Pasando del lado formal, jurídico de las elecciones al resultado político es necesario prestar atención a la personalidad del vencedor actual. Piotr Poroshenko es una figura muy conocida, de lejos no es un novato en política. Poroshenko fue primordialmente una figura de compromiso tanto para la élite ucraniana como para los EEUU, la UE y Rusia. Habiendo sido partidario del primer Maidán, Piotr Poroshenko apoyó activamente a Yushchenko, bajo cuya presidencia se inicia su carrera política. Poroshenko se convierte en secretario del consejo nacional se seguridad y defensa de Ucrania, después fue nombrado presidente del banco nacional y ministro de asuntos exteriores. El viaje político de Poroshenko tiene mucho en común con la biografía política de Berezovski. Solo le separa una diferencia: en Rusia la oligarquía fue aplastada, y ocuparon el primer puesto los funcionarios. En Ucrania la oligarquía en los últimos 15 años sacó músculo económico y político.
Débil y dependiente de los oligarcas el poder de Yushchenko y Yanukovich difería solo en la composición del grupo cuyos intereses expresaban. Yanukovich decidió probar ser igual a sus patrones, actuó con audacia y decisión, pero solo consiguió unir en contra suya a casi toda la oligarquía ucraniana. Pero Poroshenko en tiempos de Yanukovich no cayó en desgracia, sus negocios no sufrieron confiscaciones y él mismo en 2012 fue ministro de desarrollo económico y comercio. No hay que dudar que si no hubiese sido por el descontento general con la política de Yanukovich, Poroshenko difícilmente se hubiera arriesgado y hubiera participado de nuevo en el Maidán, pero las apuestas eran muy altas para él. Por un lado, con la caída de Yanukovich quedaron en un segundo plano los oligarcas que lo apoyaban, la vía de la gran política estaba cerrada para ellos pues en cualquier momento se les podría recordar su apoyo al régimen derrocado. Por otra parte, Poroshenko se convertía en el puente que uniese a aquellos oligarcas que habían caído en desgracia con Yanukovich con aquellos que eran leales o incluso apoyaron al presidente caído. Poroshenko presidente: esta es la variante de compromiso para la élite ucraniana, él es testimonial y sin estatus partidario en la Rada Suprema, lo que habla claramente de su flexibilidad política.
A Poroshenko no se le puede denominar fácilmente un candidato del este o del oeste, aunque formalmente se presentó a las elecciones bajo la bandera del Euromaidán y la integración en Europa. Pero tras la victoria de la revolución en Kiev expresar posiciones prorusas, luchar por la Unión Aduanera era no solo políticamente sin sentido sino incluso peligroso para la vida, como los ejemplos de Tsareva y Simonenko mostraban muy claramente. Y a pesar de todo esto Poroshenko no es el candidato del oeste del país, su tarea principal es el restablecimiento de las relaciones con Rusia. En el este del país puede presentar una imagen de candidato proruso, de ahí su colosal apoyo en estas regiones del país.
La política interior de Poroshenko será desarrollar la misma vía que la seguida con Yatseniuk y Turchinov. Para el compromiso entre oligarcas Poroshenko paga con la privatización de las propiedades estatales y el fortalecimiento del poder de los oligarcas en las regiones, especialmente la peligrosidad política para Poroshenko será representar al oligarca no menos ambicioso Igor Kolomoyski, quien ya posee un imperio de medios de comunicación y también su propio grupo armado.
Para los jugadores internacionales Poroshenko también es una variante de compromiso. Para EEUU y la UE Poroshenko es alguien favorable a Occidente que llevará una política dirigida a la eurointegración, a la apertura del mercado ucraniano a los fabricantes de la UE y EEUU. Poroshenko tiene bienes inmuebles y cuentas en Occidente, lo que le hace vulnerable a las sanciones financieras, pero, al mismo tiempo, una gran parte de su imperio empresarial se concentra en Rusia. Y Rusia también puede inflingir un daño apreciable a los negocios de Poroshenko. Aquí es necesario recordar que ya se han puesto bajo custodia algunas cuentas de la fábrica “Roshen” en nuestro país.
El nuevo presidente-oligarca ya se ha gastado una buena cantidad de dinero, primero en el Maidán, ahora en las elecciones. Hoy ha conseguido coger una buena suma, hoy celebra su victoria, dirige el baile. Pero en las condiciones de profundización de la crisis y de oposición interna civil esta victoria puede llegar a ser pírrica. La oligarquía ucraniana hasta ahora solo ha permitido a Poroshenko ocupar el cargo de presidente, pero la medida de su poder de mando no se puede tomar fuera de las consultas con los líderes oligarcas del país. Por otra parte, Poroshenko debe mostrarse ahora un político resolutivo, debe resolver el problema del este, pero para eso es necesario proporcionar armas, munición, comida y dinero al ejército ucraniano. Los gastos financieros y las acciones militares drásticas serán inevitables, el fracaso de las operaciones militares de nuevo agrava la crisis en Ucrania, planteando de nuevo el problema actual del poder en el país.
Y cuanto más fortalezca la presión sobre las regiones insurrectas del Sur-Este, más crisis financiera tendrá el estado y más se agravará la crisis social que convertirá en enemigos del poder a aquellos que hoy dieron a Poroshenko su voto.