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UNIVERSIDAD ANDINA: ¿NO ES HORA? Por Gerard Coffey

02 de febrero 2016

¿No es hora de dejar de lado este burdo intento por parte del gobierno de imponerse a la Universidad Andina?

¿No es hora de dejar de utilizar instituciones moribundas como el parlamento andino que desde hace años solo sirve como materia de chistes? ¿No es hora de dejar intentar probar que la fuerza es lo único que importa? ¿No es hora de darse cuenta de que aun cuando se gane a corto plazo la victoria será efímera, porque existen altas posibilidades de que después de un año se revierta cualquier decisión impuesta? ¿No es hora de que Rafael Correa se dé cuenta de que su palabra ya no pesa como antes, que este será su último año y por tanto las decisiones que él tome ya no estén grabadas en piedra y, de corolario, que este nuevo Consejo de Educación Superior nace con sus días contados? En fin, ¿no es hora de respirar hondo y dar un paso atrás?

La Universidad Andina no es una institución cualquiera, goza de un gran prestigio nacional y regional y es una importante fuente de pensamiento y análisis progresista y es hogar de unos de los más celebrados sociólogos de Sudamérica. Puede ser que la universidad necesita renovarse y democratizarse, pero amenazar cerrarla claramente no es la forma de hacerlo. La izquierda, por su parte, debe pensar dos veces en la conveniencia de apoyar a un nuevo rector que a pesar de sus cualidades personales no es ningún izquierdista. Hay que preguntarse por qué no había candidatos más apropiados.

Efectivamente, existen más preguntas que respuestas y lo que parece tan claro como el agua, bajo el microscopio aparece lleno de movimientos inesperados. ¿Qué hay, exactamente, detrás de esta pelea? ¿Ideología? ¿Odio a los críticos izquierdistas que trabajan en la Andina? De ser así quiero sugerir que más valdría intervenir y estatizar la UDLA, la Universidad San Francisco, la Católica ¿O es que la disputa es antes que nada en una bronca de machos?

¿Qué va ganar el oficialismo al abrir otra fuente de batalla en un año electoral? Por el otro lado, cabe preguntar si hay interés por parte del ex rector en aprovechar la coyuntura y la famosa Autonomía Universitaria (que en efecto cumple el mismo papel que ‘la libertad de prensa’) para ganar millas entre los opositores de Correa y luego hacer el largo viaje hacia Carondelet? (No sería mal Candidato) ¿El apoyo a la Andina es netamente un apoyo a la Autonomía Universitaria? La presencia de Andrés Páez como representante de la flora y fauna de la oposición derechista en la investidura de César Montaño levanta serias dudas.

¿Y qué hace aquí René Ramírez? Su papel no queda del todo claro. ¿Pretende convertir a la Andina en hogar de ancianos para ex oficialistas, (habrá mucha competencia para los puestos apetecidos después del éxodo de los que pronto serán ex diputados) o quizás levantar un Imperio del Este junto con su esposa Analía Minteguiaga, la vice rectora de la Instituto de Altos Estudios Nacionales del Ecuador (IAEN), mientras esperan a los bárbaros?

Lo que sea, es menester que todos los involucrados piensen en el costo de llevar esta batalla a sus ‘últimas consecuencias’ (¿militarizar la Universidad, enviar tanques al puro estilo Febres Cordero?) porque en tal caso nadie va a salir ileso. Y cabe destacar que no pretendo defender los intereses personales, económicos o políticos de nadie. Lo que importa aquí es la institución y su trayectoria como importante fuente de debate de izquierda.

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PENSAMIENTO CRÍTICO
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1 COMENTARIO

  1. Se ven el horizonte 2 niveles de conflicto:

    1. El político. El conflicto radica entre un partido de izquierda de antigua data liderado por Enrique Ayala en oposicion al movimiento AP que gobierna el Ecuador, liderado por Rafael Correa.

    2. El ejercicio y aplicación de la ley.

    Detrás de todo acto legal hay un acto político. La Carta de Montecristi, que es la hoja de ruta consensuada y aprobada por los ecuatorianos, se encarnó en la Ley de Educación Superior, en el Plan de gobierno, y en la planificacion nacional . Así lo político se hizo ley. Desde este punto de análisis, así debe ser en un Estado de derecho.

    Mas allá de las subjetividades, esta es la trama del conflicto alrededor de la UAndina, que ha cumplido con los estándares de la Ley al ser acreditada en el nivel A dentro de las 3 universidades de posgrado: Flacso, Andina, IAEN. Todas son publicas, pero parece que en la hora del te, hay rasgos, un sentimiento del manejo de las mismas como si fueran propiedad privada. Unas mas que otra.

    Si es así, la ley se impone midiendo y aplicando con la misma medida, con todos sus indicadores para que exista una actuación justa. Un indicador sensible es el nepotismo y la vigencia es un acto ilegal.

    Si el análisis es jurídico, el Estado de derecho se impone para solucionar el conflicto.

    Si el análisis es político, veremos que en el acto de poseción del rector entrante, estuvieron en la mesa directiva, políticos, muy pocos académicos. Esto es cuestionable porque parece ser un acto mas politico que académico.

    Como se puede apreciar, el problema de la Andina se mueve entre lo político y lo legal. Entre el tipo de gestión administrativa que es académica pero simultáneamente política.

    Esto es una polémica, una paradoja, una contradicción.

    La linea optada es la aplicación de la ley, La Andina optó por la desobediencia civil. El resultado es prevesible, sea cual sea los fines. Eso el tiempo lo dirá.

    Lo que no es cuestionable, que en este conflicto, que los actores claves como los estudiantes, sin querer viven un clima de inestabilidad, al cual no fueron invitados cuando optaron por estudiar.

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