Esta ha sido una campaña asquerosa, obscenamente desigual. El presidente que, además es candidato, usando todos los recursos del Estado de manera descarada, riéndose de todos, con la venia del TCE, que, sin ningún pudor, se arrodilló ante Noboa y sus millones; y le permitió hacer y deshacer a su antojo.
Se establecerá una campaña mediática para ensalzar al gobierno como “salvadores de la patria”, la misma que se denominará: “cangrejo de pata gorda”. El líder de la campaña será un reconocido periodista influencer, al que en el documento se lo llama “medio metro”.
En este país, sí hija. Cualquiera. Bueno, cualquiera que tenga mucho dinero. Puede ser un ignorante, un delincuente, un evasor de impuestos, un cambalache siglo XX o XXI.
La única caricaturista que le canta -a punta de lápiz- las verdades al poder y a sus amanuenses de paja que desfilan en la Shyris y destilan veneno en televisión o las redes. Ella les dice miserables sin decirles miserables. Los grafica como son: seres ridículos. Con inteligencia y con arte, les propina lo que, sin duda, se merecen. Uno espera la caricatura de Vilma Vargas o Vilmatraca como se espera una nueva temporada de Peaky Blinders, el beso de un hijo al despertarse o un helado de chocolate al medio día.