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miércoles, abril 17, 2024

La Educación Intercultural Bilingüe solo existe en la demagogia política

Por Ileana Almeida*

Cuando comenzó la autonomía indígena con la Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingüe (Dineib), la idea que se hicieron los indígenas fue que, por primera vez, el desfase entre el Estado y ellos se reducía, y que se reconocía, al fin, el talento y conocimiento indígenas.

Pero no fue así. Los gobiernos poco comprensibles de la importancia de la participación de los pueblos indígenas en la política de un Estado plurinacional, echaron abajo la Dineib. Tampoco las organizaciones indígenas parecen estar interesadas en la toma de decisiones sobre el cumplimiento de los derechos esenciales de sus pueblos: lengua, cultura y educación.

Defender la educación, la cultura y las lenguas indígenas evidentemente es una cuestión compleja. La falta de democracia política se evidencia en que la mayoría de la población originaria (más de un millón de habitantes) es bilingüe de su lengua con el español,  en contraste con los hispano-ecuatorianos, son contados los que hablan alguna de las  lenguas indígenas.  Por otro lado, el español es lengua escrita, en oposición, las lenguas indígenas apenas están pasando a serlo.

La Secretaría de Educación Intercultural Bilingüe (SEIB) sujeta al Ministerio de Educación por el hecho de no responder a los derechos y libertades indígenas, ha adquirido un carácter oficinesco y ha perdido el rumbo de la autonomía política-cultural. Las investigaciones se han frenado, las publicaciones escasean, la preparación de los profesores es deficiente, no existen asesorías, los financiamientos internacionales se han perdido o desperdiciado, la participación de iniciativas individuales y comunales es mínima. Hay importantes investigaciones académicas sobre las lenguas indígenas, pero el conocimiento que encierran no se proyecta en la práctica educativa. ¿Acaso es igual una lengua aglutinante que una analítica?

En cuanto a las culturas no se conocen o se conocen mal sus modelos, simbolismos, tradiciones, orientaciones, concepciones, más aún, no se valoran los fundamentos del conocimiento. Las culturas indígenas son ecologías populares. Por ejemplo, el conocimiento que tienen de las cualidades de las plantas es enorme, pero se pierde con la educación oficial. De igual, manera se pasa por alto el espíritu comunitario, la buena voluntad compartida, la identificación de los problemas más graves de la colectividad. Para llegar a la Interculturalidad que tanto se cacarea,  primero hay que conocer la cultura propia.

En tal situación, y para confundir más, también la Unión Nacional de Educadores (UNE) proclama su programa de Educación Intercultural Bilingüe, tal propuesta carece de todo fundamento para llamarse así. Si se exigiera un examen a los profesores en lenguas y culturas indígenas,  posiblemente sería solo, por casualidad, que uno que otro profesor atinara a hablar una lengua indígena, lo que está en juego es la  demagogia política.

La Secretaría de Educación Intercultural Bilingüe (SEIB) sujeta al Ministerio de Educación por el hecho de no responder a los derechos y libertades indígenas, ha adquirido un carácter oficinesco y ha perdido el rumbo de la autonomía política-cultural.


*Ileana Almeida es filóloga. Profesora universitaria, investigadora, periodista. Nacida en Ambato, Ecuador. Es autora de varios libros, ensayos y artículos de su especialización. Algunos de sus trabajos han sido publicados en México, Perú, Estonia, España, Alemania.


FOTOGRAFÍA: Tomada de www.ups.edu.ec  

 

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