave con la ética y la paz públicas.
Nebot en Guayaquil hizo desplantes en un tono iracundo y desafiante; sus partidarios agredieron a los oponentes a la colocación del monumento a Febres Cordero. Miembros de Diablohuma y funcionarios del gobierno central fueron heridos por palazos y golpes. Correa, a su turno, el sábado, más subido de tono, desafía, amenaza y reta a Nebot y Roche, “¡que vengan uno a uno, cobardes!”. Fue incrementar la escalada hacia la confrontación. Cada sector cuenta apelar al apoyo de la población para medir fuerzas. Es caldear los ánimos.
Ante la audiencia en la CNJ del caso El Universo, partidarios de AP y los Kbriados se enfrentan. Los primeros usan palos y lodo contra quienes ellos rechazan. Todos se exasperan, se vuelven primarios. Periodistas que no son de los medios gubernamentales o personas de la oposición son atacados. Al Ecuador se le está yendo de las manos su envidiable convivir, que predominó aún en sus peores y conflictivas situaciones, como en los Golpes de Estado.
Correa, además, proclamó que seguidores de AP esperarán “firmes” a los indígenas que, en marzo, marcharán desde Puyo y les acusa de desestabilizadores y complotadores, pero esta su respuesta suena a promoción de un enfrentamiento. En estas reacciones, el mandatario está perdiendo el sentido de gobierno, actúa en comandante de un bando de la confrontación. El caer en la provocación como afirmación de poder o chantaje, le puede llevar a perder su impresionante legitimidad y crear caminos sin regreso de la confrontación; le da razón a la oposición. Que negativo es obnubilarse con el poder. Un desliz de palabra o acto puede encender la chispa del enfrentamiento, ya se lo atisba.
La sociedad civil debería reaccionar ante estas actitudes; pero ahora en Ecuador ésta conoce el silencio y la desorientación. Sin embargo, todo esto puede crear indignación y cambiar los dados de la fortuna política. La sociedad debería crear precedentes de rechazo al enfrentamiento de cualquier bando sea; los diferendos deben resolverse con debate y razones. Habría que evitar llegar a los justificativos y a la afirmación de razones para la violencia y el odio: “pero él empezó.. él dijo más.. ese se merece.. bien hecho.. así se habla.. cobardes.” Estas posiciones terminan por deslegitimar la paz y por legitimar el enfrentamiento. Sabemos que la violencia física no tiene límites. Si la escalada empezó, ¡hay que frenarla ya!. Podemos colectivamente cometer serios errores pero este no.
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