El fenómeno correísta es más complejo y parece que aún tiene larga vida, sin duda posee asidero popular. Difícil descifrarlo en su totalidad. Lo que sí es cierto, es que siempre buscó convertirse en un polo del bipartidismo burgués , aprovechando el desgaste que habían enfrentado, primero el partido liberal (hoy totalmente desaparecido) o la Izquierda Democrática que aún trata de sobrevivir.
El engaño del populismo plebiscitario conduce necesariamente a un enfrentamiento violento de insultos y descalificaciones, que nada tienen que ver con el diálogo que define un proceso de democracia participativa y directa, que debería ser la consulta al pueblo. Es así que, durante toda la campaña previa a las votaciones del referéndum del 5 de febrero hemos asistido a una violencia política cada vez más agresiva, sobre todo de parte de los sectores alineados con el gobierno.
La primera campaña electoral de 2023, nos deja algunas claridades sociopolíticas para la reflexión de lo que serán las tendencias de estas en los próximos años ya que no se perciben procesos ni normativos (como propuestas de cambios sustanciales en el Código de la Democracia relacionadas por ejemplo a nuevas exigencias para la nominación de candidaturas) ni tampoco iniciativas desde la sociedad civil o la academia por contribuir a la gestación de una ciudadanía crítica.