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SALUD PÚBLICA, SEXUALIDAD Y SOCIEDAD- por Tomas Rodríguez león

12 marzo 2015

 

No existe el bien y el mal general. Soy el único juez de lo que hay en mí.

Artaud

 

La Estrategia Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo Adolescente (ENIPLA), pasa a llamarse Plan Familia Ecuador, el  cambio  de forma y contenido  revela la estirpe  del discurso presidencial. Se  cuestiona  la ENIPLA  por    “haberse apartado de  los valores y la importancia de la familia” y   “basarse  en el hedonismo más puro y más vacío: el placer por el placer. Ahora la estrategia se fundamenta en valores.” Parecería una  circular de Tradición Familia y Propiedad  con  citas de Plinio Carrera de Oliveira o las del célebre José María Escrivá,  padre del Opus Dei.

Escrivá  nos dice: “la castidad es la triunfante afirmación del amor” ¡Ave María purísima, que coincidencia¡  Sigamos: “la institución de la familia como núcleo de la sociedad será la base de la prevención del embarazo” (R Correa) “el matrimonio es una vocación divina” (José María Escrivá ). “Hay que educar a los padres, esa es la estrategia.” (R Correa) “La   mujer casada debe centrarse en el marido y en los hijos. El marido debe centrarse en su mujer y en sus hijos.” (J M Escrivá)

Y para remate: “rescatar el rol de la familia como base de la sociedad. La familia es la primera escuela para formar valores humanos. Formar y motivar a nuestros adolescentes para que vivan una afectividad que les corresponde. Tenemos que formar a nuestros niños desde que están en el seno materno y en temas de afectividad y sexualidad”. (Monica Hernandez)¡“Están argumentando que quiero imponer creencias religiosas, porque se pone como alternativa la abstinencia. (R Correa)”¡ viva la castidad¡

El hedonismo acrático

El hedonismo ácrata no ve nada heroico ni positivo en el sufrimiento humano o en las inhibiciones,  y rechaza el puritanismo como medicina frente al temor  de los deseos.  Sinceramente, el pensamiento libre promueve  la sociedad erótica como repuesta a la sociedad guerrera y este factor  marca la diferencia con el pensamiento conservador.  Los tópicos de la sexualidad femenina y masculina no pueden ser vistos como la causa de los problemas, ni la sexualidad temprana  puede   ligarse  a la perdida de  los valores ¿De qué valores hablamos? ¿Es la abstinencia un valor? ¿Existe sexualidad con valor de uso o valor de cambio? ¿Serían las opciones sexuales un valor o un anti valorar?

El único valor a proteger es la libertad, y esta no se inculca, se siente. Provocar la excitación sexual es tan pobre como negarla, ambas son abiertas a la transgresiones contra la naturaleza de la vida. La sociedad burguesa no es erótica casualmente porque vende el cuerpo, la figura y la trasfiguración de los sentires, y el eros solo es posible como manifestación intima del amor compartido. La sociedad  de seres libres lo será cuando en el mundo de las relaciones deje de imperar la estructura de dominio y la impostura de los convencionalismos morales.

La sexualidad temprana o tardía siempre inquietaron a los moralistas, de manera que  arribar a la sexualidad o permanecer en ella mucho tiempo son para ellos signos de perversión. Cuando los libertarios consideramos inconvenientes la incorporación de niños y jóvenes a la vida sexual,  lo aceptamos como temática de salud. Los jóvenes inadvertidos de las consecuencias (embarazo, ITS) corren riesgos de los cuales hay que protegerlos, como hay que protegerlos de abusivas conductas dominantes. En el caso de los  ancianos, siempre la sexualidad será saludable. Pero de ahí, a educarlos en valores no expresa sino la previsión positivista y transmisiva que,  sin fundamento ético,  reproducen verticalidad  y poder desde el maestro, el padre o el gobernante.

La historia de la humanidad  es también  la historia de todas las asimetrías donde el   sexo y el género significan objetos a ser controlados. Los  regímenes  autoritarios son regímenes de corporalidad, en las cuales las relaciones de dominio  mutan desde los procesos de gobierno  económico y social hacia el cuerpo como  centro de gestión de lo político. El abecedario moral gobernando la conducta pedagógica pretenderá siempre  disciplinar el cuerpo individual, donde los procesos formativos  serán las maquinarias  administrativas del cuerpo social y personal.

Cuando la propia modernidad  ha impulsado  la  sexualidad no reproductiva, es necio toda exclusión, y menos hacer que esta sea  objeto de control, vigilancia, disciplinamiento y normalización.  La clave pedagógica no está en la didáctica (educar a los padres, educar en valores) sino en la protección de  los intercambios socio-afectivos de las corporalidades, lo que significa eliminar toda forma de violencia que pueda  circundar las relaciones vinculadas a la sexualidad. Está demostrado que los niños y niñas que han sido protegidos y amados retardan  el inicio de su  sexualidad y, a la inversa, todo niño o niña que ha sido violentada sexual o afectivamente busca en el sexo un mecanismo de respuesta existencial a su dolor.

El amor es otra cosa, es lindo, es bueno y deseable que ocurra.  Hay que propender  al romanticismo general, porque  es un antídoto contra el odio y la violencia; cuando el amor y la sexualidad se encuentran, la sociedad erótica  empieza a funcionar con todo su hedonismo intenso y humano. Pero  aun  sin el amor,  es preferible el luddismo sexual a la represión hipócrita, pues  el juego amatorio amoroso o sexual será siempre un recurso resiliente contra la angustia la fatiga y la pena. La necesidad  estética en el juego necesitará crear y no simplemente recrear o procrear, por lo tanto es indispensable evitar embarazos no deseados y evitar las infecciones de transmisión sexual, eso es todo. Rescatar  el lenguaje de los sentires recíprocos  será restituir  el lugar político del cuerpo  aun anónimo  y  construir  una ética amatoria anarquista   ajena a  los cánones morales  de dictaduras biológicas o políticas. Será una necesidad urgente.

Y si de la familia se trata, debemos señalar que esta puede ser el nido de las neurosis o el centro de ejemplo y afectividad, todo dependerá de la calidad y la cantidad de amor empleado en su construcción. Pero la familia no es un bien consustancial  per se, sino un producto social condicionado a los modelos de organización de la estructura del entorno. La familia autoritaria, espejo del sistema represor no es ejemplo de nada; la familia libre, democrática en su cotidianidad, respetuosa entre sus miembros sin obediencias absurdas y fundada en la solidaridad es aún un paradigma soñado. ¿Defender la familia? ¿Cuál familia?

 

 

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