Cuando comenzó la autonomía indígena con la Dineib, la idea que se hicieron los indígenas fue que, por primera vez, el desfase entre el Estado y ellos se reducía, y que se reconocía, al fin, el talento y conocimiento indígenas. Pero no fue así. Los gobiernos poco comprensibles de la importancia de la participación de los pueblos indígenas en la política de un Estado plurinacional, echaron abajo la Dineib. Tampoco las organizaciones indígenas parecen estar interesadas en la toma de decisiones sobre el cumplimiento de los derechos esenciales de sus pueblos: lengua, cultura y educación.