Con profundo estupor y desencanto he sido testigo de que las pretensiones de botar los edificios del Centro Histórico siguen adelante, sin ninguna consideración para nosotros, los habitantes de esta ciudad patrimonial. El ministro de Vivienda declara que es momento de dar un giro a la visión cerrada e inamovible de los habitantes de la ciudad y de echar por tierra la ordenanza de protección del Centro Histórico que impide derrocamientos de edificios patrimoniales. Y es más, a pesar de que tiene que pasar la aprobación de botar estos edificios por Concejo Metropolitano ya algunos concejales han declarado que van a aprobar los proyectos nuevos que serán puestos en vez de los edificios derrocados. Los proyectos NO son de reciclaje, como deberían ser sino, por el contrario, de poner PARQUES EN LA MITAD DE LAS MANZANAS, lo que será terrible, porque, como yo decía en el artículo, la manzana quedará “paquiventana”, incompleta, mutilada y además con la vista de la culata de muro ciego de los edificios aledaños. Tal será el caso de la culata ciega del muro del convento de la Concepción, eliminando el edificio de la Dirección de Salud de Pichincha o la culata de la Iglesia de El Sagrario o del edificio aledaño, al Pasaje Amador y el Edificio del Banco de Préstamos, actual INNFA.