REFLEXION PEDAGOGICA EN EL DIA DEL MAGISTERIO
Tomas Rodríguez león
“La tristeza no vuelve inteligente. En la tristeza estamos perdidos. Por eso los poderes tienen necesidad de que los sujetos sean tristes. La angustia nunca ha sido un juego de cultura, de inteligencia o de vivacidad…Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fábrica, escuela, Reformar la escuela, reformar la industria, el hospital, el ejército, la prisión…. sólo se trata de administrar su agonía. La sociedad de control está reemplazando a la sociedad disciplinaria” Gilles Deleuze
En la sociedad moderna autoritaria, democrática o no, la educación es entendida como asimilación de saberes exógenos y como adopción de valores y comportamientos que obligan al uniforme ejercicio de la obediencia civil. La educación es así, un instrumento del poder y sus malos gobiernos para perpetuarse en el tiempo, edificando la racionalización obligada de “aprender” lo necesariamente establecido desde procesos siempre marcados por la “enseñanza”
La injusticia no es propuesta que interese al estado y menos, el desarrollo igualitario de las personas, la educación incluso puede intencionar otras inequidades, porque moldea otras jerarquías. Pero lo más significativamente perverso es cuando se remarca la intención develada del autoritarismo desde la educación porque ahí se pasa el proceso desde el dominio pedagógico al dominio político y ya no se trata solo del esquema “yo te enseño y tu aprendes” sino que se promueve abiertamente la uniformalización (contrario a la formación) de personas dependientes, competitivas y replicadoras del autoritarismo, que asumen las jerarquías como positivas y deseables
Atreverse a la disputa de educar desde la libertad es osadía contra la preeminencia de toda la superestructura instalada del estado o del mercado y puede considerarse una necedad. Pero los pedagogos libertarios y liberadores que no son pocos o, más bien, son los que existen, ya plantearon el esquema de cómo sortearle a la educción ‘oficial’ un nuevo modelo formativo y esta se comprende en las consignas: apoyo mutuo, solidaridad, libertad, igualdad ético colectiva, dignidad y responsabilidad, es decir la procura de la dicha y el bienestar del ser humano.
Educar seres libres es educar en la libertad. Es pedagógicamente de fondo, un cambio de ejes y paradigmas donde lo que se sitúa es la capacidad de aprender y no la cualidad del enseñador, porque bien vale la pena sospechar que ya no puede ser más la puesta en escena de la ecuación enseñanza- aprendizaje e incluso podríamos situar un nuevo esquema enseñanza versus-aprendizaje. Porque hay que reconocerlo con justicia y urgencia; la escuela perdió el monopolio de la enseñanza y no es ni el único ni el mejor escenario de aprendizaje. ¿Porque insistir en el esquema carcelario y bancario de negarle a la juventud el aprendizaje fuera del claustro? ¿Por qué incrementar las horas laborales de los maestros y sobre todo de los niños cuando es mejor reducirlas?
Una educación centrada en las necesidades de la infancia y la juventud no coincide con las aspiraciones pseudo positivistas del poder que ven en la formación un eje utilitario desde la acción autoritaria. Queda pues a quienes amen la vida, desarrollar un aprendizaje de la autonomía y de la libertad. Esto impone romper la simetría absurda: cognitivo-social-afectivo e invertirla así: primero lo afectivo luego lo social y lo cognitivo…. que sea un resultado logrado desde la alegría y el placer. La escuela que hace falta no es la que procura efectos sino afectos, es la escuela de los significantes sensibles, la misma que ya planteaba Rousseau en el Emilio: Los niños solo aprenden lo que aman.
Y que quede claro no se trata de oponerse a la excelencia, sino a la excelencia que promueve el poder con todas sus exclusiones y maldades creando autómatas obedientes. La excelencia del pensamiento libertario en la educación es calidad humana, libertad y solidaridad. Los resultados de la educación libertaria ya han sido demostrados y ponen en evidencia que la ciencia asimilada desde la satisfacción de los sentires, la motivación y el ejercicio solidario colectivo es no solo ciencia mejor comprendida sino con mejor destino. El destino valido y posible será la felicidad humana y la libertad, aquella que desde el poder nunca se aprende.