Las contramarchas del Estado o del gobierno se forman desde el poder hegemónico. Las estructuras organizativas de las cuales dependen son las estatales. El Estado tiene un ejército de funcionarios. De ahí que bajo los lineamientos de la presidencia se puedan movilizar miles con la sola disposición del presidente. Son personas que dependen del salario y se movilizan con consentimiento o bajo amenazas. También engrosan estas filas la familia, amigos, el público de las redes clientelares, empresas públicas o privadas que apoyan a los gobiernos, además de la sociedad civil.
Dos temas fundamentales se han omitido en los diálogos entre las organizaciones indígenas y el gobierno: la presencia de las comunidades indígenas en el país y el carácter del Estado Plurinacional Ecuatoriano.
Mi querido Mario. Tanto tiempo sin verte, tanto tiempo sin leerte. Un día, hace ya veinte años, te juré que leería alguna de tus novelas. Ese día aún no ha llegado. Pero no pierdo la esperanza. Mis actividades de banquero y hoy de presidente, me impiden sentarme a leer. Pero Mario, lo haré. Palabra de banquero. Tus libros sobre Macondo y las historias de cronopios necesitarán de cien años de soledad para ser disfrutados. Mi asesor Aparicio Caicedo siempre me ilustra sobre historia, literatura y filosofía.
La estrategia mediática se ha concentrado en ocultar las movilizaciones, distraer la atención con sucesos de anteriores gobiernos o del legislativo y no criticar el actual accionar.
Lasso proviene de los grupos burgueses más fuertes del Ecuador, quienes manejan el poder económico, político, social y cultural. Este es el cambio estratégico de la configuración hegemónica, no es lo mismo que gobierne el títere (Moreno) que el titiritero.
Lasso no tiene iniciativa legislativa. Su gobierno carece de una mayoría en la Asamblea Nacional, sus votos, incluidos aliados y advenedizos, son insuficientes para aprobar integralmente el paquetazo comprometido con las élites.
Tildar a una Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) inconstitucional porque exige jubilación digna, salarios justos y derechos educativos es condenar al justo por el pecador. La responsabilidad de la situación del IESS no es de las y los maestros.
Hasta el día de la segunda vuelta para las elecciones presidenciales en Ecuador (realizadas el domingo 11 de abril de 2021), estaban claramente definidas tres posiciones políticas: 1. el voto por el binomio Andrés Arauz/Carlos Rabascall (UNES); 2. por el banquero Guillermo Lasso (PSC-CREO); y 3. el voto nulo. Entre 10’828.652 de sufragantes, y según los resultados oficiales: Guillermo Lasso ha triunfado con el 52.36% de la votación (4’655.964), y lo ha hecho en todas las 11 provincias de la Sierra, Galápagos y en 5 de las 6 provincias de la Amazonía. Si se toma en cuenta que en la primera vuelta Lasso obtuvo el 19.74% de los votos, significa que en la segunda ganó 32 puntos, algo “espectacular” e inédito en la democracia ecuatoriana desde 1979. Un hecho comparable solo ocurrió en 1984, cuando el socialdemócrata quiteño Rodrigo Borja venció al empresario socialcristiano guayaquileño León Febres Cordero en la primera vuelta, pero perdió en la segunda.
Ni uno solo. Desde ya. Antes que se posesione. Los sectores de izquierda y progresistas no deben caer en la trampa de “hay que darle tiempo”; “esperemos seis meses”; “no hay que ser radicales”. No. La elección de Guillermo Lasso es un desastre para el país. Y a los desastres se los combate desde el vamos. No se puede ser un ternurita como el Bonil, quien ya le mando besos y abrazos a Guillermo. Lo que se viene -y no hay que ser brujo para saberlo- son privatizaciones de todo lo que sea público. El monseñor de la banca ya lo dijo: “el problema económico de nuestro país está en el sector público”. Tarjeta amarilla para lo que el señor bastón considera un gasto.
Hace 37 años fue la última vez que el Partido Social Cristiano (PSC) asumió la presidencia a través de León Febres Cordero, de ahí en adelante ha debido vestirse de otro color que no sea el PSC para lograrlo, en 1992 con Sixto Durán Ballén, ganó el PUR en alianza con el Partido Conservador Ecuatoriano; y, hoy en el 2021 con Guillermo Lasso (CREO en alianza con el PSC).
Los bancos pueden acrecentar sus ganancias gracias a los gobiernos. Guillermo Lasso, ubicado al extremo derecho del tablero ideológico, fue gobernador del Guayas, Superministro de Economía con Mahuad e integrante de la planificación del congelamiento de las cuentas de los ecuatorianos y el salvataje bancario. Lasso, accionista mayoritario y presidente del Banco de Guayaquil, ha reconocido que aportó financieramente en la primera campaña electoral de Rafael Correa. Fabricio Correa, hermano del expresidente, dijo que Lasso aportó a la campaña “fuertemente” (El Universo, 2012).
Ya todos saben que CEDATOS no es una encuestadora sino una agencia de publicidad que le regala numeritos al mejor postor. Ya todos saben que el Polibio es un hombre clave si alguien quiere que las cifras estadísticas se multipliquen por arte de magia. Ya todos saben que el margen de error de CEDATOS varía del 5 al 25 %. Sí, la metodología del Polibio es revolucionaria: transformar las matemáticas en alquimia y las encuestas en cuentas por cobrar.