21 de noviembre 2016
El domingo 20 de noviembre, mientras el Presidente Rafael Correa despedía al Presidente de China, Xi Jinping, y le agradecía por las “inversiones” en nuestro país, los guerreros shuar entraban en Nankints para recuperar su territorio, que fue invadido por las transnacionales chinas.
Mientras en Quito, las fuerzas del orden protegían al visitante, en Nankints atacaban a las comunidades; el enfrentamiento entre hermanos shuar y tropas que también vienen desde abajo. El riesgo de la sangre para acusar a las comunidades de terroristas y otra vez perseguirles jurídicamente, criminalizar la lucha social.
Es una cadena de actos de violencia. El 29 de septiembre de 2015, personal de seguridad del consorcio chino ECSA-Tongling-CRCC, con apoyo de la fuerza púbica, desalojó a 16 familias en Tundayme, Zamora Chinchipe, al Sur de la Amazonía.
El 11 de agosto de 2016, la comunidad shuar de Nankints, de la Parroquia Santiago de Panantza (Provincia de Morona Santiago) fue desaloja y despojada de su territorio, para dar paso al proyecto Panatza-San Carlos de minería de la empresa Explorcobres (EXSA), empresa minera subsidiaria de Corriente Resources Inc., de capital chino, aunque registrada en Canadá. El “Proyecto Panantza-San Carlos” tiene trece concesiones que abarcan 14.000 hectáreas, ubicadas en los cantones Limón Indanza (parroquia San Miguel de Conchay) y San Juan Bosco (parroquias Santiago de Panantza y San Carlos de Limón), en la provincia de Morona Santiago.
“El proyecto Panantza-San Carlos pretende explotar un yacimiento de 3.200 hectáreas con cobre, oro y molibdeno. Para ello, la empresa proyecta construir dos minas a cielo abierto en las que procesará 90.000 toneladas de cobre al día, generando grandes cantidades de desechos, utilizando miles de litros de agua cada día. El proyecto tiene una vida útil de 21 años, en los que se extraerá de la tierra un total de 678 millones de toneladas de mineral procesado. Al finalizar las operaciones, la empresa propone que las dos minas a cielo abierto se llenen con agua dulce. (…) Afecta a múltiples comunidades de al menos 10 Centros Indígenas Shuar de las Asociaciones Tariamiat, Arutam y Churuwia, al igual que a numerosas familias campesinas. En la zona de influencia del proyecto están los Centros Shuar Kupiamais, Waakis, Ayantás, Piunts, que pertenecen a las Asociaciones Shuar Bomboiza y Arutam. En esta zona se encuentran fincas y recintos campesinos: Rocafuerte, Santa Rosa, La Delicia, San Miguel, La 27 y otros.”(http://www.conflictosmineros.net/contenidos/12/19310?pk_campaign=boletin&pk_kwd=noticias)
Dos formas de vida se enfrentaban a la distancia. El rostro sonriente y agradecido del Presidente por la bendición del modelo extractivista, y los rostros pintados con los colores de la guerra de las comunidades shuar para defender a la Pachamama de la agresión minera, extractivista.
El símbolo del progreso es la inauguración compartida de la Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair. Ya pueden los candidatos de Alianza País propagandear el cambio de matriz productiva. Los flashes oculctricastarán también allí el cerco a la naturaleza, los sobreprecios, la violación de los derechos de los trabajadores, la entrega de la soberanía por veinte años, el pago extendido de la “inversión”. Aunque el verdadero símbolo estuvo en el segundo apagón eléctrico del año durante el segundo intento de conexión de la moderna hidroeléctrica al sistema nacional interconectado.
El negocio abarca todo el territorio nacional, inversiones petroleras chinas, inversiones mineras chinas, créditos chinos, ventas anticipadas de petróleo para los chinos. El ruego principal en esta visita era la inversión en el elefante blanco de la Refinería del Pacífico, para poder cubrir los despilfarros de los tiempos de la abundancia. Los chinos son negociantes diplomáticos, la respuesta fue que podían invertir si el Ecuador financiaba el 50%. En tiempo de vacas flacas, el dinero no alcanza ni para los gastos corrientes.
Nos dicen que necesitamos inversión externa. El problema empieza cuando se antepone la minería a la biodiversidad, a la vida de las comunidades. El problema está en las condiciones y en la entrega de la soberanía. Créditos con intereses altos, a plazos cortos y con doble garantía, incluida la venta anticipada de petróleo. La pregunta es si somos soberanos porque cambiamos de amos y de acreedores.
Es una vieja historia. No es sólo un problema de tierras. La conquista no ha concluido. Cambian los personajes y las formas. Como ayer los conquistadores encuentran aliados locales y nos hablan en nombre del progreso, de la civilización. Todavía quieren tranquilizar a los conquistados con abalorios. El discurso del neorentismo: hay que explotar el oro, el cobre, el petróleo, para poder financiar el desarrollo y combatir la pobreza.
El imperialismo tiene varios rostros: el viejo rostro del dominio norteamericano, el nuevo rostro del dominio chino en el dogal de la deuda y del extractivismo, o el nuevo rostro del dominio europeo en el Acuerdo Multipartes. El imperialismo cambia de rostro y también los vasallos. Después de un breve período de discursos soberanos, el gobierno regresa al sometimiento.
La historia se modifica desde abajo. Ahora los pueblos aprendieron que la conquista es muerte. La lucha por el territorio es la lucha por la vida, por ellos y por la humanidad.
En tiempos electorales se borran las fronteras programáticas. Los candidatos ofertan paraísos. La lucha antiextractivista y en defensa de la vida, es una demarcación de posiciones. Es el punto de apoyo para trazar líneas demarcatorias en el rechazo al nuevo TLC con Europa, en la defensa de un Ecuador soberano y solidario.