El 2020 mostró de lo que son capaces las élites empresariales para mantener sus privilegios, depredando las vidas de miles de personas sin límite alguno. La reconfiguración de un régimen de desigualdades, que antecede a este año se implementó, se institucionalizó y legitimó a través de la captura de las decisiones públicas: la verdadera pandemia. Dicho proceso involucra a una serie de actores, prácticas y redes que constituyen el “neoliberalismo a la ecuatoriana”.
Una doctrina cuya implementación ha sido el sueño de las élites durante décadas como una forma de destruir las estructuras colectivas capaces de limitar la lógica pura de mercado (parafraseando a Bourdieu). De esa manera, uno de los mecanismos utilizados es la elusión de impuestos, sobre todo con el uso de paraísos fiscales, jurisdicciones donde se esconden recursos necesarios para garantizar derechos y, por tanto, una vida digna para las personas.
En efecto, el buen vivir tiene como condición terminar con estas prácticas perniciosas y, en suma, con toda la fuga de capitales y los mecanismos implementados para realizarlo. Desde esa perspectiva, el 2021 va a tener como reto recuperar las instituciones para el bienestar común y terminar con su captura para satisfacer intereses particulares. Es decir, impedir que las élites asuman funciones para construir beneficios y después salir para disfrutar de estos, en lo que se conoce como mecanismo de puerta giratoria.
Por lo tanto, las próximas batallas van a tener tres ejes: i) Por un Banco Central autónomo de las élites financieras y dependiente de las grandes mayorías; ii) El Impuesto a la Salida de Divisas; iii) Una política fiscal progresiva que contenga un impuesto a la riqueza, un aumento de impuestos a los ingresos más altos y, por supuesto, una lucha contra los paraísos fiscales. Estos contramecanismos de la desigualdad implican proteger al país de la fuga de capitales y procuran el sueño de un país digno.
En los paraísos fiscales se esconden recursos necesarios para garantizar derechos y, por tanto, una vida digna para las personas.
–Jonathan Báez
*Jonathan Báez, economista. Maestría en sociología. Coordinador de la Unidad de Análisis y Estudios de Coyuntura del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Central del Ecuador