El 2020 mostró de lo que son capaces las élites empresariales para mantener sus privilegios, depredando las vidas de miles de personas sin límite alguno. La reconfiguración de un régimen de desigualdades, que antecede a este año se implementó, se institucionalizó y legitimó a través de la captura de las decisiones públicas: la verdadera pandemia. Dicho proceso involucra a una serie de actores, prácticas y redes que constituyen el “neoliberalismo a la ecuatoriana”.
El deterioro de las condiciones del empleo marca el cierre del año 2019. Una muestra de ello es el índice de precarización -que considera las dimensiones de ingresos, acceso a seguridad social y contrato estable-, que indica un aumento considerable respecto de 2017 y 2018.