Los huaorani son un pueblo amazónico, reducido al olvido por un Estado indiferente que nunca ha reparado en los atropellos que han sufrido en distintas épocas
Resulta que nos venden como solución el caduco y anticuado recetario neoliberal de los 90: eliminar el subsidio a los combustibles, aceptar los recortes en la educación y salud públicas y pagar puntualmente la deuda externa –así nos quedemos sin liquidez en tiempos de una megacrisis–.
La sorpresiva pandemia del coronavirus revela cuán frágiles son nuestras sociedades. De un día al otro el mundo se paralizó y quedó envuelto en el miedo. La actividad económica cayó aceleradamente. Muchas advertencias realizadas por años parecen convertirse en realidad.
En Ecuador, en una buena parte de Latinoamérica y en los EE.UU. se relajan cuarentenas que, de por sí, fueron mal concebidas y aplicadas, deshilachadas e inconexas de una estrategia integral que no aparece hasta ahora por ningún lado en estos Macondos de mascarillas con sobreprecios.
Entrevista con una ciudadana ecuatoriana residente en Italia, referida a la gestión de la pandemia y la situación de los migrantes ecuatorianos en aquel país.
El sistema de salud del Ecuador es autoritario monopólico, desplaza todo constructivismo crítico y no admite alternativas al diseño central. Autoritarismo endógeno de débil rectoría frente a un universo atomizado, que hacen que el país no tenga Sistema de Salud y que supervivan microsistemas no integrados.
A pesar de la desinformación global y los exacerbados imaginarios del miedo y el metarrelato de los medios, que la sociedad consume en las pantallas, trasciende que lo que vuelve mortal al virus no es solo la malignidad del contagio sino la complicidad de los sistemas de salud pública que son, como queda demostrado, incapaces de atender y controlar la pandemia y multiplicarán el número de víctimas.
La frustración popular creada y acumulada por la civilización de la desigualdad y los estragos que esta va dejando en la periferia del mundo, ha generado una explosión social que hace temblar al escenario político nacional y regional.
La hipótesis del “hocico de lagarto” (matizada por los autores de estas líneas para recoger el efecto de los ciclos de la acumulación capitalista y el papel del “hocico” en la construcción de hegemonía) plantea el vínculo entre ingreso y riqueza.
El deterioro de las condiciones del empleo marca el cierre del año 2019. Una muestra de ello es el índice de precarización -que considera las dimensiones de ingresos, acceso a seguridad social y contrato estable-, que indica un aumento considerable respecto de 2017 y 2018.
Alberto Acosta, economista y autor de varios libros, advierte del espectro de la militarización en todo el continente y proporciona algunos elementos que considera fundamentales para construir un nuevo momento político positivo para las masas.
Las coincidencias entre socialcristianos y correístas son cada día menos disimulables. La última perla apareció en la concha del Consejo Nacional Electoral: la resucitación del partido de bolsillo de Iván Espinel será recompensada –muy probablemente– con la absolución de Diana Atamaint en la Asamblea Nacional gracias a los votos correístas.
La sexualidad siempre fue concepción diferenciada entre la libertad y la religiosidad, porque la liberación humana es un peligroso ejemplo de Caín quien optó...