16 de diciembre 2017
“Tanto el pobre como el rico dependen de escuelas y hospitales que guían sus vidas, forman su visión del mundo y definen para ellos qué es legítimo y qué no lo es.”
Ivan Illich
El Dr. Alfredo José Valenzuela y médicos de renombre crean la liga ecuatoriana anti tuberculosa, L.E.A, el 1 de julio de 1946 en un Guayaquil desatendido por el estado central. Hasta la década de los años setenta no existía atención pública en salud y Guayaquil siendo el más grande polo de concentración humana y siendo forjador de recursos para la nación, estaba en el más completo abandono en atención sanitaria. El primer hospital público se construyó en 1976, la primera maternidad en 1979 al igual que el primer hospital publico pediátrico
Guayaquil era asistido por los guayaquileños y sus instituciones: La Junta de Beneficencia, La Liga ecuatoriana anti tuberculosa L.E.A, SOLCA, la sociedad protectora de la infancia y el INNFA: las mismas que le hicieron el trabajo social a un estado irresponsable durante un siglo. En el caso de la tuberculosis, LEA es sustituida como entidad privada sin fines de lucro por el Programa de Control de la Tuberculosis en la década de los 80 del siglo XX, cuando el MSP asume sus competencias
El hospital Valenzuela, como neumológico, amplio su oferta de servicios; tuberculosis del aparato respiratorio, otras patologías como micosis pulmonares, paragonimiasis, bronquiectasias, abscesos pulmonares, enfermedades obstructivas crónicas, sobre todo con la apertura de una consulta externa propia. Todo esto a partir del mes de julio del año 2000.
A fecha 7 de diciembre 2017 el MSP, dirección zonal 8 procede al cierre del hospital neumológico. Este cierre convoca a reflexión y critica por el contexto en el que lo efectuó: tendencia epidémica de TB y VIH en curvas ascendentes y sanción a un hospital acreditado con nivel oro (Acredittecion Canada.). El hospital que atiende patologías respiratorias BDK y drogo resistencias, el hospital icónico del socorro a pacientes TB, es cerrado sin más. Esta medida inconsulta administrativa, y no gerencial, sin sensibilidad social, fue tomada por subjetividades y decisiones clásicas de un modelo autoritario que al parecer no quiere perecer. Durante una década ha inculpado a otros las responsabilidades que deben ser asumida por los directivos centrales (curiosamente sobreviven los mismos funcionarios del MSP que han sido autores cómplices y encubridores de una década sanitaria en bemoles).
El cierre del hospital neumológico no obedece a decisiones técnicas, y habrá que investigar lo sucedido y sus consecuencias. Algunas interrogantes deben recibir respuesta: ¿Qué hospital acogerá a los pacientes?; ¿Con que infraestructura – aislamiento, presión negativa, circulación de aire, ventilación laminar y filtros HEPA – se atenderá a los pacientes trasferidos? ¿Qué ruta crítica para enfrentar infecciones al cuidado de salud por repoblación de hospital de acogida? ¿Qué política de control de infecciones intra-murales en pacientes en control de tratamiento ARV considerados inmuno-competentes? ¿Qué contingencia para evitar contagio en personal de salud?
Esta problematización hospitalaria, categoría de biopolítica y gobernabilidad revela pocos cambios de un modelo de gestión inmutable que no transita. El hospital de neumología sufre una desagradable metamorfosis desde una percepción de reforma que mira desde arriba con lógica administrativa sin reparar en la necesidad social. La cosmética que vendrá a continuación reforzara el rol panóptico y los procedimientos para vigilar y controlar.
Cierre del hospital de neumología decisión o propuesta política que mira problemas sin enfoque sistémico. No es evidentemente capacidad resolutiva del conflicto de gestión hospitalaria, por lo tanto, esta decisión obliga realizar una crítica comprensión del método ideológico hoy imperante que simplifica la respuesta a lo formal, donde el ejercicio del poder y su reproducción orgánica se facilitan. Un ejemplo más de prácticas que no resolverán los problemas, y que consumirán recursos al tiempo que generarán una grave contradicción moral, porque el sistema de salud y el hospital, en vez de curar, enferman y matan.
En todo caso, la decisión tomada a hurtadillas evidencia que la misma se contrapone al discurso del presidente Lenin Moreno, “Nada para ustedes sin ustedes”, y es más bien semejante al discurso y práctica de la década ganada ovejuna y autoritaria.
VER TAMBIEN: http://www.elcomercio.com/tendencias/salud-reunion-trabajadores-hospital-clausurado.html