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REVISIÓN DE FIRMAS: EL CNE SE HUNDE EN EL FRACASO Por Franklin Falconí

Periódico Opción

27 agosto 2012

Fracaso tras fracaso enfrenta el Consejo Nacional Electoral (CNE) al intentar llevar adelante el proceso de verificación del 100 por ciento de firmas de los movimientos y partidos políticos que buscan su inscripción para las próximas elecciones.

Aunque el proceso debió iniciarse el jueves 23, hasta ahora únicamente se ha realizado un accidentado ensayo con uno de los movimientos locales: ARE, que por su poca cantidad de firmas se suponía debía concluir en un par de horas, pero en los hechos se llevó 15 horas.

Se supone que mañana, desde las 07h30, se iniciaba con la revisión del primer partido político grande, el Movimiento Popular Democrático (MPD), aunque ahora se dice que en realidad no hay fecha definida. Los vocales del CNE han entrado en una guerra de declaraciones públicas con los dirigentes de este partido. En una rueda de prensa, el sábado 25, Domingo Paredes, presidente del organismo del sufragio, respondió a las críticas hechas por el MPD, amenazando a esta organización y sus dirigentes con aplicarles sanciones si continúan intentando “boicotear” el proceso electoral.

Por su parte Luis Villacís, director nacional de este partido, sostuvo que “el presidente del CNE no es el dueño de la democracia en el Ecuador, ni de los partidos políticos, y mucho menos del MPD, como para que pretenda mandar a callar a sus militantes. Esas rabietas expresadas hoy (el sábado), como reacción al comunicado de nuestro partido, no hacen sino demostrar que el presidente del organismo del sufragio, así como todos sus vocales, sigue el libreto de la prepotencia y autoritarismo de Rafael Correa. El MPD no va a declinar en su lucha por la defensa de los derechos democráticos de los ecuatorianos, así como de su legitimidad como una de las organizaciones políticas más sólidas del país”.

La agónica caída del CNE, paso a paso.

La estrategia político-técnica armada desde el CNE para dar sustento a la  orden presidencial de eliminar a determinadas organizaciones que le resultan molestas como adversarios electorales, comenzó a caer desde tempranas horas del viernes 24, cuando las 750 computadoras instaladas en el Centro de Exposiciones Quito no respondían como los operadores de la empresa Controsa esperaban.

Los primeros molestos eran los verificadores, que desde las 13h30 hacían cola  para ingresar al local. Se quejaban de la desorganización: no les informaron que debían dejar en casa todos los objetos electrónicos o de cualquier tipo, y ahora se los retenían y colocaban a la interperie, en unos muebles poco seguros. Entre muchos se escuchaban cosas como: “gran parte de este trabajo ha  sido una pérdida de tiempo”. Se conoció que a diferencia de los anteriores verificadores que trabajaron en el Colegio San Gabriel, a éstos solo se les
había dado tres horas de capacitación, para una cosa tan seria como determinar la autenticidad de las firmas.

Se supone, según lo informó en rueda de prensa Domingo Paredes, presidente del CNE, que sí se cuenta con personal especializado, pues en una de las fases del proceso están 30 estudiantes del Instituto de Criminalogía, que tienen como encargo verificar las firmas que en el primer filtro fueran consideradas “en duda”. Y es que la primera fase del sistema que pretendieron poner en marcha, contemplaba la reindexación (ingreso en el sistema) de los números de cédula confrontados con las imágenes escaneadas de los formularios de afiliación o adherencia de las organizaciones políticas; luego vendría la comparación de cada una de esas firmas con una base de datos proveniente de algunas instituciones, como el Banco Nacional de Fomento, el Registro Civil y los dos últimos padrones, tanto del 2009 como del 2011. Si en esta parte el verificador encontraba inconsistencias en los datos, presionaba un botón: “duda”, y esa firma pasaba a ser analizada en el segundo y último filtro.

Lo que el presidente del CNE, y el ingeniero Paúl Salazar no pudieron aclarar, es qué garantía podían tener las organizaciones políticas de que no existiera manipulación de los datos, desde el momento mismo de escaneo de los datos de las fichas y formularios de afiliación. Lo único que se podía ver en la pantalla al momento de la indexación era el nombre, el número de cédula y la firma del ciudadano (no se veía la ficha completa), pero sin la certeza de que se hayan cruzado esos datos o se los haya distorsionado deliberadamente. Es más, en muchos casos el escaneo no mostraba la imagen completa del nombre o del número de cédula del ciudadano, con lo cual, el verificador podría entrar en serias dudas, o desechar muchas firmas que podían ser auténticas.

Según Salazar, el CNE les permitiría a las organizaciones políticas cotejar la información y verificar que el número de firmas auscultadas corresponde al número de afiliaciones presentadas. Algo que no satisfizo a las organizaciones puesto que es obvio que en el número de firmas sí podía haber coincidencia, más no en la forma de ingreso de los datos.

Algo que preocupaba era que los 40 delegados de las organizaciones políticas  podían estar presentes únicamente en la segunda fase o filtro, pero no en el primero, que en realidad podía ser el más importante.

El viernes, entonces, la jornada solo confirmó las graves dudas que los  actores políticos tienen sobre el CNE. Supuestamente el proceso de verificación se iniciaba desde las 14h00, pero recién a las 17h00 los técnicos de la empresa contratista pudieron conectar los equipos para nada más exponer, a través de una presentación en Power Point, el esquema del sistema a los delegados informáticos de los movimientos y partidos políticos. Intentaron por varias ocasiones poner en funcionamiento las máquinas para ingresar los datos, pero no lo lograron, y por último, los digitadores se fueron. Los periodistas comentaban: “otro fracaso”, “los miembros del CNE se siguen hundiendo”.

Y el sábado se seguían hundiendo. Según el presidente del CNE, el proceso de verificación (ya no el simulacro que se había ofrecido, porque se demostró que no se pudo ponerlo en marcha) se iniciaría a las 09h00, con la revisión de los dos movimientos políticos que primero habían registrado su inscripción y que no sobrepasaban las 18.000 firmas cada uno, pero no pudieron. Apenas se inició la prueba de la reindexación de los datos, el sistema tuvo problemas, y eso que no estaban funcionando las 750 máquinas, sino apenas alrededor de 300.

Siendo ya cerca de las 13h00 nada se había iniciado. Los verificadores, cansados ya por la espera, rondaban el local, conversaban, se reían, otros pretendían ganarle al sueño…

¿Y las autoridades? Nadie daba la cara.

Por su parte, los militantes del Movimiento Popular Democrático (MPD), que  desde tempranas horas se hicieron presentes, aprovechaban para, en los alrededores del Centro de Exposiciones Quito, continuar afiliando. “Los intentos de fraude del gobierno fracasan, porque los pueblos estamos pendientes, y no les permitiremos pasar ni una sola irregularidad. Los miembros del CNE deben renunciar, por dignidad, si aún les queda algo…”, sostuvo Natasha Rojas, dirigente emepedista.

Por fin, después de casi cinco horas de espera, el presidente del CNE dio declaraciones a los medios, y en ellas admitió que muchas de las observaciones que las organizaciones políticas habían hecho tenían razón, por lo que el proceso se demoraría, pues había que reacomodar el sistema.

Poco después, el director nacional del MPD, Luis Villacís, explicó lo que  sucedía realmente: luego de que los delegados de los movimientos y partidos políticos pusieron en evidencia las fallas del sistema, los funcionarios decidieron buscar la solución de esos inconvenientes, pero con la intención de crear dos sistemas distintos: uno para verificar a los movimientos afines al gobierno, y otro para verificar las firmas del MPD. Obviamente la intención, según Villacís, era cumplir la orden de eliminar al MPD y dejar vigentes a
movimientos afines al régimen.

Villacís insistió en que los vocales del CNE deben renunciar, y anunció que se interpondrá acción penal en su contra, así como de la empresa CONTROSA, por intentar afectar a las organizaciones políticas y, con ello, a la democracia en el Ecuador. Así mismo, se presentará un recurso de queja ante el Tribunal Contenciosos Electoral, por las ilegalidades cometidas por los miembros del CNE en este proceso. La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) será otro escenario, esta vez internacional, para solicitar medidas cautelares, según el dirigente emepedista.

Las dudas fundadas del MPD, y que han sido aceptadas por Domingo Paredes,  presidente del CNE, en el campo informático, tienen que ver con que se usa un sistema con código abierto, que permitiría manipular y cambiar los datos en cualquier momento del proceso de revisión. Además que, como está diseñado, se le entrega todo el poder de validar o desechar firmas a la persona que esté manejando el posterior control de calidad, sin que tengan atribuciones legales para ello.

Por último, anunció que el MPD se suma a la convocatoria a movilización que Pachakutik hizo en días pasados, y que lo llevará como propuesta a la Convención de la Unidad Plurinacional de las Izquierdas, el 1 de septiembre en la ciudad de Guayaquil.

Organizaciones políticas presentan informe técnico

Opción pudo conocer el borrador de un informe técnico que los delegados informáticos de las organizaciones políticas preparaban en conjunto. Entre los aspectos más destacados tenemos:

1.            EL CNE Y CONTROLES S.A. no permitieron una auditoria  informática, se limitaron a realizar una simple demostración de producto, la cual fue mal organizada y resultó un fracaso.

2.            Es decir, se negaron a entregar una lista de control de procesos y de seguridad del software, tampoco quisieron entregar por escrito las características de producción del software.

3.            El CNE no entregó los requerimientos que debe tener el software, de forma oficial, al proveedor CONTROLES SA, esto se realizó verbalmente. Lo que implica que no se puede determinar si el software presentado es o no lo que se pidió.

4.            El código del software puede ser cambiado en cualquier momento y  en función de los intereses de las personas que administran el software.

5.            Al tener un software con el código abierto (manipulable en  cualquier momento) la entrega del HASH o HUELLA DEL SOFTWARE no garantiza que los cambios que se realicen y que supuestamente serán con el acuerdo del técnico informático de la organización política, sean los que se indiquen, debido a que en medio de ese cambio se pueden realizar otros perjudicando o beneficiando a determinadas organizaciones políticas. Se debe cerrar el software y trabajar con el mismo con todas las organizaciones políticas.

6.            El CNE NO ha realizado las pruebas necesarias que evidencien  todos los problemas y poder contar con un sistema calificado y de calidad.

7.            En la demostración, la cual fue operada por el personal de Controles: Vinicio Bolaños y Cristian Solis, se encontraron errores en el almacenamiento de información, proceso de datos e imágenes y en la propia aplicación como tal.

8.            El proceso de control de calidad, el cual debe ser para tener un control estadístico de lo ejecutado por los operadores, no cumple esta función y le dan poderes completos para realizar cambios en los registros, es decir, dos funcionarios pueden, sin  control alguno,  aprobar o rechazar las afiliaciones.

9.            Los “REPORTES” emitidos por el sistema, según el usuario, podrá modificar los datos visualizados en dicho reporte, alterando los resultados, un reporte es meramente informativo y no debería permitir que existan modificaciones a la información entregada.

10.          Si existe la necesidad de realizar cambios por errores DE INGRESO DE INFORMACIÓN (ej: se rechazó una ficha que  era válida o lo contrario) se lo debe realizar con procesos plenamente establecidos con anticipación y bajo el control de la organización política.

11.          Los administradores del sistema pueden cambiar a su antojo y conveniencias las funciones que cumplen los operadores del sistema, es decir en un momento son VERIFICADORES DE FIRMAS (aceptan o ponen en duda una afiliación)y sin que si nadie se dé cuenta, peor aún sin ningún control y en cualquier momento se convierten en VALIDADORES DE FICHAS DUDOSAS (acepta o rechaza definitivamente una ficha), cada operador debe tener claramente y de  forma definitiva su función, de otra forma esta división de procesos no tendría sentido ya que una misma persona podría cumplir las dos.

12.          Al trabajar solo con CORTES de las imágenes de las fichas de afiliación no se puede garantizar la correspondencia de las imágenes y el sistema no muestra el documento completo ni de las afiliaciones pero aun de los documentos fuente de las instituciones con las que se compara.

13.          Nos queda la duda si el sistema no está terminado o que el CNE no  entrego todos los requerimientos que debía tener o que estas anomalías fueron solicitadas.

14.          Los servidores que se utilizan en el proceso se encuentran en el CNE, conectados por una línea “dedicada” a los equipos que se encuentran en el Centro de exposiciones Quito, sobre estos servidores no se conoce que tipo de controles, seguridad y su administración.

15.          Los resultados del sistema presentado y el proceso de reverificación de firmas no garantiza que estos resultados sean utilizados técnicamente para determinar manipulación en las identidades de los afiliados o adherentes a partidos y movimientos políticos.

 

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